Mario Agatiello propone un «Recorrido feliz» en el hotel Llao Llao
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Los vivos colores del acrílico adquieren atractivas formas geométricas sobre distintos soportes. Diseñador y dibujante publicitario, Mario Agatiello pone a consideración del público en los salones Alerce y Ciprés del hotel Llao Llao la muestra «Recorrido feliz».
Según el crítico especializado Rafael Squirru, Agatiello es un trabajador incansable y en cada una de sus presentaciones (que han recorrido oriente y occidente) añade nuevas sutilezas» a la problemática del espacio.
Al mismo tiempo que mantiene la claridad de sus planteos, señala, «el artista nos obliga así a apreciar los cambios de texturas. Recuerdo que cuando Fernand Léger se sumó al cubismo, alguien bautizó su obra de «tubista» ya que los cubos había sido sustituidos en sus telas por tubos.
«Algo de esto ocurre con las formas de Agatiello -compara-. Si bien se mantienen abiertas en muchos casos, pues las esferas o semiesferas alternan con planos rectilíneos, el conjunto está orquestado dentro de las más variadas gamas: azules, pardos y violetas entremezclados con algunos naranjas».
En cuanto a las sensaciones que la observación de sus obras provoca, Squirru dice que le «encanta subir a estas naves intergalácticas de Mario Agatiello y acompañarlo en sus grandes vuelos imaginativos. Sus pinturas amables y humanas nos invitan a volar en poltronas de primera clase, por lo que yo al menos le quedo muy agradecido».
Nacido en Buenos Aires en mayo de 1943, Agatiello cursó estudios en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la ciudad de Buenos Aires. Desde 1975 participó asiduamente en salones nacionales, provinciales, municipales y privados en el país y el exterior.
Félix Angel, curador de exhibiciones temporales del Museo de Arte Contemporáneo de América Latina (OEA-Washington), aprecia a través del folleto informativo de esta muestra que «en las obras de Mario Agatiello encontramos planteada la unión entre razón y sentimiento, entre abstracción y objetividad, entre realidad y especulación.
«Agatiello utiliza la forma geométrica de tal manera que es posible imaginar un mundo que no se encuentra regido por las leyes de la geometría pura, ni aspira a corresponder con un universo ideal de orden sistematizado. Su geometría es caprichosa, volátil y juguetona. Sus imágenes poseen la gracia estructural de las composiciones moleculares, de los gráficos producidos actualmente por las máquinas video computadorizadas».
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