Ni un 'mango'
Salí del diario irritado con el tonito pedagógico y de argumentos insustanciales con que, con voz de pito, reflexiona Antonio Cafiero, y llegué a la conclusión de que el americano Tom Wolfe tiene motivos para habernos dedicado a los argentinos algunas páginas de «La hoguera de las vanidades». Mascullando sobre la profesión entré al quincho y le gané de mano al gordo Boedo: yo pregunté primero.
-¿Qué es el radicalismo rionegrino?
-Unos tipos que se están poniendo trajes de amianto para aguantar la hoguera que se les viene…
-¿Y el gobierno rionegrino?
-Un grupo de radicales que se ponen doble traje de amianto porque en ese lugar la hoguera tendrá más fuego -dijo el gordo, y me retrucó con otra pregunta.
-¿Qué es un grupo de periodistas tratando un tema nacional?…
-El ombligo del planeta -respondí.
-¿Cuál es la campaña electoral más costosa de la política rionegrina a lo largo de la transición?…
-¡La actual, gordo, la actual!…
-¿Cómo que la actual?… ¡No se nota!…
-Por eso es costosa, gordo: porque no se nota. Los partidos no tienen un mango y entonces tienen que agudizar el ingenio para hacer campaña… ¡Y vos sabés que eso de mover las neuronas es duro! -reflexioné.
-¡En el peronismo no tenemos un cobre!… Le fuimos a pedir al 'sabiola' Duhalde, pero no aflojó -dijo Ludovico.
-¿Por?…
-Dio un argumento sólido.
-¿Cuál?
-Dice que toda inversión en el PJ rionegrino tiene una tasa de retorno muy incierta.
-¿Por?
-Porque perdemos siempre….
-Lo interesante de esta campaña es que también nosotros, los radicales, andamos con los bolsillos famélicos… fuimos a verlo a Fernando de La Rúa -señaló «Parroquia».
-¿Y?
-Propuso por qué el partido no pedía un crédito al Banco Provincia de Río Negro…
-¿Y?
-Y… nos quedamos en silencio y Fernandito se entusiasmó y siguió: «Vieron, radicales, qué buena idea les di!… ¡Los sorprendí!… ¡No contaban con mi astucia!… ¡Así voy a gobernar la Argentina: con ideas que marcan un antes y después!»… Y nosotros seguimos en silencio y Fernando se dio cuenta de que algo no encajaba -dijo «Parroquia».
-¿Y?
-¡Y!… de golpe nos preguntó: «¿Qué les pasa, no les gusta la idea? «… Y entonces le dijimos la verdad: «Mira 'Fer', el Banco Provincia no existe más…
-¿Y qué dijo?
-¡Se la agarró con Mario Franco!…
-¿Con Mario Franco?
-Sí, con Mario… «¡Qué barbaridad estos peronistas, fundir el Banco Provincia en el período '73 / '76… Cuando el Banco Central te aguantaba todo… encajes… etc, etc!»…
-¿Y ustedes qué hicieron? -pregunté.
-¡Nos callamos, Eduardito, nos calla-mos!… ¡Por primera vez en años alguien no nos achacaba a los radicales rionegrinos haber fundido el Banco Provincia! -respondió «Parroquia».
-¡El MPP tampoco tiene guita para la campaña!… ¡Vieran cómo lo miraba Julito Salto a Cavallo ni bien éste llegó al aeropuerto de Neuquén! -comenté
-¿Cómo lo miraba?…
-Cerrando y cerrando los ojos… como en el truco… «estoy muerto, estoy muerto» y «Mingo» no se daba cuenta. Entonces Julito lo encaró en un aparte: «¿Trajiste mosca, «Mingo?»…
-¿Y?
-Y «Mingo» le dijo que sí… que había una mosca revoloteando en el jet que lo había traído al Valle… «Fijate, Julito, fijate»…
Eduardo Gilimón
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