Dos madres atravesadas por el dolor de un feroz crimen en Bariloche

Las mujeres expresaron sus sentimientos ante el tribunal, que condenó al imputado del homicidio de un joven a 10 años y 8 meses de prisión en un juicio abreviado tras un acuerdo pleno entre la fiscalía y la defensa. El acusado admitió haber sido el homicida.

Gustavo Carrillo Cisternas tomó el micrófono con mano firme, levantó la cabeza y dirigió la mirada hacia el sector de la sala donde se encontraba la madre de la víctima. “Quiero pedirle perdón a la familia. Señores familiares lamento mucho. No sé cómo explicarlo muy bien”, manifestó, compungido, el imputado del homicidio de Jorge Raúl Delgado.

La madre de Delgado, que fue asesinado de tres balazos la tarde del 11 de diciembre pasado en una esquina del barrio 29 de Septiembre de Bariloche, tomó la palabra. “¡La verdad que es muy duro esto!”, sostuvo la mujer. Todos en la sala escuchaban en silencio.

“Yo perdí a mi hijo y mi nieta a su papá”, afirmó, con voz firme. Contó que el domingo último, que se celebró el Día de las Infancias, tuvo que mostrarle a su nieta un video grabado de su papá, que fue asesinado. Sin embargo, la mujer sostuvo: ¡Me dan más pena ustedes y las familias de ustedes!” “Porque yo perdí físicamente a mi hijo, mi nieta a su padre, mis otros hijos a su hermano, mis padres a su nieto, ¡pero ustedes van a ser asesinos siempre Y ese cartel no se los va a sacar nadie!”, advirtió.

Los jueces Bernardo Campana, Gregor Joos y Marcelo Álvarez Melinger admitieron el acuerdo presentado por la fiscal Betiana Cendón. (foto Alfredo Leiva)

Dijo que llevaba 8 meses sin dormir. “Y me imagino que por el resto de su vida ustedes tampoco van a poder dormir, y cuando escuchen a la noche esa vocecita voy a ser yo en su conciencia”, afirmó. “No hay perdón querido, no hay perdón”, aseveró, indignada.

“Y te gradezco que me mires a la cara y me sostengas la mirada”, le dijo la mujer a Carrillo Cisternas, que había reconocido haber sido el autor de los disparos que mataron al joven, de 32 años.

“Porque pueden decir cualquier cosa, que hayan estado bajo efectos (de las drogas), que hayan tenido una deuda, como dijiste recién algo de antes. Pero nada justifica lo que hicieron. Nada”, concluyó la madre.

Los jueces del tribunal Gregor Joos, Bernardo Campana y Marcelo Álvarez Melinger escucharon con respeto a la mujer que expresó su dolor. También, el defensor oficial Nelson Vigueras, que asistió a Carrillo Cisternas, y el abogado Alejandro Pschunder, defensor de Ángel Sierpe, responsable de las amenazas coactivas agravadas por el uso de armas. Sierpe no ensayó ninguna disculpa. No fue acusado de haber disparado, sino de haber amedrentado a la víctima.

La fiscal jefa Betiana Cendón presentó ante el tribunal una propuesta de acuerdo pleno para resolver el conflicto en un juicio abreviado. Destacó la aceptación de la familia de la víctima y la colaboración de los defensores.

Relató que la tarde del 11 de diciembre pasado, los dos imputados se reunieron en una esquina del barrio 29 de Septiembre con la víctima. “Castillo Cisternas y Sierpe habían acordado intimidarlo a Delgado por una cuestión de una deuda por drogas”, explicó Cendón.

La madre del imputado Carrillo Cisternas expresó su dolor por lo que había sucedido y la situación de su hijo. (Foto Alfredo Leiva)

Se encontraron, hubo una discusión y Castillo Cisternas lo agredió con golpes de puño a Delgado y extrajo de entre sus ropas un arma de fuego y le efectuó tres disparos. Uno de los proyectiles quedó alojado en el cráneo de la víctima, otro perforó los pulmones y un tercero dio en el rostro. El hombre murió desangrado en minutos.

Testigos observaron la dramática escena a plena luz del día. Y avisaron al 911 de la Policía. Castillo Cisternas fue detenido minutos después, cuando intentaba desprenderse de la ropa manchada con la sangre de la víctima. En cambio, Sierpe estuvo prófugo hasta el 1 de enero del 2022.

Cendón atribuyó a Castillo Cisternas haber sido el autor del homicidio agravado por el uso de un arma de fuego de Delgado. Y pidió 10 años y 8 meses de prisión, que es la pena mínima que el Código Penal prevé para castigar ese delito.

Valoró a favor del acusado que no tenía antecedentes penales, y que admitió su responsabilidad en el crimen. Para Sierpe pidió 5 años de prisión, porque cumplió otro rol, que fue el de amedrentar a la víctima en carácter de partícipe secundario.

Vigueras y Pschunder expresaron su consentimiento con la propuesta de la fiscal. El juez Joos les explicó a los imputados que no estaban obligados a aceptar el acuerdo propuesto por la fiscalía y que en ese caso podrían ir a un juicio convencional. Pero los acusados manifestaron que comprendían la propuesta, que admitían su responsabilidad y que estaban de acuerdo con la condena solicitada por la fiscalía.

Antes de que los jueces deliberaran para dictar la sentencia, la madre de Castillo Cistenas pidió la palabra. Los jueces se la concedieron.

El imputado Gustavo Carrillo Cisternas pidió perdón por el crimen cometido. (foto Alfredo Leiva)

“La reentiendo a la señora en su dolor”, sostuvo la mujer. “También es duro para nosotros no estamos acostumbrados a esto. Somos una familia humilde, somos poquitos”, comentó.

Yo de mi parte como mamá le pido mil disculpas. Yo sé que no tiene perdón. Lo hizo por efectos de la droga y que él si le pidió disculpas también se siente mal”, enfatizó la mujer, afligida.

“¡Usted es madre y yo también soy mamá. Yo la entiendo a usted como usted me tiene que entender a mí porque para mí no es sencillo esto, de que mi hijo se vaya a prisión y que mi hijo haya matado a una persona!”, explicó, casi al borde del llanto.

“¡Hasta el día de hoy no lo puedo creer porque mi hijo siempre fue una persona buena y trabajador Nunca le hizo daño a nadie. Si lo hizo sé que lo va a pagar en prisión, pero tampoco es fácil para mí!”, sostuvo, angustiada, la mamá de Castillo Cisternas. El imputado se secaba las lágrimas con el antebrazo derecho tras escuchar las últimas palabas cargadas de dolor de su madre.

Los jueces deliberaron por unos minutos y después informaron que aceptaban el acuerdo propuesto por la fiscalía, porque era válido. Destacaron la forma en que se había resuelto el conflicto y ponderaron el trabajo de la fiscalía y los defensores. Y condenaron a 10 años y 8 meses de prisión a Cisternas Castillo y a 5 años a Sierpe, que no irá a prisión por el momento porque su vida corre peligro en la cárcel, explicaron su defensor con aval de la fiscalía.


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