Opinión: Más que alarma

El nuevo pedido de un descubierto bancario terminó por demostrar que los números no cierran en las cuentas del Ejecutivo municipal. El análisis del periodista Daniel Marzal.

Datos

Desde el Ejecutivo municipal aseguran que sólo se trata de un resguardo, un “colchón” financiero por las dudas. Lo cierto es que la ordenanza exprés aprobada hace pocos días para ampliar el margen del descubierto bancario es un síntoma de que los números no cierran.
La normativa vigente autoriza al gobierno a endeudarse con adelantos bancarios hasta el 1% del presupuesto (16 millones de pesos). Ahora el intendente Gennuso pidió y obtuvo autorización para llevar el límite a 3,5%, que con el nuevo presupuesto llegará a los 74 millones.
El dato pone en evidencia que la emergencia económica que declaró el actual gobierno a poco de asumir sirvió de poco y nada. Y que el incipiente saneo de las cuentas públicas nunca permeó al terreno de lo “estructural”.
El sobregiro bancario como último recurso para el pago de salarios fue herramienta habitual durante los gobiernos de Cascón, Goye y Martini. Hasta que Gennuso logró deshacerse de ese costoso salvavidas en febrero de 2016, y parecía haberlo archivado para siempre.
Error. A partir de julio pasado el municipio volvió a pedir adelantos bancarios en cifras cercanas al 1% y desde entonces lleva gastados 190.500 pesos de intereses.
Menos claro es el alcance del déficit operativo municipal y de la deuda acumulada, que según el Soyem llega a los 225 millones de pesos, sólo con proveedores. Tal vez alguna luz aparezca cuando la secretaría de Hacienda elabore y exponga un plan de saneamiento financiero, como lo exigieron concejales opositores para aprobar el descubierto. Continuará.

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