25 años después, una escuela especial integradora de Neuquén tendrá su escritura

La institución ofrece una opción diferente para estudiar, pero sus autoridades lidian a diario con la falta de espacio. Finalmente, el municipio le entregará mañana el título de un terreno propio.

“Todo parece imposible hasta que se hace”, dice Teresita Peláez, y parafrasea a Mandela para resumir los 25 años que luchó el Centro Educativo Especial Integrador Del Sol para tener su edificio propio. Por años parecía imposible, pero de a poco se concreta. Y el miércoles, a las 9,30 en la Municipalidad, el intendente Horacio Quiroga hará entrega de la escritura del terreno.

Teresita es la presidenta de la Asociación Integración y dice que la escritura les dará estabilidad jurídica, y nuevas oportunidades. La escuela cumplió 25 años y la Asociación que la sostiene económica, logística y filosóficamente cumple 20.

En todos estos años la institución funcionó en lugares alquilados: Inicial y primario lo hacen en una casa de familia, y secundario en el quincho de Sosunc. Actualmente, en el barrio Canal V el nuevo edificio está a medio construir, pero se necesita ayuda para poder terminarlo.

El terreno se los dieron en el 2007 bajo un permiso de uso y ocupación precaria. “La escuela tiene una cuota muy baja que permite sostener algunos sueldos y los alquileres, por eso el edificio nunca se pudo hacer”, contó Teresita.

La figura de uso y ocupación los dejaba afuera de créditos y subsidios. En 2015 peregrinaron para mover el expediente en la municipalidad, hasta que se aprobó la donación para la escrituración con cargo, es decir solo para que sea escuela.

A través del Instituto de Juegos de Azar (IJAN), por gestión de Jorge Sapag, recibieron un primer subsidio de 500 mil pesos. Si bien no alcanzaba, con eso se empezaron las bases. Después el ingeniero Guillermo Monzani aportó el calcario; la empresa Mahat, que es del papá de una alumna, puso la maquinaria; la firma Confluencia ayudó con el riego y el flete. Finalmente, con la buena voluntad de todos el edificio toma forma.

Hoy tienen el cascaron pero hay que rellenarlo, hacerlo habitable. “Fueron muchos años de espera. Hoy ver el edificio da emoción y vértigo, pero demuestra que cuando las cosas se hacen con honestidad salen”, concluyó la mujer.

Una propuesta pedagógica e inclusiva

El Centro Del Sol tiene una matrícula de 250 alumnos, entre los tres niveles, e incluye a chicos con discapacidad y en vulnerabilidad socioeconómica.

La directora de nivel primario, Eugenia Repetto, destacó: “siempre se trató de gestionar un espacio propio. Es una de las primeras escuelas que comenzó con la inclusión, y se piensa en una alternativa pedagógica para todos”.


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