“Los insectos colaboradores del ecosistema”
Los insectos conviven con el ser humano y muchas veces son considerados molestos, aunque deberíamos preguntarnos ¿cuál es el objetivo o beneficio que aportan a nuestro medio ambiente? ya que por algún motivo conviven entre nosotros.
Los insectos son polinizadores, es decir que extraen el polen de las flores y colaboran con la reproducción de las plantas, gracias a ellos podemos comer frutas y verduras, también nos ayudan para el control de las plagas y son recicladores al procesar materia orgánica animal y vegetal.
Los ingenieros forestales aseguran que ninguna especie del planeta debería extinguirse ya que la diversidad constituye el más importante capital cultural y junto con el fenómeno del cambio climático son los mayores retos medioambientales que tiene nuestro planeta. Millones de insectos, unas 270 mil especies dependen de estos para perpetuarse por su capacidad de polinización, es decir que son fundamentales para la supervivencia de la especie y también sensibles a cualquier cambio climático, tal es así que la deforestación crea desaparición de hábitats de especies, generando zoonosis que es el origen de las pandemias por el contacto estrecho entre seres humanos y animales.
Pero ¿por qué seres tan chiquitos, muchas veces peligrosos como las arañas e instintivos cuando pican, pueden ser fundamentales para los ecosistemas? Y es que si bien sus picaduras pueden ser letales, las mismas se comen a muchos otros insectos que podrían convertirse en plagas si no fuera por estos arácnidos. También comen insectos y ayudan a la regeneración del medio ambiente en incendios, además pueden comerse a su misma especie pudiéndose controlar la población a sí misma.
Dentro del reino animal se pueden encontrar situaciones más complejas que requieren un tratamiento prolongado en el tiempo y mayor compromiso, es el caso de los jejenes o mosca negra que invaden un campo por ejemplo en medio del trabajo agrícola y son peligrosos para la supervivencia del hombre, asegurándose que sus picaduras pueden generar cegueras y que los repelentes habituales no son efectivos ni protegen del contacto. Esto sucedió en Buenos Aires y se trató de un insecto volador que se alimenta de sangre y cuya picadura produce un corte doloroso en la piel y fácil de infectar con el rascado.
Un problema generado en el año 2000 y que comprende la zona de la Cuenca del Río Salado y atraviesa más de quince municipios.
Fuentes.
*(diario.madrid.es “Conoce los beneficios que aportan los insectos a la salud del planeta)( paisajes multifuncionales. Polinizadores.com).
*(osbodigital.es).
*(conicet.gov.ar “Invasión de jejenes, científicos asesoran a las comunidades más afectadas de la provincia de Buenos Aires).
*(ecologíaverde.com, “la importancia de las arañas”).
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