Paihuen: 20 años de gestión en pos de un mejor turismo cordillerano

La familia Taddeo renueva los desafíos que les plantea el complejo ubicado dentro del Parque Nacional Lanin, sobre el Camino de los Siete Lagos. Unos cincuenta empleados tienen un trabajo seguro y directo en este lugar.

SAN MARTÍN DE LOS ANDES

Paihuen nació como un pequeño pueblo en medio del bosque, allá por 1988, en una ubicación privilegiada, dentro del Parque Nacional Lanin, sobre el Camino de los Siete Lagos, en un bosque de robles y con vistas al lago Lacar, con sus construcciones en piedra y madera, con sus caminos internos, sus zepelines bajo tierra, su planta depuradora, su acueducto de agua de cuatro kilómetros; sus 20 cabañas iniciales, su piscina y su club house y restaurante.

“Fue pensado como un lugar de descanso ideal para la familia, enfocado en brindar servicios de hotelería, gastronomía y amenidades que ayudaran a disfrutar de la naturaleza que ofrece la región de los lagos”, afirma Ricardo Taddeo, quien junto a sus hijas comandan las gestión de este complejo que ha sofisticado aún más la oferta turística de San Martín de los Andes al mundo.

“Los primeros años de puesta en marcha no fueron fáciles, y para 1995 Paihuen se encontraba en una difícil situación económica-financiera. Fue entonces cuando mi familia Taddeo el complejo y comenzó una etapa que hoy está cumpliendo veinte años de gestión”, recuerda ahora Ricardo Taddeo.

Una de las primeras medidas fue construir nuevas unidades, con lo que la oferta de alojamiento creció a 33 unidades. Ello permitió que en dos años la ecuación económica del complejo se equilibrara, acota el empresario.

“Pero los desafíos siguieron. Y mientras se sumaban m2 de obra, también se iban agregando construcciones para el alma: conciertos de música clásica, exposiciones de pinturas y fotografía artística, degustaciones de los mejores vinos argentinos y también se desarrollaba una gastronomía de primer nivel acorde con los requerimientos de los huéspedes. Se sumó un segundo punto gastronómico, el wine bar de Paihuen, y también se desarrolló una Agencia de Turismo propia, La Aldea de Paihuen, destinada a dar servicios turísticos exclusivos a los huéspedes del complejo”, recupera.

Como toda historia de vida, Paihuen tuvo y tiene sus momentos de gloria y también los difíciles: la falta de nieve de 1996, la crisis política y económica de los años 2000 y 2001, el incendio del club house en el 2001, las diferencias de cambio negativas que alejan el turismo extranjero, el estallido del volcán Puyehue en junio del 2011, que afectó a toda la región y la pérdida más significativa, que fue la partida en el 2006 de Raquel de Taddeo, invalorable motor de la familia y alma mater del complejo.

De todos modos y a pesar de todo, Taddeo afirma que “el balance es ampliamente positivo, hoy más de mil familias al año disfrutan de sus comodidades, cincuenta empleados tienen un trabajo seguro y directo mientras que en forma indirecta lo reciben sus proveedores y su gente”.

Paihuen, ubicado en un entorno que sobrecoge por su grandiosidad, cuenta con el compromiso de la familia Taddeo, de aportar su intención y mejor esfuerzo en servir a la gente, que pone en sus manos los buenos momentos de vacaciones y de encuentro con la vida y los afectos.

rionegro.com.ar


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