«Pertusito» rescata el primer Attaque 77

Buenos Aires, (Infosic).- Federico Pertusi, hermano menor del líder de Attaque 77, acaba de editar con el nombre de «Efecto Namores» una placa con canciones «embrionarias» e «inéditas» de la banda de punk-rock hoy más trascendente en la Argentina, y aseguró que si bien en el disco hay temas que datan de unos diez años, su lanzamiento «no significa una involución».

«En tal caso, esa idea puede estar en la mente de gente tan maliciosa como la que decía que cuando dejé Attaque yo me emborrachaba porque me habían echado de la banda y estaba mal por eso», explicó Federico, antes de señalar que el nuevo disco es «un precalentamiento» para el lanzamiento de futuras composiciones con su banda De Romanticistas Shaolin»s.

Canciones como «El Recuerdo» y «Hasta verlos muertos» integran la placa que, editada por Pinhead Records, muestra el origen de «Cabeza de Navaja», formación de la que surgió Attaque 77, la banda de punk que en la escena local se caracteriza por su evolución y extralimitación respecto de uno de los géneros musicales menos proclives al cambio.

«Sí, en «Efecto Namores» hay canciones de hace más de diez años -reconoció Pertusi-, pero, si bien en un principio iba a salir con temas nuevos, me pareció interesante mostrar las primeras composiciones que yo canté, porque esto es interesante tanto para el fan de Attaque como para el que no es fan, ya que hay canciones que están realmente buenas».

Definido por el propio cantante como «un disco audiobiográfico», Federico explicó también que la edición de esta placa «es como dar a luz la psicología de aquel entonces, y si ahora hay un punk distinto, que ha evolucionado, en ese caso este disco puede servir para comparar ambas épocas».

«Benny», «Bello, Bello», «Clases», «Mi desesperación», «Delincuente», «Charlatán» y «Ferro Campeón» son algunas de las composiciones que integran el álbum de la formación embrionaria de Attaque 77, que Federico -en la voz- compartía con su hermano Ciro, Mariano Martínez, Daniel «Daño» Martínez y Claudio Leiva.

Pero poco duró la banda de la que nació Attaque y poco tiempo más participó Federico de la nueva formación, a la que se incorporaron Leonardo De Cecco (en lugar de Leiva) y Mariano Martínez (en lugar de Daño). Hubo varios y muy distintos motivos según el propio Federico: «Fue un poco por mi alcoholismo y sobre todo porque era un adolescente y estaba en un período en el que no me interesaba llevar adelante una banda o ser parte de lo que estábamos haciendo musicalmente».

«Me cuesta mucho recordar, porque eran épocas en que me empezaba a empapar de alcohol y cosas que no son muy trascendentes, en ese estado las sobredimensionaba, pero hoy, diez años después, tengo otra cabeza y pienso que simplemente algo se rompió entre quienes integrábamos Attaque», reflexionó.

Sin arrepentimientos

Hoy totalmente recuperado de su adicción y con infinidad de proyectos, Federico asegura no haberse arrepentido de aquella decisión, a pesar de la masividad que adquirió la banda que lidera su hermano Ciro y la popularidad a la que ha llegado Attaque, tanto en la Argentina como en Latinoamérica.

«Nunca me arrepentí; me sirvió de mucho porque cuando salí de Attaque empecé a agarrar la guitarra, a hacer canciones y me independicé. Ese fue mi camino entonces», aclaró quien también integró bandas como Belfast, Durango 95, Psicología de Perros, Mal Momento y Europa all Stars. Ahora con De Romanticistas -Federico en voz y guitarra, Sebastián en guitarra, Mauro en bajo, Bada en batería-, «Pertusito», mote que le endilgaron desde algunos medios de prensa al artista que prefiere que se lo ubique hoy «en una actitud más madura», está totalmente entusiasmado, al igual que su hermano.

«Mi hermano se caga de risa y dice que el disco está muy bueno», relató Federico, quien, aún resentido por el mal trato que recibió su performance en bandas como Belfast o Durango 95, no está totalmente convencido de contar esta vez con la aprobación de la crítica especializada, sobre la que opinó que «muchas veces ve como fracasos producciones que deberían ser vistas desde un pensamiento más óptimo y más blanco y no desde un punto netamente exitista».