Los primeros deliveries de la capital a principios de 1900

En los años 30, José Domene abrió La Andaluza. Había de todo y lo llevaban a domicilio sin importar las distancias.

En las primeras décadas de la capitalidad de la ciudad de Neuquén comenzaron a asomar los brotes de lo que luego, con la modernidad, serían los supermercados que hoy todos conocemos. Entre los años 20 y 30, las familias, en su mayoría inmigrantes, abrieron los primeros negocios de Ramos Generales. Aparecieron incipientemente los primeros esbozos del delivery, incluso algunos se animaron a realizarlo por fuera de los límites de la capital neuquina.


Un ejemplo de ello, fue La Andaluza, un negocio familiar que creó José Patricio Domene y Antonia María Castaño. Llegaron a tierras neuquinas en 1928, desde Almería, ciudad española de la comunidad autónoma de Andalucía.


Se instalaron en la calle Sarmiento al 600, en una casa alquilada. El primer trabajo de José fue en otro negocio emblema de aquel entonces, Ramos Generales de Linares.Las crónicas que se guardan en el museo Paraje Confluencia, cuentan que “esa experiencia lo animó a abrir su propio comercio. Así en 1932 abrió sus puertas La Andaluza, que funcionaba en la casa familiar. Todo lo que el vecino necesitaba se encontraba en los escaparates de don José Domene.


Con el tiempo y buscando ofrecer calidad y variedad a José se le ocurrió habilitar lo que hoy se conoce como delivery. Un empleado levantaba los pedidos que se anotaban prolijamente en una libreta de La Andaluza y luego armaba los paquetes y los distribuía casa por casa.


Como las cosas funcionaban cada vez mejor, José se atrevió a más y amplió su entrega a las localidades del interior. En ese momento trasladarse no era tan fácil y en la capital se conseguían productos que en otros poblados eran inaccesibles. Las entregas demoraban en llegar por las escasas vías de comunicación que existían, pero siempre llegaban en condiciones.


Sumar este servicio ayudó y mucho a que “La Andaluza” se convirtiera en un negocio tradicional. El prestigio de José fue creciendo, no solo por su comercio sino también por haber participado activamente en el desarrollo de las instituciones comerciales de la ciudad. “Formó parte de la primera Comisión del Centro de Almaceneros, semilla de lo que luego fue la Asociación de Comercio, Industria, Producción y Afines de Neuquén, Acipan”, cuentan los relatos históricos.


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