Egresados con estilo: la generación que convierte cada momento en pasarela

Más que un diploma: la estética del último año como expresión generacional.

Sofia Iachini Asesora de imagen y productora de moda. Foto: Gentileza.

Ya no se trata solo del diploma ni de cerrar una etapa escolar. Para esta generación, cada evento del último año se convierte en una experiencia estética, un relato visual de quiénes son y cómo quieren mostrarse al mundo. Desde la sesión de fotos previa hasta la fiesta de egresados, el estilo se consolida como una forma de expresión, identidad y pertenencia. 

El lenguaje visual ocupa un lugar central. La ropa, el peinado y hasta la escenografía de las fotos hablan de una generación que entiende la imagen como discurso. Algunos eligen lo clásico con guiños modernos —vestidos minimalistas con detalles metalizados o trajes con siluetas limpias y accesorios llamativos—. Otros apuestan por lo disruptivo: combinaciones de texturas, brillos, transparencias, oversize y propuestas genderless que rompen con la idea tradicional de cómo “debería” vestirse un egresado. 

Las inspiraciones son múltiples: desde pasarelas globales y artistas pop hasta series que marcan tendencia o referentes de redes sociales. Pero lo más interesante es cómo reinterpretan todo eso desde su propio contexto, adaptando las modas a su personalidad y a la impronta local. 

Las redes sociales también cambiaron las reglas del juego. Hoy, cada reel, cada historia y cada sesión de fotos funcionan como una mini editorial personal. No se trata solo de mostrar el look del día, sino de construir una narrativa visual que capture el espíritu de un momento irrepetible. 

La cámara se convierte en una extensión de su identidad: buscan autenticidad, pero también estética; espontaneidad, pero con intención. No copian modas, sino que las resignifican, generando escenas y recuerdos que valen tanto por lo vivido como por lo compartido. 

Detrás de cada look hay diseñadores emergentes, maquilladores, fotógrafos y estilistas que encuentran en esta generación un público curioso y abierto a probar cosas nuevas. Los egresados, sin proponérselo, impulsan la industria local: confían en marcas independientes, diseñadores a medida y propuestas artesanales que traducen las tendencias globales a un lenguaje propio, con identidad argentina. 

Así, el cierre del ciclo escolar se vuelve también una celebración de la creatividad, la diversidad y la autoexpresión. En lugar de uniformarse, eligen diferenciarse. Porque para ellos, el estilo no es solo una cuestión de moda: es una forma de contar quiénes son antes de dar el próximo paso. 

*Por Sofia Iachini Asesora de imagen y productora de moda.


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