Misa, angustia y dolor, a 17 años del doble crimen de Río Colorado

RIO COLORADO (ARC).- La comunidad de Río Colorado recordará hoy con angustia y dolor el asesinato de Sergio Sorbellini (19) y Raquel Natalia Lagunas (17), un hecho terrible que marcó para siempre a esta ciudad. A las 18,30 los familiares de las víctimas asistirán a la celebración de una misa en su memoria en la iglesia Virgen del Rosario.

El doble homicidio que sacudió las estructuras sociales, policiales, judiciales y políticas de la provincia, continúa impune después de 17 años.

El salvaje ataque tuvo lugar un domingo 12 de marzo de 1989 aunque los cuerpos baleados de los chicos fueron encontrados por un tío del joven a las 11,45 del lunes. A partir de ese momento, una verdadera pesadilla afectó a esta ciudad.

A lo largo de estos 17 años la causa tuvo distintos momentos y acciones, algunas de las cuales ilusionaron con un esclarecimiento total pero fue tan sólo eso, una ilusión.

Hay que recordar que hubo un juicio oral y público que condenó a perpetua a tres inocentes que sin dudas no olvidarán nunca los casi tres años que estuvieron detenidos sin razón. También por su deficiente desempeño se destituyó un juez en la provincia de Río Negro.

La labor de los peritos fue severamente cuestionada porque describieron autopsias que no hicieron y peritaron armas equivocadas que sirvieron para condenar a inocentes, entre otras cosas. Por su parte, el tiempo puso al descubierto las gruesas irregularidades que cometieron los policías en la etapa de investigación.

Sobre el móvil del crimen se tejieron varias hipótesis, aunque la más firme tiene que ver con el contrabando de ganado que en esa época dejaba jugosas diferencias.

Lo cierto es que a los chicos los balearon sin piedad. En la segunda autopsia realizada en septiembre del 97 se estableció que Raquel tenía cinco impactos de bala, mientras que eran cuatro los que se encontraron en el cuerpo de Sergio.

Multitudinarias marchas por las calles de la ciudad motivaron que se agite el escenario político y judicial. El juez Juan Torres estuvo muchas veces en Río Colorado, tomando testimoniales y realizando diligencias, aunque con un resultado final infructuoso.

En tanto, en la Legislatura de Río Negro se formó una Comisión Legislativa especial integrada por diputados de distintos partidos que determinó en su trabajo que entre otras falencias, hubo un deficiente relevamiento del lugar del hallazgo de los cadáveres, ausencia de pericia sobre la sangre en el alambrado para saber si era de víctimas o victimarios, deficiente consignación de efectos existentes y no asentados en el acta inicial.

El último movimiento importante en la causa ocurrió en 2001 cuando apareció Horacio Ledesma, alias el «Negro» o «Ceferino», un sujeto con un grueso prontuario que surgió como un «testigo clave» y que iba a aportar datos de relevancia. Sin embargo con el correr de los días se descubrió que todo era falso y que sólo buscaba la recompensa. Quedó detenido al igual que la mujer que acercó su nombre a la justicia.


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