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Federalismo y represas

Ha sido unánime el rechazo a la medida del gobierno nacional por parte de los gobiernos de Rio Negro y Neuquén. Las decisiones de estado requieren un diálogo franco y sincero para discutir el presente y futuro de los aprovechamientos hidroeléctricos del Comahue.

Redacción

Por Pedro Sánchez*

La decisión unilateral del gobierno nacional, ante el vencimiento de los plazos de concesión de las represas hidroeléctricas sobre los ríos Limay y Neuquén, de otorgar exclusivamente el control de las mismas a la empresa ENARSA (Energía Argentina Sociedad Anónima) es una medida ilegitima y anticonstitucional.

Las concesiones actuales y pronto a finalizar, son anteriores a la reforma constitucional de 1994, que en su Artículo 124º establece que “corresponde a las provincias los recursos naturales existentes en su territorio”, es decir que se otorga la potestad y administración del agua a las provincias. 

La Autoridad Interjurisdiccional de la Cuenca de los ríos Neuquén, Limay y Negro (AIC) fue creada el 6 de diciembre de 1985, en virtud del acuerdo suscripto por las provincias de Buenos Aires, Neuquén y Río Negro y el Estado Nacional, y luego ratificado legislativamente por todas las jurisdicciones. El tratado de creación, que es diez años anteriores a la reforma constitucional de 1994, expresa que “Las Provincias detentan el dominio público, inalienable e imprescriptible respecto de los ríos que forman las cuencas de los Ríos Limay, Neuquén y Río Negro. Consecuentemente, corresponde a las mismas el ejercicio de la jurisdicción sobre tales recursos. Los Estados Provinciales signatarios tienen el derecho exclusivo de reglar el uso de tales recursos hídricos a través de tratados entre todos ellos”.

El debate sobre el manejo que de la generación de energía de las represas ha estado en la agenda de Río Negro y Neuquén durante años, bajo la suposición política y legal que se abriría un debate con la Nación en una agenda que incluya a las provincias condóminas dueñas del recurso en el manejo o comanejo de la generación energética, la discusión de una tarifa con beneficios para las provincias originarias del recurso, el canon por el uso del agua y el financiamiento para el óptimo funcionamiento de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) y del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP).

Este supuesto ha sido tirado por la borda en un claro acto de falta de federalismo, que supone a las administraciones provinciales fuera de las decisiones que les competen discutir en igualdad de condiciones y ser, además, integrantes del ente administrador.

Ha sido unánime el rechazo a esta medida del gobierno nacional por parte de los gobiernos de Rio Negro y Neuquén, como también de los gobernadores electos, algunos partidos políticos y diputados y senadores nacionales de ambas provincias. 

Las decisiones de estado, no solo en el plano energético sino en el uso optimo del agua, requieren un dialogo franco y sincero para discutir el presente y futuro de los  aprovechamientos hidroeléctricos del Comahue, en respeto a las provincias, la Constitución y las leyes provinciales vigentes, y frente a un inminente cambio de autoridades en ambos distritos provinciales y en el propio gobierno nacional. 

Río Negro no resignará el uso consagrado por la carta magna de sus recursos naturales, y si el dialogo no logra los consensos necesarios que reconozcan sus derechos, deberá defenderlos por medio de sus representantes electos y en cualquier instancia, legislativa o judicial. Así será. 

* Presidente de la Unión Cívica Radical de Río Negro.


La decisión unilateral del gobierno nacional, ante el vencimiento de los plazos de concesión de las represas hidroeléctricas sobre los ríos Limay y Neuquén, de otorgar exclusivamente el control de las mismas a la empresa ENARSA (Energía Argentina Sociedad Anónima) es una medida ilegitima y anticonstitucional.

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