Chile: triunfo de la moderación y derrota de la clase política
Chile decidió mantener la Constitución impuesta durante la dictadura de Augusto Pinochet tras rechazar el domingo un proyecto redactado por un consejo controlado por la ultraderecha, y un año atrás otro elaborado por la izquierda.
La opción “en contra” logró el 55,76% de los votos, frente al 44,24% del “a favor”, casi 16 meses después de que en otro plebiscito los chilenos también rechazaran un proyecto de Constitución redactado entonces por una convención controlada por grupos de izquierda y de ultraizquierda.
Los cuatro años de discusión constitucional, que se iniciaron tras las masivas protestas de octubre de 2019, muestran a Chile como un país que le da la espalda a proyectos polarizantes, según analistas.
El rechazo a la propuesta de la ultraderecha le dio oxigeno también al gobierno del izquierdista Gabriel Boric a poco menos de cumplir la mitad de su mandato de cuatro años y representa un traspié en el avance electoral del líder del ultraconservador Partido Republicano, José Antonio Kast.
Se cierra el proceso
Hay consenso político de que este resultado pone fin, por ahora, a los intentos por cambiar la Constitución de la dictadura (1973-1990).
El propio presidente Boric descartó tras los resultados del domingo que su gobierno vaya a impulsar un nuevo proceso Constitucional.
“Con esto, durante este mandato, se cierra el proceso constitucional. Las urgencias son otras”, afirmó el mandatario, exigido por la ciudadanía a atacar con fuerza la delincuencia y reactivar la economía tras un año de fuerte ajuste fiscal.
“Nuestro país seguirá con la Constitución vigente porque luego de dos propuestas constitucionales plebiscitadas, ninguna logró representar y unir a Chile en su hermosa diversidad”, agregó el mandatario.
Entre las tareas constitucionales del país “todavía está pendiente la discusión sobre cómo mejorar el sistema político, pensando que hay una alta fragmentación, un alto número de partidos, que son elementos que dificultan la gobernabilidad. Ese es un desafío pendiente”, asegura Rodrigo Espinoza, director de la Escuela de Administración Pública de la Universidad Diego Portales (UDP).
¿Chile moderado?
Los chilenos rechazaron en el plebiscito de septiembre de 2022 y en el del domingo proyectos constitucionales redactados casi sin oposición, por la izquierda, el primero, y la derecha, después.
“Un amplio volumen de personas prefiere que los políticos hubiesen sacrificado sus propias posturas particulares en beneficio de los acuerdos”, dice Espinoza.
“La gran derrotada es la clase política en su conjunto, en la medida en que estamos desde el estallido social con este debate, con cuatro años de debate constitucional, con dos intentos fallidos de consensuar un texto”, afirma Stéphanie Alenda, analista de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello.
Oxígeno para Boric
El resultado se convierte en un balón de oxígeno para el gobierno de Boric, golpeado por acusaciones de corrupción, cifras relativamente altas de criminalidad y con un Congreso opositor. “Va a aprovechar este momento para impulsar las reformas que tiene estancadas, principalmente la tributaria y la de pensiones, ocupando esta ventaja temporal”, destaca el analista de la UDP.
Pese a que la oposición quiso convertir el proceso electoral en un plebiscito sobre la gestión de Boric (”Boric vota en contra, Chile vota a favor”, decía la campaña del Partido Republicano), el resultado constituye un triunfo amargo para el oficialismo de izquierda al haber optado por mantener la Constitución redactada durante la dictadura.
“El triunfo del ‘en contra’ no resuelve en absoluto los problemas actuales del gobierno que tiene muchos frentes muy delicados, tanto en términos de problemas sociales como delincuencia, seguridad, orden, migración, como las divisiones internas en el mismo gobierno”, dice Alenda.
Un traspié para Kast
El resultado del plebiscito golpea al Partido Republicano y las aspiraciones presidenciales de José Antonio Kast, quien ya se enfrentó a Boric en las elecciones de 2021. Eso considerando que los republicanos controlaron a su antojo el consejo constitucional que redactó la propuesta de Carta Magna.
“La derecha perdió una gran oportunidad de no cometer los errores del proceso anterior y ahora hipoteca las figuras presidenciales de (la alcaldesa derechista Evelyn) Matthei y de Kast, sus instancias futuras, pensando en su destino y ambiciones presidenciales”, según Espinoza.
El próximo año Chile vivirá elecciones municipales y, en 2025, habrá presidenciales para relevar a Boric.
Periodista de AFP
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