Por qué Río Negro y Neuquén no se sumaron al bloque de cinco gobernadores
Los mandatarios de la región priorizan su autonomía sobre el nuevo armado: creen que beneficia más a provincias grandes. “Nadie quiere recibir ninguna esquirla” justificó un impulsor del frente sobre las razones por las que JSRN y La Neuquinidad se preservan.

Como en un menú de pasos los cinco gobernadores que presentaron un frente electoral -que no se identifica ni con La Libertad Avanza ni con el kirchnerismo- avanzarán en la presentación de una marca y sello nacional, en la búsqueda de ampliación del grupo a provincias como San Juan, San Luis , Río Negro y Neuquén y finalmente en la composición de un bloque de diputados y senadores nacionales aunque esa parte del plan se pospone para después del 10 de diciembre.
El quinteto conformado por Ignacio Torres (Chubut); Maximiliano Pullaro (Santa Fe); Martín Llaryora (Córdoba); Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz) tendieron puentes y conversaron con Alberto Weretilneck y también con Rolando Figueroa que por ahora prefieren una estrategia circunscripta a la región del Comahue, propia y sin ataduras a otros armados que visualizan beneficiando más a grandes provincias que a las más chicas. Es el caso de Córdoba y Santa Fe con Llaryora y Pullaro que comparten incluso esquema de comunicación y se ayudarán mutuamente en los procesos electorales con visitas y recorridas recíprocas. Y quizás en los próximos días viajen a Corrientes a acompañar a Gustavo Valdés que prometió ser parte del grupo después de enfrentar la elección más difícil: este mes se renueva gobernador y el correntino promovió a su propio hermano el actual intendente de Ituzaingó, Juan Pablo Valdés.
Probablemente en la Norpatagonia también se mantenga una cuota de desconfianza frente a la permanente audacia del chubutense con quien ya ha habido idas y vueltas.
“Nadie quiere recibir ninguna esquirla” justificó a DIARIO RIO NEGRO uno de los impulsores del frente sobre las razones por las que Juntos Somos Río Negro y La Neuquinidad, como también el salteño Gustavo Sáenz, entre otros, se preservan. El diálogo existe y en la Casa de Chubut, donde se hizo el anuncio esta semana, aseguraban que otros gobernadores tienen intención de sumarse pero no en medio del proceso electoral y mucho menos en estos últimos días de definiciones cuando La Libertad Avanza negocia con el PRO y con una parte del radicalismo para presentar listas conjuntas. Temen a las represalias o a incentivar acuerdos que les jueguen en contra.

Al sur del Río Colorado negaron cualquier posibilidad de entendimiento y en cambio apuntaron al fortalecimiento de las estrategias en espejo entre el gobierno rionegrino y el de Neuquén.
“Es un nuevo eje de poder, no lo llamamos un camino del medio pero para defender a las provincias hace falta un anclaje nacional”, describió uno de los operadores que más trabajó para el anuncio de mitad de semana que tiene la ambición de consolidar una estructura que se ofrezca como alternativa para el año 2027. Según cuál sea el resultado de la legislativa de octubre, en diciembre buscarían armar un interbloque que no sería cien por ciento antiMilei pero que en cambio defendería intereses federales como los recursos y las obras de infraestructura que restringió o canceló el Gobierno nacional.
Aunque el lema primario fue buscar una voz federal en el Congreso algunos callan ese grito a la espera del resultado en provincia de Buenos Aires donde LLA y el PRO polarizarán con Axel Kicillof y el peronismo unido. Sin embargo en este turno se prueba la eficacia de una nueva tercera vía integrada por radicales, peronistas no K, vecinalistas y hasta por los disidentes del PRO. En la Cuarta Sección ese esquema tiene 19 intendentes jugando en ese espacio, varios de ellos como integrantes de las listas. El grupo tiene algunas coincidencias con el armado de los gobernadores como la presencia de Juan Schiaretti que en Córdoba podría encabezar la lista de candidatos para el 26 de octubre contra la alianza que constituyan los libertarios que aún definene si suman al macrismo y a los radicales del jefe del bloque de diputados Rodrigo de Loredo. El peso de los intendentes bonaerenses es equiparable al rol político de algunos gobernadores y en este caso a los de sellos provinciales que buscan autonomía del poder central sea Axel Kicillof o para todos por igual el presidente Javier Milei.
La génesis del bloque
La idea la venían amasando hace tiempo algunos dirigentes que impulsaban un recambio en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y postulaban reemplazar a Ignacio Lamothe por Sebastián García de Luca, un dirigente del PRO que impulsó el armado bonaerense Somos que entre otras figuras integran Facundo Manes y una parte de la UCR, Emilio Monzó y, entre otros vecinalistas y peronistas distanciados de Sergio Massa y de La Cámpora. García de Luca es muy amigo del entrerriano Rogelio Frigerio pero a diferencia del gobernador -que está a punto de pactar con La Libertad Avanza- cree que los gobernadores deben garantizar y garantizarse gobernabilidad pero que al mismo tiempo hay una oportunidad: en los partidos tradicionales pierden predicamento sus conducciones nacionales como Cristina Kirchner o Martín Lousteau que dejará el Senado. Frente a ese escenario hasta los gobernadores de la UCR o del peronismo pueden asumir su propia voz.
En aquel momento el grupo que impulsó a García de Luca desistió de la batalla entre otras razones porque Lamothe sumó el apoyo de Rolo Figueroa y de Weretilneck que inclinaron la balanza a su favor.
Tres tercios
Como La Libertad Avanza, también los gobernadores que se lanzaron desde la Casa de Chubut apuestan a diviDir el electorado en tercios muy especialmente en las ocho provincias donde, como Neuquén y Río Negro, eligen senadores. Las razones son distintas: para los mandatarios es un nuevo mapa de poder político y para el Gobierno la llave que ayude a blindar leyes, vetos y le ponga un cepo a la agenda parlamentaria.
En el supuesto de que el kirchenirsmo pudiera quedar en tercer lugar sin acceso a bancas ni por la mayoría ni la primera minoría, lo que hoy es el interbloque de Unión por la Patria bajaría a 25 o 26 senadores nacionales, uno o dos más del tercio de 72 integrantes.
La Libertad Avanza, sostienen en Grito Federal, subiría de seis propios a unos 19 o 20 según como sea el acuerdo de alianzas. El resto de los escaños se repartirían entre el PRO, la UCR y los provinciales. En ese caso, los mandatarios apuestan a que gran parte de los senadores del PRO -como los radicales que queden con una banca- ya no serían del esquema leal al Gobierno porque los ‘peluca’ quedarían integrados como propios en sus listas vía acuerdos previos que se gestan esta semana. En esa ecuación, el Grito Federal quiere ser la primera minoría después del peronismo y hacer valer su posición parlamentaria.

Como en un menú de pasos los cinco gobernadores que presentaron un frente electoral -que no se identifica ni con La Libertad Avanza ni con el kirchnerismo- avanzarán en la presentación de una marca y sello nacional, en la búsqueda de ampliación del grupo a provincias como San Juan, San Luis , Río Negro y Neuquén y finalmente en la composición de un bloque de diputados y senadores nacionales aunque esa parte del plan se pospone para después del 10 de diciembre.
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