Crimen macabro en Chascomús: cómo fue la coartada del detenido por asesinar a una familia

Los cuerpos de María Eugenia Suárez y su hijo de 12 años, fueron encontrado por el administrador del campo donde ocurrió el hecho. Horas más tarde, apareció muerto su esposo, Diego Reddy. El único detenido es otro de sus hijos.

El doble crimen ocurrido en una estancia del partido bonaerense de Chascomús, el viernes pasado, se convirtió en triple crimen. El hijo del hombre que era buscado como principal sospechoso fue detenido en las últimas horas como acusado de los homicidios. Se trata de Francisco Waldermar Reddy.

El joven fue detenido luego de que hallaran el cadáver baleado de su padre dentro del mismo campo y que diversas pruebas lo vincularan a los hechos, informaron hoy fuentes judiciales y policiales.

El principal sospechoso es un policía de la bonaerense con tareas diferenciadas, fue detenido e imputado por la masacre de una familia en Chascomús

Las víctimas del triple crimen son su padre, Diego Reddy, la esposa de su progenitor, María Eugenia Suárez; y el hijo de ambos, Ignacio Reddy, de 12 años, medio hermano del presunto triple homicida. El joven que intentó engañar a los investigadores con una coartada en la que buscó involucrar a otros efectivos.


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Según la reconstrucción del hecho realizada en la investigación a cargo del fiscal Jonatan Robert, el asesino entró a la casa y de forma alevosa, le disparó desde atrás a la mujer que cocinaba sin que se diera cuenta de su presencia.

Francisco Waldermar Reddy cumplió 20 años el 22 de diciembre. Una semana antes de haber ingresado alrededor de las 17.30 con su camioneta Chevrolet S10 color blanca comprada recientemente a la “Estancia Los Pinos”, ubicada a 10 kilómetros de la Ruta N°2. El predio se encuentra sobre el camino conocido como ”Bajada Puerta del Diablo” y era cuidado por su padre y la mujer.

Según informaron, la bala impactó en la región occipital a la altura de la base del cráneo, en la zona de la nuca. Confirmaron que Suárez murió en el acto.

Luego del primer asesinato, el homicida se dirigió a un galpón de la estancia, que está ubicado a unos 60 metros de la vivienda. En ese lugar, atacó salvajemente al hijo de la pareja, descargó el arma sobre su abdomen, y lo golpeó varias veces con un elemento contundente en la cara y en la cabeza. El niño quedó agonizando mientras que el agresor escapó.

Al llegar la noche, el administrador de la estancia, observó que había un tractor con el motor encendido en el galpón. El hombre se acercó al lugar y comenzó a llamar a Diego Reddy pero nadie respondió. Por lo que decidió ingresar a ver qué ocurría. Allí, encontró a Ignacio herido. Y luego se confirmó que encontró a la mujer dentro de la vivienda. El horror de la situación hizo que se retire del lugar y llame a la policía.

El niño fue trasladado de urgencia al hospital San Vicente de Paul, pero los médicos no lograron salvarle la vida. Detallaron que la bala le atravesó el bazo y el riñón izquierdo. Murió al igual que su madre.

Además del detalle del tractor, se confirmó, por las cámaras de seguridad municipales sobre la Ruta N°2, que la S10 de Francisco Reddy estuvo en el establecimiento. A las 17.31 se lo vio salir, luego regresó a las 17:59 y volvió a salir 19:43. Según informaron, los homicidios ocurrieron entre las 17.30 y las 20.30 del viernes 29 de diciembre.

Además de estas pruebas, hubo una declaración clave de un peón. Dijo haber escuchado, cerca de las 18.30, una detonación. Horas más tarde, se conoció que secuestraron una carabina marca Maheli, calibre 22, que se encontraba en la camioneta del presunto homicida, durante un allanamiento a su casa, ubicada en la calle Olavarría, en Dolores. Los peritos de Policía Científica habían encontrado, dos vainas del mismo calibre junto a los cuerpos en la estancia.


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Tras el doble crimen, no había rastros de Diego Reddy. Una de las primeras hipótesis lo apuntaba como el autor de los crímenes. Mientras que el sospechoso, en ese momento testigo, ya había ensayado un coartada. Denunció a la Fiscalía Federal de Dolores el secuestro extorsivo de su padre. Había declarado que le exigían 7 millones de pesos. 

Para llevar a cabo este ensayo, le había pedido a otro policía que lo llamara a su línea privada, y que le pidiera plata. La coartada no se mantuvo por mucho tiempo ya que el efectivo aportó las capturas de pantalla de la conversación.

Otra de las pruebas que lo incrimina apareció cuando un hermano del hombre desaparecido declaró haberle prestado una carabina calibre 22 ese mismo viernes a su sobrino. Horas más tarde apareció entre los pastizales de Los Pinos, el cuerpo sin vida de Diego con distintas heridas de arma de fuego.

Además, en la camioneta familiar, también una S10, los efectivos encontraron la presencia de manchas y una huella dactilar que se corresponde al supuesto homicida.

El fiscal consideró que el caso está esclarecido. Con respecto al móvil del hecho que aún no fue esclarecido, la hipótesis se relaciona con una herencia o una deuda. “No constatamos faltantes, no había nada revuelto y encontramos efectivo en la vivienda, pesos, dólares y elementos de valor”, sostuvo a C5N el titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 10 descentralizada de Chascomús.


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