Notas sobre el malestar de los varones y sus efectos políticos

Hombres solos y resentidos, sin trabajo ni proyectos, sin modelos ni futuro. Algunos cosecharon de los traumas que otros cultivaron.

Lucian Freud – Fragmento de un autorretrato, 1956.

Los gritos silenciosos detrás de las regresiones políticas.

1. Nadie los escucha, alguien los capitaliza


Tanto la oposición interna como la externa al Gobierno han desperdiciado dos años en sentirse superiores a Milei, en juzgarlo sin comprender por qué llegó al poder. No escucharon con atención ninguno de los malestares sociales que Milei representa de formas a veces extrañas pero electoralmente eficaces.

La clase política ha demostrado haber subestimado a Milei y a su electorado una y otra vez, incluso en su momento de mayor debilidad. Aunque su fragilidad es constitutiva y uno de sus atractivos políticos más potentes. Algo similar le sucedió a los demócratas con Trump tanto en 2016 pero mucho más en 2024.

En EEUU, los datos demuestran que más mujeres, minorías raciales y las clases populares votaron a Trump en 2024 que en 2016. En nuestras tierras, las últimas mesas electorales en localidades del interior profundo y en las comunidades originarias también han generado resultados contraintuitivos, sorprendentes.

Los malestares son múltiples y quien lo capitaliza no necesariamente los escucha, simplemente los canaliza y quizás los empeore. Tal vez los use de materia prima para algo diferente, no necesariamente terapéutico y sanador. Uno de los malestares más espinosos es el de los varones.

EEUU es uno de los países que más datos estadísticos produce con un enorme sistema universitario hoy en crisis. Desde los ochenta ha estudiado la producción de pánicos y su efectos en instituciones educativas y judiciales pero también en el derecho, las infancias, la vida familiar y las relaciones sexoafectivas entre varones y mujeres.

Richard Reeves publicó “Sobre niños y hombres” en 2022 -hay traducción en Deusto- en el que demuestra con datos estadísticos cómo los varones están “quedándose atrás, quedándose afuera” de ciertos sectores profesionales y educativos, cómo caen sus ingresos, la posibilidad de proveer a sus familias y siquiera formarlas. Los datos son alarmantes en problemas de salud mental, suicidio, criminalidad y expectativa de vida.

Reeves ve una correlación entre ludopatía, adicciones, el plan de hacerse “rico rápido” y una economía que es cada vez más hostil para las nuevas generaciones de varones.

En sintonía, Scott Galloway acaba de publicar “Notas sobre cómo ser un hombre” (2025) y también desde el 2022 viene señalando que se están gestando las personas más peligrosas: hombres quebrados y solitarios.

Galloway utiliza los datos de Reeves, el psicólogo social Jonathan Haidt y los profundiza. Resalta que los varones tienen una tendencia marcada -en contraste a las mujeres- a la depresión, a la violencia física, a la autolesión, al suicidio, a seguir viviendo con sus padres, a tener problemas de inserción laboral, abandono escolar o baja performance en el sistema educativo en el que son ya un grupo en caída, a entrar en consumos problemáticos de drogas legales o ilegales, blandas o duras, al ser seleccionados por el sistema penal, al creer en teorías conspirativas, a ser atraídos por burbujas de discursos de odio, racismo, misoginia, transfobia y homofobia abierta, a radicalizarse y pasar a las acciones extremas. Episodios reales y de ficción, como la serie “adolescencia”, lo grafican. 

El 45 por ciento de los varones entre 18 a 25 años nunca invitaron a salir a una mujer en persona. ¿Por qué gana el miedo? Galloway ve que la batalla entre derecha e izquierda empeora todo pero enfatiza en que el efecto político y social del malestar de los varones va más allá de este o aquel Gobierno.

Todo se potencia con las guerras culturales autodestructivas, con un clima de frustración social, de inestabilidad económica y de adicción a las pantallas. ¿Qué se le estuvo diciendo y haciendo en la última década a los varones? ¿Quiénes y cómo se les habla a los varones en Argentina en la actualidad?

2. La atomización y soledad capitalizada


En Argentina hubo otros contextos históricos donde los silencios y la irresponsabilidad reforzaron situaciones inviables que terminaron explotando. No se habla de traumas y ansiedades sociales de grupos que no solamente fueron maltratados sino abandonados. 

Los pánicos sociales, sexuales y de seguridad, las reacciones sociales por los femicidios y los malestares de los varones pueden todos ser capitalizados por los mismos populismos autoritarismos que vemos crecer. En contra de lo que se piensa, las guerras culturales y los pánicos siempre fortalecen el crecimiento del Estado policial y el desmantelamiento del Estado social. Las izquierdas identitarias trabajan para las derechas mesiánicas.

La recesión económica de la última década puso el peor contexto. Sin embargo, el progresismo de la crueldad gestó y aceleró todos los malestares estructurales de los varones con políticas de pánico espectacular y miedo, de patrullaje y violencia regenerativa. La regresión actual es producto de esa extraña alianza entre progresistas que son reaccionarios y liberales que son autoritarios. Unos cosecharon políticas del resentimiento. Otros las capitalizan. Lucas Arrimada es Abogado y Profesor de Derecho Constitucional.


Lucian Freud - Fragmento de un autorretrato, 1956.

Los gritos silenciosos detrás de las regresiones políticas.

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