Río Colorado: el arbolado urbano es un bien público y un compromiso de todos
Tras cinco décadas de desacuerdos y normativas ausentes, la responsabilidad técnica y la voluntad política y vecinal son la clave para revertir conflictos históricos y consolidar esta infraestructura como un activo estratégico de la ciudad.
Desde 2020, el arbolado de la localidad de Río Colorado fue declarado bien público por Ordenanza, lo cual exige que toda intervención sobre este -ya sea privada o estatal- deba ser anunciada y aprobada. Sin embargo, su gestión se enfrenta al peso de casi medio siglo de normativas ausentes, difusas o inconexas. El resultado es un paisaje urbano con especies inapropiadas, podas drásticas poco comprensibles, extracciones de árboles valiosos sin reposición, e interferencias con otras estructuras como veredas, cordones cuneta, cableados y servicios de conducción de aguas y efluentes.

Con la finalidad de transformar la situación actual, una Comisión formada por agentes municipales, representantes del INTA y de la Cooperativa de Electricidad intenta sentar las bases de una gestión técnica y colaborativa que aporte soluciones a esta problemática.
Fiscalización activa: nuevos roles para el municipio y la Comisión
Un primer logro de la Ordenanza vigente es que los vecinos deben dirigir sus pedidos de poda al Área de Medioambiente del municipio. Dicho pedido es contestado con la entrega del listado de podadores habilitados en distintas capacitaciones. No obstante, aún con personal entrenado pueden verse casos inentendibles de trabajos mal hechos.
Si el pedido es de extracción del árbol, en el seno de la Comisión se analizan las causas y las especies involucradas: de acuerdo con esto se aprueba si las causas son suficientes o la especie no está entre las priorizadas. Si la especie está entre las priorizadas, se proponen medidas alternativas a la extracción misma. Anualmente se lleva un registro de casos detectados en el que persisten criterios equivocados de poda o extracciones no informadas, donde los vecinos son notificados en una primera instancia y sancionados solo en caso de repetición.
Cuatro soluciones técnicas en marcha
La gestión de la Comisión de Arbolado urbano local se concentra en transformar los problemas más comunes en soluciones concretas a través de la comunicación y la asistencia técnica a vecinos y funcionarios:
- Elección de especies y adecuación al entorno: La calidad de los suelos del área urbana y la existencia de una freática salina a 1,5-2 m de profundidad actúan como limitantes para ello. En este sentido, la especie ideal para el arbolado de veredas debe ser rústica, de madera resistente a vientos, sin plagas ni enfermedades, y de un tamaño adulto acorde a las veredas locales, de 2,5 m. Según lo observado, la mayoría de las podas irracionales o pedidos de extracción se relacionan con especies que el tiempo puso en evidencia como inadecuadas.

Respuesta técnica: La Comisión promueve un listado de especies aptas para orientar plantaciones nuevas o recambio de ejemplares. Remitirse a las pocas especies predominantes genera problemas; por ejemplo, en el pasado, la preminencia de la acacia bola generó condiciones para la aparición de la plaga Cephisus siccifolius (Chicharrita de la espuma). Hoy, como el fresno americano, si bien es de alto valor por su rusticidad, termina siendo “molesto” por su tamaño, y el paraíso sombrilla tiene propensión a la rotura de ramas con los vientos.
Guía de especies recomendadas
La Comisión promueve un listado de especies recomendadas en base a la experiencia local para orientar plantaciones nuevas o el recambio de ejemplares.
Aptas para veredas de hasta 2,5 metros:
- Acacia casque rouge (Robinia pseudoacacia hispida): Rústica y apta para veredas angostas.
- Árbol de Judea (Cercis siliquastrum): Adaptable y de tamaño contenido.
- Ciruelo de flor o morado (Prunus pisardii): Ornamental y de buena resistencia.
- Crespón (Lagestroemia indica): Atractivo y de copa pequeña.
- Ligustro dorado o variegado (Ligustrum lucidum): Rústico.

Aptas en veredas de 2,5 metros o más, con manejo adecuado:
- Fresno dorado (Fraxinus excelsior f. aurea), Fresno rojo (Fraxinus oxycarpa Raywood) y Fresno europeo (Fraxinus excelsior): Alto valor por su rusticidad, pero requieren poda de formación para adaptarse al entorno urbano.
Aptas solo para veredas de 3 metros o más:
- Sófora (Styphnolobium japonicum).
- Mora híbrida (Morus alba var. Híbrida).
- Prevención del levantamiento y rotura de veredas: Las roturas de mampostería ocurren por la escasez de agua en la superficie. Esto “obliga” a las raíces del árbol a crecer de forma superficial y “buscar” agua.
Respuesta técnica: La ampliación de las cazuelas y la implantación de caños de riego para asegurar la hidratación en profundidad es una de las propuestas. Además, se identifican y se evita la plantación de especies problemáticas (sauces, álamos, olmos). La poda de raíces puede evitar la extracción de una especie de valor.

- Interferencia con servicios y cableado: Los problemas con luminarias y cables suelen derivar de la omisión de la poda, de las especies presentes o de la falta de criterios al plantar.
Criterio a aplicar: La capacitación a podadores es fundamental. El criterio técnico es realizar una correcta «apertura» de la copa para evitar el contacto con el cableado. En casos extremos, se evalúa la extracción de especies que resultan inviables, como por ejemplo plantas muy altas bajo líneas de media tensión.
- Control de podas irracionales: La Ordenanza vigente exige que la poda la realice personal capacitado por el Municipio, para contrarrestar la tendencia a las podas drásticas que dañan el árbol.
Enfoque de gestión: Se está instalando el concepto de que la poda la define el entorno en el cual está el árbol; no el árbol mismo, ni menos aún el vecino solicitante. La Comisión elabora y entrega un listado de trabajadores capacitados para que los vecinos los contraten.

Los desafíos: consolidar la inversión a largo plazo
Por lo expresado, no estamos haciendo una defensa apasionada del arbolado urbano existente, porque entendemos que hay ejemplares de especies problemáticas que deben ser remplazados. Si bien la Comisión ha marcado un camino técnico y dialogado, los siguientes pasos son cruciales para asegurar la sustentabilidad del proyecto:
- Regulación de veredas: Es fundamental avanzar en la regulación y el control de la construcción de veredas para asegurar niveles, banda verde y cazuelas adecuadas en todas las obras nuevas.
- Vivero propio: Crear un vivero municipal permitirá disponer en cantidad de aquellas especies prioritarias para la región que no están en la oferta comercial habitual.
- Presupuesto y planificación: Disponer de un presupuesto propio y una planificación orgánica y sostenida para la difusión y el control, lo que permitirá a la Comisión pasar de la reacción ante problemas a una verdadera prevención.
- Participación continua: Ampliar la convocatoria a sectores clave como el educativo y las Juntas Vecinales, e implementar un sistema de premios para reconocer a los vecinos que cuidan su arbolado.
- Control y sanción: La presencia y persistencia de controles por parte de la autoridad de aplicación es un aspecto que por un lado reconoce a los que valoran el arbolado urbano, y por otro no se desentiende de aquellos que incumplen la ordenanza.
Los desafíos planteados no son meramente técnicos ni infalibles, porque requieren de un profundo cambio cultural en el que las autoridades y la sociedad civil deberán asumir una responsabilidad convergente.

Como la mayoría de los gobiernos tiene un sesgo hacia la realización de obra pública visible, sobre todo aquella que implica el consumo de cemento portland, temas como el tratado en este artículo difícilmente forman parte de la agenda política. Sin embargo, el monitoreo, la mejora y la ampliación del arbolado urbano son estratégicos. La «inyección» de infraestructura verde en las ciudades es objeto de diseño, planificación y gestión y se ha convertido en un hecho transformador tan importante como la obra visible, sobre todo ante los desafíos que nos presenta el cambio climático. Si alguien piensa que es necesario un giro en el régimen de sentido, sospechamos que está en lo cierto. Y si concretar un plan de monitoreo, mejora y/o ampliación del arbolado urbano se ha convertido en un hecho disruptivo, también.
Cronología del marco legal
- 1980 (Ordenanza 280): Primera norma que declara la necesidad de la poda por seguridad y preservación del servicio eléctrico.
- 1994 (Ordenanza 304): Establece la obligatoriedad para los vecinos de implantar árboles, con el Municipio como proveedor.
- 2006 (Ordenanza 1098): Primera mención formal al término «arbolado urbano» como tema de gestión municipal.
- 2020 (Ordenanza 2131): Crea la Comisión de Arbolado Urbano y declara el arbolado como bien público.
- 2024 (Ordenanza 2390): Reglamenta la poda, el listado de especies y la obligatoriedad de implantar árboles.
*exjefe de la Agencia de Extensión Rural Río Colorado del INTA
rafaelderossi58@gmail.com
Desde 2020, el arbolado de la localidad de Río Colorado fue declarado bien público por Ordenanza, lo cual exige que toda intervención sobre este -ya sea privada o estatal- deba ser anunciada y aprobada. Sin embargo, su gestión se enfrenta al peso de casi medio siglo de normativas ausentes, difusas o inconexas. El resultado es un paisaje urbano con especies inapropiadas, podas drásticas poco comprensibles, extracciones de árboles valiosos sin reposición, e interferencias con otras estructuras como veredas, cordones cuneta, cableados y servicios de conducción de aguas y efluentes.
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