Natali se quedó sin cargo por un juego de presiones

El abogado denunció que el sobischismo llegó hasta el candidato a presidente del justicialismo, Eduardo Duhalde, para abortar su nombramiento al frente de la fiscalía de Estado.

NEUQUEN .- El abogado Roberto Natali afirmó ayer que el sobischismo lo presionó para que rechazara la propuesta que le hizo el Poder Ejecutivo de ser fiscal de Estado e incluso que hubo llamadas al candidato a presidente, Eduardo Duhalde, y al entorno del presidente Carlos Menem para romper el bloque que se había formado entre legisladores del PJ y del MPN amarillo.

A estas presiones se debe sumar el cambio de votos en el recinto por parte de legisladores del MPN, el PJ y la UCR. Pese a esto y a su frustrada candidatura a la fiscalía, Natali buscó el lado positivo: «mientras las miserias y lacras de la política están ocultas hay que ser menos optimista que cuando quedan en evidencia» y también que su nominación generó un debate sobre la concepción de lo que debe ser un fiscal de Estado que ya no tiene retroceso.

«El próximo postulante será interrogado para que se conozca en cuál de las dos concepciones que se debatieron en la Legislatura se enrola; si tiene la concepción de la simbiosis, es decir, de la subordinación al gobernador, o si tiene la concepción que marca la Constitución Provincial de independencia de este organismo de control extrapoder», aseguró Natali.

Relató que a mediados de julio los diputados Marcelo Berenguer (MPN), Amílcar Sánchez (PJ) y Marcelo Piombo (UCR) lo visitaron en su estudio jurídico y le ofrecieron el cargo de fiscal de Estado. Su primera respuesta fue negativa. Días más tarde, recibió una llamada telefónica del propio gobernador Felipe Sapag y se negó por segunda vez. Sin embargo gente vinculada al sobischismo que se enteró de ofrecimiento pero no del rechazo comenzó a ejercer «presiones duras para que no acepte», informó.

Ante estas presiones «me dieron ganas de dar una respuesta». A fines de julio los mismos tres diputados reiteraron la oferta; se reunió con Felipe Sapag quien le ofreció «amplias garantías políticas y económicas para hacer una importante reestructuración en la fiscalía». Luego se reunió con el bloque de la Alianza y también recibió el apoyo.

Con el supuesto apoyo de los presidentes de los cuatro bloques de la Legislatura y con el aval del Poder Ejecutivo, creyó que era «una gran oportunidad» para modificar la situación actual de la fiscalía de Estado y por eso aceptó. Natali rechazó de plano el argumento de que con su nominación, las actuales autoridades querían asegurarse una retirada sin temor a que se investigarían supuestos actos de corrupción.

«EL fiscal penal -dijo Natali- es el representante del Estado, es el Estado, y la presencia del fiscal de Estado en el proceso penal sólo aporta para entorpecer, para molestar».

Agregó que «el argumento de dejar a un amigo para que no persiga judicialmente es una falacia que hace falta tener poco más de sexto grado para entenderla» ya que «nada impide que alguien vaya al fiscal penal de turno a presentar una denuncia; no tiene por qué ir a la fiscalía de Estado».

Pese a las presiones, a su frustrada nominación y a que algunos de sus propios compañeros de partido votaron en contra, Natali saca de todo el proceso un balance «altamente positivo». Asegura que «de acá en adelante no será lo mismo porque hubo un debate dentro y fuera de la Legislatura que puso sobre el tapete por primera vez la discusión sobre la esencia jurídica y política de este organismo; la importancia que tiene en el juego con los otros organismos y la importancia que tiene para el ciudadano común».

A su criterio «esta vez ganó una concepción que no comparto, pero son batallas de un proceso que seguirá» y que lo importante es «instalar el tema».

Al organismo le faltan elementos para trabajar ordenadamente

«Si ve pasar un auto sin chasis, sin ruedas y sin volante usted se preguntará cómo puede ser que ande; bueno ésa es la misma sorpresa que tuve cuando fui a la fiscalía de Estado».

Tras aceptar la propuesta del Poder Ejecutivo, Roberto Natali concurrió a la fiscalía de Estado durante un mes corrido para conocer su funcionamiento y definir qué medidas debía tomar para su reestructuración.

«No tiene informática; no tiene archivo, no hay una sola estadística, no hay control, no hay liderazgo; todo se hace a fuerza de pulmón» aseguró el abogado justicialista.

Entre las medidas que pensó para el caso de asumir figuraban la creación de un servicio administrativo; generar un marco legal de emergencia para frenar los juicios y convencer a cinco abogados de la fiscalía que dejen sus estudios particulares para que se dediquen con exclusividad.

Aseguró que el abogado que más cobra en la fiscalía percibe 1900 pesos y por eso reparten su tiempo con sus estudios particulares.

El proyecto de ley que presentó el diputado Gustavo Vaca Narvaja es parte de estas medidas impulsadas por Natali.

El abogado sostiene que es necesario frenar los juicios para que quien asuma pueda tener noción de todos los expediente.

También incluye abrir una cuenta especial para depositar todos los honorarios que cobre el fiscal. «Este es un tema oscuro que se blanquea con este proyecto» dijo y reconoció que la cuestión de los honorarios es «un tema tabú; nadie sabe cuál es el monto porque se mantiene en secreto de hace 30 años».


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