De glaciares, aeropuertos y autopistas en Neuquén
La agreste extensión que va desde Chorriaca por el norte, a Bajada del Agrio, más al sur, es el lugar indicado para construir el nuevo aeropuerto que Neuquén necesita al influjo de Vaca Muerta.

Flexibilizar protecciones para invertir, esa es la cuestión. Por lo menos la cuestión que ha venido a plantarse como nodo en el cual coinciden los intereses de los gobernadores “mineros” con los del gobierno nacional, que de minero no tiene nada pero dispone de la caja. Así funciona el federalismo argentino, lejos, por cierto, de aquellas ensoñaciones institucionales que expresaban Alberdi y Sarmiento en una polémica célebre que los tuvo por no menos célebres protagonistas. Pero de aquel pasado, sin duda heroico, no queda nada.
Hoy, el presidente les puede pasar por encima a los senadores si pacta con el jefe de esos senadores, que siempre es un gobernador sediento de fondos. Con la gestión de la Ley de Glaciares esto quedó en evidencia, por si faltaba algo para picarle el boleto al sistema institucional en aras de saber cómo funciona. Es el sistema político el que funciona mal y, dentro de tal sistema, es el peronismo el que funciona peor. Pues ya se está atando los rulos para perpetrar una nueva y gloriosa traición, y van …
El miércoles 12/11 se runieron gobernadores de San Juan, Mendoza, Jujuy, Salta y Catamanrca para terminar de definir las reglas de juego a propósito de la referida ley que requiere de algunos retoques para que Milei acceda a los reclamos pecuniarios de los jefes provinciales y, de ese modo, asegurarse en el Senado y en Diputados unas cifras consistentes con la obtención de mayorías necesarias para que “todo marche acorde al plan”.
Llamó la atención la ausencia en esa reunión de mandatarios locales, de otro “minero”, el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, que tal vez no estuvo allí porque se trataba de la “mesa del cobre” y otras yerbas, y la riqueza extractiva de Neuquén pasa más bien por el gas y el petróleo.
Ya hemos tenido ocasión de alarmarnos por “el federalismo en el Senado”, esto es, por un modo de funcionamiento institucional que coloca a los gobernadores provinciales como rehenes del poder federal cuando no, directamente, de sus subordinados que, se supone, deberían ser los propios senadores.
Ahora bien, si aquél fuera el caso, es decir, si para derramar prosperidad y calidad de vida en las provincias que se gobierna hubiera que hacer buena letra con el gobierno nacional (mucho más en el marco de esa creación “pretoriana” llamada RIGI), Neuquén, a lo que parece, tendría una excelente oportunidad de negocios para platicar con el gobierno central.
A saber, en la agreste extensión que va desde Chorriaca por el norte, a Bajada del Agrio, más al sur, muy cerca de lo que fue un cerro llamado “De la Artillería” y que el viento fue borrando de a poco hasta convertirlo en una hirsuta ondulación casi invisible hoy, al modo como lo está allí, asimismo, aquel Ñorquín de unas infancias perdidas en las brumas del pasado, todo ello muy cerca del Agrio y del curso medio de otro río, el Neuquén … pues allí debería tener lugar la “segunda fundación”, es decir, en esa geografía humilde pero bellísima y anhelante de abundancia.
Es el lugar indicado para construir el nuevo aeropuerto que Neuquén necesita al influjo de Vaca Muerta, pues para llegar a esa cuenca desde Europa o desde Estados Unidos, no debería dependerse de las flotas de jets privados, que sólo garantizan comodidad y celeridad a sus dueños, sino que tal necesidad de infraestructura debería convertirse en una oportunidad de progreso y bienestar para todos los neuquinos. La ocasión es de oro para demostrarle a la comunidad que ella también está en la fila para recibir los beneficios de la actividad negocial privada.
No sólo el dinero debería ser un valor, también la felicidad general, según así lo dijo nada menos que Aristóteles, insospechado de estatista.
Pues si de vuelos comerciales se trata, hoy hay que hacer escala en Neuquén capital y, desde allí, adentrarse por unas huellas provinciales que están más rotas que la amistad entre Mauricio Macri y Javier Milei.
Pero no sería sólo esa la benéfica función que cumpliría tal obra de infraestructura aérea, sino que todo el interior olvidado de Neuquén se vería bendecido por las mieles del progreso.
Ese territorio olvidado es el que se extiende al norte del paralelo 40, digamos, desde Zapala hacia el nor-noroeste, incluyendo las estribaciones cordilleranas “hiperbóreas”, en las nacientes del Nahueve, en plena Cordillera del Viento.
El complemento inexcusable de tal aeródromo sería la autopista troncal que deberá unir Zapala con Chos Malal en un tramo inaugural, pero que también debería encontrar su destino y razón extendiéndose hacia el sur, partiendo desde más allá de San Martín de los Andes, digamos, desde el paraje Nahuel Huapi, para culminar en las riberas del Barrancas.
Con aeropuerto y autopista, ya Dubai no nos sería tan ajeno, valga el tono de sorna, y Neuquén dejaría de ser un territorio partido al medio, con un sur siempre fértil y engalanado de verde y un centro-norte semidormido en la penumbra de un paisaje agreste y taciturno.
Sólo queda un “detalle”: la financiación, pero para esto el gobernador Figueroa podría explorar las siempre fecundas potencialidades de la ecuación público-privado.
La Corporación América y/o la YPF actual no deberían oponer óbice alguno a la constitucion de una UTE con el gobierno provincial, ello sin contar con que siempre se puede interesar a inversores extranjeros para que sean de la partida, o de la patriada, según se mire.
Los chinos no tardarían mucho en estar de acuerdo aunque, si el pánico a Trump es cerval, siempre se puede arreglar con Uncle Sam para el mismo propósito emprendedor.
Y todo podría, incluso, hasta deparar una gratísima sorpresa: que un CEO de envergadura continental y “nacionalidad” neuquina, si inteligentemente interesado, dé el sí en el altar del amor a la provincia que lo vio crecer.
* Abogado, periodista y escritor.

Flexibilizar protecciones para invertir, esa es la cuestión. Por lo menos la cuestión que ha venido a plantarse como nodo en el cual coinciden los intereses de los gobernadores “mineros” con los del gobierno nacional, que de minero no tiene nada pero dispone de la caja. Así funciona el federalismo argentino, lejos, por cierto, de aquellas ensoñaciones institucionales que expresaban Alberdi y Sarmiento en una polémica célebre que los tuvo por no menos célebres protagonistas. Pero de aquel pasado, sin duda heroico, no queda nada.
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