La Selección y la gente, ¿tontos o pensantes?
El no cejar en el intento o resaltar a sus ex compañeros tal como lo ha demostrado Lionel Messi, son valores que la gente sabiamente añora y aprecia.
El 20 de diciembre de 2022 cerca de 5.000.000 de personas coparon las calles y accesos de Buenos Aires, para recibir a los campeones del mundo a su llegada de Qatar.
Nunca antes en la historia de nuestro país, ni un evento político, religioso, cultural, social, deportivo o artístico había movilizado semejante muchedumbre.
Luego de tres meses, 2.000.000 de personas pugnaron por 63.000 entradas para ver el partido homenaje frente a Panamá en la cancha de River, agotando los tickets en tan solo dos horas y media.
En ambos casos no hay rangos etarios, banderías políticas, provincia, clase social, o simpatías deportivas que distingan a unos de otros, solo un sentimiento de agradecimiento y de verse identificados con un grupo de jugadores de fútbol.
No se recuerda un solo momento de nuestras vidas, en que tantas personas, sobre todos niños y mujeres, luzcan con orgullo la camiseta de la selección nacional.
En paralelo y a contrapelo, Argentina vive una realidad socioeconómica agobiante, con una inflación lacerante, gobiernos inoperantes y una cada vez más creciente pobreza e inseguridad.
Es allí donde uno se pregunta si el comportamiento masivo es a la vez tonto e irreflexivo y hasta dudar sobre si la situación da realmente pie para la celebración.
Al decir de Eduardo Sacheri: “Hay una sensación de humillación, de que, salvo el Mundial, hace mucho que no nos sale nada derecho”.
Ante ese sopor permanente, quizás sea la selección el único elemento que permite sacar la cabeza del hastío y tomar una bocanada de aire fresco.
Es que la Scaloneta representa lo que podríamos ser y no somos. Un equipo con dirección y objetivos claros, con funciones definidas, que se esfuerza por obtener logros y señalar valores.
En ello es muy importante el mensaje que ha sabido transmitir su entrenador Lionel Scaloni, en cada una de sus declaraciones.
Así cuando con el ánimo de generar polémica, se le preguntó cuál de las selecciones argentinas campeonas del mundo había sido la mejor, contestó que “las tres” y que no tenía sentido perder energía en ese tipo de cuestiones, desactivando de esa manera, discusiones bizantinas de las que somos tan afectos.
Cuando hemos estado inútilmente y durante tantos años dirimiendo si era mejor Menotti o Bilardo, o Maradona o Messi, que aparezca un conductor de equipo que mire hacia adelante, dejando de lado su ego, resulta inspirador.
Pero a su vez tal postura, lo vuelve a la centralidad, ya que es la manera más eficiente -mejor resultado con menor desgaste- de realizar su trabajo.
Es que precisamente esa mentalidad dicotómica es la que no ha dejado dar vuelta la pesadísima página en la que quedamos aletargados durante 36 años, mirando la grama cada vez más amarillenta del Estadio Azteca en la final del Mundial 86.
La gran virtud de la selección ha sido la cerrar definitivamente ese segundo tomo de la historia de nuestro fútbol e incluso abrir y cerrar un tercer tomo -con las buenas campañas previas incluidas- en el reciente mundial.
Tener una perspectiva de futuro, es clave para avanzar. Así progresan las personas y también los pueblos. En tal sentido, todo aquello en que somos ciegos, en tantos otros ámbitos, la selección lo muestra límpido y posible.
Desde ganar un partido frente a un rival competitivo, hasta demostrar que se puede admirar a los padres o besar a los hijos sin rubor, apenas se termina el encuentro.
El no cejar en el intento o resaltar a sus ex compañeros tal como lo ha demostrado Lionel Messi, son valores que la gente sabiamente añora y aprecia.
Por eso el texto no debe leerse literal, sino entre líneas. Cuando tantas personas comulgan gustosamente en algo, es porque el mensaje los ha atravesado y esa respuesta no puede ser subestimada.
Algo de lo que tendría que tomar debida nota la política que, con su panza llena, lejos está, del estado de forma que requiere salir a la cancha.
Abogado. Prof. Nac. de Educación Física. Docente Universitario. angrimanmarcelo@gmail.com
El 20 de diciembre de 2022 cerca de 5.000.000 de personas coparon las calles y accesos de Buenos Aires, para recibir a los campeones del mundo a su llegada de Qatar.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios