Amenazas con armas en otra escuela secundaria de Roca: «Hay mucho temor y es muy triste», dijo la directora
En la ESRN 16 de Roca un estudiante fue amenazado por adolescentes que serían ajenos al colegio. La comunidad educativa exigió custodia policial y contención urgente.
La comunidad educativa de Roca vive horas de tensión y preocupación. A los recientes episodios de violencia que involucraron a otras instituciones de la ciudad, se suma ahora la situación que atraviesa la ESRN 16, donde un estudiante de tercer año fue amenazado por un grupo de jóvenes ajenos a la escuela.
La alarma se encendió de inmediato y puso en evidencia, una vez más, la vulnerabilidad del ámbito escolar frente a conflictos violentos de alta intensidad que se gestan dentro y fuera de las aulas.

El miedo se esparció entre estudiantes, docentes y familias. La amenaza incluyó la posibilidad de un ataque con armas de fuego, lo que llevó a activar un protocolo de emergencia: clases suspendidas, patrullaje policial y acompañamiento institucional.
La directora de la escuela, Carmen Juárez Reynaga, dialogó con Diario RÍO NEGRO y dijo: «Esto no se soluciona en soledad, necesitamos apoyo real”.
El inicio del conflicto: una amenaza externa
Todo comenzó el martes cuando un estudiante de tercer año comunicó que había recibido amenazas de un grupo de jóvenes que no pertenecen a la institución. Según explicó la directora, el adolescente advirtió que los agresores planeaban ir a buscarlo a la salida de clases. El dato más alarmante: estarían armados.
Ante la gravedad del caso, el equipo directivo activó un protocolo de seguridad. Se convocó a la Policía, que dispuso la custodia del estudiante amenazado y el traslado a su domicilio junto a su familia, donde también se tomó la denuncia correspondiente.

«Lamentablemente, tenemos que tomar estas medidas preventivas para resguardar al estudiante y a toda la comunidad», explicó Juárez Reynaga. Por recomendación de la supervisión, el alumno y su hermano menor –aunque no había sido amenazado directamente– dejaron de asistir a clases de forma presencial. Ambos continuarán escolarizados de manera virtual.
Medidas preventivas y una salida anticipada
El miércoles, las autoridades escolares decidieron tocar el timbre antes de lo habitual, para que los estudiantes se retiraran por razones de resguardo. A las familias se les informó sobre lo sucedido a través del cuaderno digital.
Además, se solicitó custodia policial para el egreso de los turnos. «La sargento que se acercó ayer nos explicó que, si la familia autorizaba, podía acompañar al estudiante amenazado hasta su casa y tomarle declaración a la madre allí mismo», relató la directora.
El miedo en la comunidad educativa
Las amenazas generaron un fuerte impacto emocional en toda la comunidad. “Hay mucho temor y es muy triste ver cómo estos hechos alteran la cotidianidad de una escuela«, expresó Juárez Reynaga.
«Los chicos están asustados, y los docentes también. Necesitamos trabajar todos juntos: familias, estudiantes, docentes y autoridades«, reiteró.
La situación escaló tanto esta miércoles que por la tarde, los docentes pidieron la intervención del gremio Unter. Fue así que se realizó una reunión con delegados sindicales, representantes del centro de estudiantes y el equipo directivo. Allí se acordaron medidas de cuidado inmediato: no salir a patios sin cercado perimetral y gestionar alternativas para reforzar el cierre del predio.
«Un ladrillo cada uno»: una campaña estudiantil
En medio de la crisis, los estudiantes del centro de alumnos propusieron una campaña simbólica bajo el lema «Un ladrillo cada uno», con la intención de construir un muro que permita cerrar perimetralmente el patio más expuesto.
«Nos preocupa que pueda entrar gente ajena a la escuela por ese sector», explicaron desde el centro de estudiantes, quienes también solicitaron presencia policial permanente en los ingresos y egresos de la jornada escolar.
Estudiantes organizados: «Esto ya es un hecho de rebelión»
Una joven integrante del centro de estudiantes sintetizó el sentir colectivo: «Esto ya es un hecho de rebelión. No deberíamos estar viviendo esto, pero lo hacemos porque tenemos mucho miedo. Pedimos medidas concretas, no respuestas pasivas».
Otro estudiante contó que las amenazas se viralizaron a través de un canal de WhatsApp llamado «La 250» y que ya hubo mensajes violentos desde el martes. El miércoles se conoció la primera amenaza formal y, este jueves, una nueva.
¿Hay armas dentro de la escuela?
Consultada sobre la posibilidad de que haya estudiantes armados dentro del colegio, la directora negó esa versión. Aclaró que se trabajó sobre «casos puntuales», pero ninguno incluyó portación de armas de fuego dentro de la institución.
Aún así, el temor persiste. Y es que la violencia que rodea a los adolescentes en sus entornos sociales muchas veces se traslada al espacio escolar, donde se cruzan vínculos del barrio, el club o los boliches. «Surgen conflictos que lamentablemente no pueden resolver de forma adecuada», agregó la directora.
«La escuela es inclusiva, no punitiva»
Desde el área judicial, se recomendó a la familia del estudiante amenazado que cambie de domicilio por motivos de seguridad. La escuela, por su parte, garantizará su continuidad académica mediante actividades virtuales enviadas a través del cuaderno electrónico, con plazos de entrega y seguimiento pedagógico.
“No se puede excluir a un estudiante, la escuela es inclusiva, no punitiva”, recalcó Juárez Reynaga. “Pero tampoco podemos permitir que alguien esté en riesgo. Por eso se definió esta forma excepcional de escolarización”.
Reclamos por contención y recursos
La directora también pidió mayor presencia del Estado y recursos humanos especializados. “Necesitamos un equipo técnico permanente, con profesionales capacitados para acompañar estas situaciones. No podemos hacerlo solos”.
El problema, insistió, no se resuelve con vallas o portones: “No queremos convertir la escuela en una cárcel. El cerco no garantiza seguridad, necesitamos políticas integrales”.
Esta mañana, la escuela se comunicó con la coordinadora Fernanda Curuchet, quien se comprometió a gestionar el cercado y un nuevo portón con candado que permita controlar el ingreso durante el horario escolar.
Casos que se repiten: la violencia no es nueva
Esta no es una situación aislada. La semana pasada, en la ESRN 1, también hubo una amenaza que motivó la suspensión de clases. Este martes, en la ESRN 9, una mujer –familiar de un alumno– ingresó al edificio, agredió a un estudiante y también a una docente que intentó intervenir.
“Sabemos que hay muchas situaciones que no se viralizan porque suceden en escuelas alejadas del centro”, dijo Juárez Reynaga. “Pero están ahí, y se repiten”.
Este viernes a las 10 de la mañana, la ESRN 16 convocó a una reunión informativa con todas las familias de los turnos mañana y tarde. El objetivo: explicar en detalle lo sucedido y consensuar medidas de cuidado conjunto.
“No vamos a suspender las clases, salvo que supervisión lo indique”, aseguró la directora. “Porque sabemos que aunque suspendamos hoy, el problema puede estar igual la semana que viene. Necesitamos respuestas sostenidas”.
Lo cierto es que, la crisis que atraviesa la ESRN 16 vuelve a poner en el centro del debate la seguridad en las escuelas, y cómo la violencia social irrumpe en espacios que deberían ser de contención.
La comunidad educativa de Roca pide algo básico pero urgente: poder enseñar y aprender sin miedo. Como concluyó la directora: “Esto no se resuelve de un día para el otro». Pero lo que sí está claro es que la escuela sola no puede.
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