Para competir en esquí hay que «militarizarse»

Los mejores corredores se enrolan en el Ejército para recibir apoyo. Carola Calello lo hizo y ayer tuvo que prestar juramento a la Bandera. Bustos y Van Ditmar ya tienen el rango de cabo. Simari es otro caso.

BARILOCHE (AB).- Tal vez nunca lo había imaginado, pero ayer tuvo que cambiar los esquíes por el fusil FAL y el uniforme camuflado. Juró la Bandera con emoción y ya empezó a soñar con las carreras por venir.

La realidad de la multicampeona argentina de esquí, Carola Calello, es tan insólita como concluyente: para seguir compitiendo tuvo que enrolarse como voluntaria en el Ejército.

De esta forma, la destacada especialista de este deporte no sólo representará a la institución en los torneos militares, donde también se dan cita los mejores del mundo, sino que podrá contar con un ingreso fijo mensual y permisos especiales para entrenar y viajar.

Calello, de 22 años, es la primera mujer -pero no la primera esquiadora de elite- que debe recurrir a esta fórmula para mantenerse en la actividad.

También Manolo Bustos, Keen Van Ditmar y Cristian Simari (todos ex campeones argentinos), tomaron las armas con el mismo propósito. Los dos primeros ya alcanzaron el grado de cabo.

Tras la marcial ceremonia realizada en el patio de la Escuela Militar de Montaña, la joven deportista explicó que desde el año pasado el Ejército le había ofrecido integrarse a sus equipos de esquí alpino y este año tomó la decisión. En marzo ingresó formalmente y a los pocos días ya estaba compitiendo en Austria en el campeonato mundial militar. Allí representan a sus respectivos países muchos corredores del mejor nivel y la argentina logró ubicarse 12ª en el slalom gigante.

Ya de nuevo en casa y aún sin haber participado de los tres meses de instrucción, en la víspera cumplió con el juramento de la bandera a la par de otros cincuenta soldados que se enrolaron en septiembre pasado. En su mayoría son jóvenes barilochenses -aunque también provienen de otras localidades de la provincia- y reciben un sueldo de 420 pesos mensuales.

Carola reconoció que ese dinero, sumado a la obra social y otros beneficios, son una ayuda importante para poder seguir con el esquí. «Cada vez se hace más complicado continuar porque no hay ningún apoyo», dijo.

«En el último invierno de Europa me fui a competir con mi auto y es muy duro manejar, entrenar, ocuparse de todo», añadió.

Pero mantenerse en el circuito de alta competencia no sólo le reclama desgaste físico. También debe poner dinero de su bolsillo, porque la Federación Argentina de Ski y Andinismo no presta apoyo alguno a los corredores ni consigue spónsors.

Según Calello, formar parte del Ejército de su país «es un orgullo muy grande y también una etapa de cambio en todo sentido. En el acto de hoy, vestida así, me sentí un poco rara pero es muy lindo», manifestó.

Los próximos pasos serán su participación en el circuito de competencias regionales a realizarse en Argentina y Chile hasta septiembre y el próximo año volar otra vez al hemisferio norte para la copa del mundo que se realizará en Austria y el campeonato militar en Vermont, los Estados Unidos.

De todos modos la continuidad deportiva de quien ya es la mejor corredora de la historia para el esquí argentino dependerá de un compromiso más serio de los dirigentes de la actividad. Calello estimó que «si pudieron lograr el mundial Junior para el Catedral (que se correrá en 2003) también podrían conseguir spónsors para los corredores. Cada uno sabrá lo que hace, pero de algo estoy segura, si tengo que dejar el esquí será porque no puedo y no porque no quiero seguir».


BARILOCHE (AB).- Tal vez nunca lo había imaginado, pero ayer tuvo que cambiar los esquíes por el fusil FAL y el uniforme camuflado. Juró la Bandera con emoción y ya empezó a soñar con las carreras por venir.

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