Parto humanizado: derecho adquirido pero no siempre respetado
Del 19 al 25 de mayo se conmemora la semana mundial por un parto respetado o humanizado para rescatar el protagonismo de madres y bebés en la práctica. Organizaciones ponen énfasis en difundir información de calidad. A diez años de su sanción, la ley en nuestro país aún no fue reglamentada.
SOCIEDAD
Bajo el lema “Parir es poder” se celebra la semana mundial por un parto respetado del 19 al 25 de mayo. En ese marco se desarrollarán distintas actividades en nuestro país y la región. Pero ¿qué es el parto respetado? ¿Una práctica, un derecho adquirido, una consigna o una utopía?
Para el ministerio de Salud de la Nación, el término “parto respetado” o “parto humanizado” hace referencia a “una modalidad de atención del parto caracterizada por el respeto a los derechos de los padres y los niños y niñas en el momento del nacimiento. Es decir en consonancia con las necesidades y deseos de la familia que va a dar a luz”. “Cuando se habla de parto humanizado, se habla de generar un espacio familiar donde la mamá y su bebé sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible”, agrega.
Sin embargo, en la actualidad, la práctica cotidiana de dar a luz no siempre ocurre en ese marco de respeto. Antes, el parto era una “cosa de mujeres”, que transcurría en el ámbito de lo privado, hasta que a comienzos del Siglo XX , comenzaron a realizarse en hospitales con el objetivo de reducir los porcentajes de mortalidad y morbilidad en madres e hijos. “La idea del parto como sinónimo de enfermedad se ha arraigado de tal forma, que las mujeres han perdido completamente su protagonismo siendo el equipo de salud el responsable de todas las decisiones”, sostiene el grupo “Madres con Madres,” de General Roca, que entre otras cosas defiende el derecho a un parto humanizado.
“Madres con Madres” nació en el año 2006 bajo la coordinación de María Ester Panchenko, una enfermera (ya jubilada) con más de 30 años de experiencia en el sector de Neonatología del Hospital Francisco López Lima. El objetivo del grupo es que, unas a otras, las mujeres que son madres transmitan y compartan sus experiencias particulares e información de calidad relacionada con el parto y la lactancia. Bajo la modalidad de encuentros o talleres hacen un significativo aporte para que los bebés puedan nacer sin intervenciones innecesarias y tratan de generar un espacio donde preguntarse y cuestionarse lo que está naturalizado.
Consideran que la medicalización del parto y el nacimiento no siempre ha aportado mejores condiciones para la salud de la mujer y del recién nacido y argumentan que, en este sentido, la cesárea es una de las prácticas que se ha convertido en un claro indicador de dicho proceso. Es por eso que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el índice de cesáreas debería oscilar entre el 10% y el 15 % del total de nacimientos. En Argentina, el porcentaje es más amplio, advierten. Según datos del 2013, del Ministerio de Salud, la cantidad de cesáreas en hospitales públicos ronda el 20 %, mientras que en clínicas y sanatorios privados supera el 50 %.
“Acá no se pone en discusión ‘cesárea si -cesárea no’. La cesárea salva vidas pero hay una realidad y una recomendación, basada en estadística y evidencia, que dice que la cantidad de cesáreas no debería pasar el 15% en las instituciones y esto no se está respetando. Hay un porcentaje de cesáreas que son innecesarias”, opina una integrante del grupo.
La necesidad de un parto humanizado no sólo ha sido una preocupación de organizaciones de mujeres y de la sociedad civil sino también de los Estados. Ya en 1985, a partir de una reunión convocada por la OMS en Brasil, surgió la declaración “El nacimiento no es una enfermedad”, que inició el proceso de transformación del modelo de atención de los partos en instituciones sanitarias y hoy, países como el nuestro, tienen legislación en ese sentido.
Qué dice la ley argentina. En 2004 se aprobó la ley 25.929 de “Derechos de Padres e Hijos durante el Proceso de Nacimiento”. Pero ya pasaron diez años de su sanción y aún no ha sido reglamentada. La norma establece que toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, tiene los siguientes derechos:
a) A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.
b) A ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales.
c) A ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
d) Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer.
e) A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.
f) A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, salvo consentimiento manifestado por escrito bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
g) A estar acompañada, por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto.
h) A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
Para el grupo, “más alla de la existencia de normas, nosotras como mujeres tenemos que plantearnos qué está pasando. No es que no hay nada que nos ampare sino que, de alguna manera, no nos estamos haciendo cargo de que somos nosotras las que parimos. No es para generar culpas sino para generar una responsabilidad sobre algo que es nuestro. Las decisiones que tome una madre sobre su parto pueden ser totalmente diferentes a las que tome otra. Tenemos que decidir en base a información de calidad”.
La idea no es generar una guerra de madres contra médicos sino de buscar un acompañamiento por parte del profesional, señalan: “A veces nos quedamos en el deseo de que nuestro parto sea el mejor. ‘Yo deseo tener un parto natural’, ‘yo deseo que todo salga bien’, decimos, pero ese deseo viene de la mano de hacernos un montón de preguntas, de tratar de buscar respuestas que nos representen y a su vez de involucrar al médico también”.
Actividad en Roca.- El próximo sábado 24, a las 15, habrá un taller sobre parto y nacimiento respetados para embarazadas y mamás y papás recientes. Para más información, comunicarse al (0298) 4430228/4429598 o al Facebook “Madres con Madres”.
Natalia López
natalial@rionegro.com.ar
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