Los supervisores hacen oír sus reclamos al CPE

En un duro documento, los que cumplen esta función en el Alto Valle Oeste dijeron que las autoridades educativas no dan respuestas frente a las dificultades, que son

CIPOLLETTI (AC).- Mientras que la ministra de Educación, Lady Juana Romero, y los funcionarios regionales del Consejo regionales, Ana Marinozzi y Alberto Ruiz, no responden a las demandas y se privilegia la asignación política de nuevos cargos y salarios, en las supervisiones y en las escuelas se mantienen problemas graves, como falta de elementos y de espacios físicos, enfatizó en una declaración el equipo de supervisores de la zona Alto Valle Oeste.

Firman Ana Vagnoni, Isa Divano, Evelyn Arias, Elena Rostoll, Cristina Santangelo, Elena del Valle Lucena, Amalia Pla y Cristina Avila, entre otras integrantes de este equipo.

Pone de relieve la declaración «las condiciones limitantes» de trabajos en las que cotidianamente se desenvuelve y la «irregularidad e inorganicidad» de la comunicación que las autoridades políticas implementan «respecto de decisiones esenciales».

Da ejemplos. Para el caso, que en las supervisiones y en las escuelas «el servicio telefónico no existe o se agota en la primera semana», los supervisores «se ven obligados a gastar de su bolsillo en la transmisión de fax o comunicaciones de urgencia» y que «la falta de compensación adecuada por movilidad a los supervisores nos obliga a disponer de vehículos y salarios para atender in situ ante los diversos emergentes».

Y sigue indicando que no existen suficientes equipos informáticos, en particular impresoras con provisión regular de insumos, y que no hay un responsable del servicio de atención y mantenimiento «con la capacidad técnica» para resolver, por lo que algunas instituciones se ven obligadas a contratar «servicios privados». Para colmo -sentencia- los espacios físicos en los que trabajan las supervisiones de Cipolletti, Allen y Cinco Saltos son «insuficientes y precarios» para el personal docente, no docente, padres y alumnos.

Siempre en referencia a las tres supervisiones, resalta que baños sin reparar, falta de seguridad, pisos levantados, inundación por goteras, falta de ficheros y armarios para e archivo de documentación «ponen en riesgo la tarea y condicionan el clima de trabajo y de atención de problemáticas».

Ahora, las escuelas. Sobre estos establecimientos expresa la declaración que la provisión de mesas, sillas y otros insumos elementales «no ha sido resuelta con equidad para todos los niveles e instituciones», y que continúan las renuncias de muchos docentes de esta zona que optan por otra para buscar mejores condiciones, generando con ello «horas libres por las que aún el servicio educativo no está regularizado».

Más aun. La reducción a cinco de los siete espacios institucionales originalmente previstos, la derogación de la resolución de readecuación de plantas funcionales y provisión de nuevos cargos docentes, la falta de equipos técnicos de apoyo pedagógico para todos los turnos, y de cargos especiales para la matrícula con necesidades educativas e integración de todos los niveles «expresan también la inconsecuencia de las autoridades políticas del sistema educativo con lo que declaman», finaliza indicando el documento, duro, del equipo de supervisores del Alto Valle Oeste.


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