“Nos dejó el mejor: Tito Corradini”
En la década de los 60, daba mis primeros pasos como relator y me encontré con un equipo de un juego como hasta ahora no vi: Argentinos del Norte, conformado con muy buenos jugadores y donde todos brillaban pero había uno que tenía magia, la que sólo tienen los elegidos, con una pierna más corta porque de muchacho en el potrero se había fracturado tibia y peroné –le pusieron clavos de platino e igual la rompía–. Me acuerdo de que en la vieja cancha de Tiro, Landa, el crack de Deportes Temuco, le hizo un caño y “se la comió” como un señor que era pero en otra jugada lo enfrentó, pasó la pelota por su espalda, por sobre su cabeza, y el chileno asombrado terminó aplaudiéndolo. Recuerdo aquella otra frente a los funebreros campeones de ese año en la AFA: “la mató” frente a dos rivales con el empeine y tobillo de zurda maravillosa y se fue dando pasos de ballet. Nunca vi a un jugador lugareño de tanta calidad. Años después se fue de nuestra ciudad haciendo gala de sus dones en Cipolletti y Neuquén. Ahora, desde el cielo, seguramente estará recibiendo la pelota del Gallego, levantará la cabeza, la pondrá bajo la suela y estará pensando “la tiro a la izquierda para el Gringo o a la derecha para Romita, va al medio para Juancito o al pique para el Ruso…”. Una sola vez nos volvimos a encontrar, allá por el 94 en Neuquén, y con gran alegría nos dimos un fuerte abrazo porque nos apreciábamos. Hoy quiero despedirlo como el excelente jugador y mejor persona que fue. Carlos Alejandro Zarraga, DNI 5.482.379 – Roca
Carlos Alejandro Zarraga, DNI 5.482.379 – Roca
En la década de los 60, daba mis primeros pasos como relator y me encontré con un equipo de un juego como hasta ahora no vi: Argentinos del Norte, conformado con muy buenos jugadores y donde todos brillaban pero había uno que tenía magia, la que sólo tienen los elegidos, con una pierna más corta porque de muchacho en el potrero se había fracturado tibia y peroné –le pusieron clavos de platino e igual la rompía–. Me acuerdo de que en la vieja cancha de Tiro, Landa, el crack de Deportes Temuco, le hizo un caño y “se la comió” como un señor que era pero en otra jugada lo enfrentó, pasó la pelota por su espalda, por sobre su cabeza, y el chileno asombrado terminó aplaudiéndolo. Recuerdo aquella otra frente a los funebreros campeones de ese año en la AFA: “la mató” frente a dos rivales con el empeine y tobillo de zurda maravillosa y se fue dando pasos de ballet. Nunca vi a un jugador lugareño de tanta calidad. Años después se fue de nuestra ciudad haciendo gala de sus dones en Cipolletti y Neuquén. Ahora, desde el cielo, seguramente estará recibiendo la pelota del Gallego, levantará la cabeza, la pondrá bajo la suela y estará pensando “la tiro a la izquierda para el Gringo o a la derecha para Romita, va al medio para Juancito o al pique para el Ruso...”. Una sola vez nos volvimos a encontrar, allá por el 94 en Neuquén, y con gran alegría nos dimos un fuerte abrazo porque nos apreciábamos. Hoy quiero despedirlo como el excelente jugador y mejor persona que fue. Carlos Alejandro Zarraga, DNI 5.482.379 - Roca
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