Electrificaron sus casas desde que son vecinos del Parque del Este en Neuquén

Desde que se terminó la construcción del Parque del Este de Neuquén, ubicado en la zona delimitada por la rotonda de Illia y Leloir, algunos vecinos tomaron la decisión de instalar cercos eléctricos en el patio de sus casas.

Se trata de las propiedades localizadas sobre calle Colonia Alemana entre Doctora Peláez y Rufino Gazzani. Si bien algunas personas del lugar aseguraron que los cercos están conectados a 12 volteos, quienes no están de acuerdo desconfían en la implementación de estos. “Acá la inseguridad es complicada, vivimos enrejados y desde que se terminó el Parque hay más movimiento” explicó Sergio, un vecino del lugar.

Los cercos electrificados se han convertido, en algunos barrio de la ciudad de Neuquén, en una opción “efectiva” según sus defensores. Ante la necesidad de combatir la inseguridad, desde hace cuatro años el barrio privado Bocahue decidió implementar el sistema de “boyero” que produce una mínima descarga para inhibir la violación de los domicilios.

Según el concejal Francisco Baggio, del bloque Unión de los Neuquinos “la medida no está legislada y es una practica irregular, convirtiéndolo en un elemento potencialmente dañoso para los ciudadanos que quedan expuestos a estos dispositivos”.

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La construcción del Parque implicó, desde un principio, un malestar entre quienes viven al lado. Ya el año pasado los vecinos reclamaron que con la nueva obra sus casas quedaron muy bajas por lo cual perderían intimidad y temían que con fuertes lluvias el agua se almacene en sus viviendas. Ahora, al reclamo se le sumó la inseguridad y los famosos “boyeros”.

“En cierta forma es una exageración que el Parque esté rodeado de cercos eléctricos porque en realidad no hay tantos robos”, expresó Carlos, vecino que reside al lado del Parque del Este. Pero también indicó que la atenuante de acciones delictivas puede deberse a la “cantidad de medidas de seguridad que los propietarios decidieron colocar”.

Actualmente, la Comisión Internacional de Energía establece que los cercos electrificados deben estar a una altura del piso superior a 1,80 metros. Si la valla de seguridad es de malla, la abertura no debe ser superior a 50 por 50 milímetros y debe estar conectada a la toma de tierra, además determina que se debe instalar cartelería informativa sobre la presencia de electricidad y los electrificadores que energizan estos cercos deben cumplir normas de fabricación y tener certificados de seguridad eléctrica.

A pesar del malestar de algunos, hay propietarios que no bajan los brazos y deciden continuar con los cercos eléctricos. “Es una alternativa mucho más efectiva que las alarmas, los alambres de púas o los vigiladores privados. Tenemos que cortar clavos cada vez que salimos de casa porque ellos se las ingenian y nosotros tenemos que hacer lo mismo para evitarlo”, sostuvo un vecino que pidió reservar su identidad.

Vuelve a presentarse el proyecto que prohibe el uso de cercos eléctricos en la ciudad

Cada vez son más las personas que deciden implementar el cerco eléctrico para inhibir la violación de los domicilios, sin embargo existen vecinos que no están de acuerdo y lo consideran “peligroso”.

En el año 2010 el concejal de UNE, Francisco Baggio había presentado ante la Legislatura el proyecto de ordenanza que prohibe la existencia y proliferación de domicilios que poseen cercas electrificadas. Ahora, aseguró que debido a la actual situación buscará ingresarlo nuevamente porque “los sistemas de cercos electrificados fueron diseñados para contener, separar y o delimitar espacios habitados por animales, en ámbitos agropecuarios, denominados generalmente boyeros eléctricos”.

Si bien explicó que no son perjudicial para animales de gran porte, aclaró que “sí representa un serio riesgo a la salud para toda persona que tome contacto con una cerca electrificada, pudiendo recibir una descarga lo suficientemente fuerte como para dejarlo inconsciente, dado que no es tolerable al cuerpo humano”.