Rubio Espinoza, condenado a 15 años de prisión

Estimaron que mató a su mujer pero sin alevosía.

Escuchó el fallo casi sin mirar a sus hijas (arriba), que no tenían consuelo (abajo).

ROCA (AA).- A la pena de 15 años de prisión fue condenado Luis Rubio Espinoza (de 46 años), que asesinó a su ex esposa Mónica Sáez luego de asestarle varias puñaladas en pleno centro de Allen. La fiscalía había solicitado que al momento de fallar el tribunal aplicara la prisión perpetua pero los jueces, por mayoría, consideraron que el imputado actuó bajo circunstancias de atenuación.

Rubio Espinoza deberá pasar 15 años tras las rejas por matar a su ex mujer el 23 de julio del 2010. Fue hallado culpable en el juicio oral y público que concluyó ayer del delito de homicidio calificado agravado por el vínculo.

En la sala de audiencias de la Cámara Criminal Primera de Roca, inmutable y sin mirar a nadie, Rubio Espinoza escuchó la lectura del fallo, que estuvo a cargo del presidente del tribunal, el juez Carlos Gauna Kroeger.

Gauna Kroeger dio por acreditada la acusación contra el procesado y consideró que Rubio Espinoza no cometió el hecho tomando desprevenida a Sáez, a traición y sin riesgo, porque dijo que existió la posibilidad de defensa por parte de la víctima o de un tercero, aunque esta resultara infructuosa. De esa manera el magistrado descartó el agravante de la alevosía, requerido por la fiscal Laura Pérez.

El presidente del tribunal desestimó además la emoción violenta eludida por la defensora oficial de Rubio Espinoza, Mariana Serra. “En el momento de atacar a Mónica el inculpado puede haberse encontrado en un estado de exaltación nerviosa pero no se trató de la emoción violenta excusable”, destacó Gauna Kroeger.

El juez recalcó que la versión que dio Rubio Espinoza de los hechos resultó demasiado conveniente para su propósito y aseguró que no pudo explicar por qué llevaba el cuchillo encima cuando discutió con su ex mujer, en la vereda de la calle Orell al 27, donde la acuchilló. “Aceptar la defensa material de Rubio Espinoza implicaría aceptar demasiadas casualidades, todas muy favorables para él: que casualmente llevaba el cuchillo para afilar; que casualmente pasó por la ferretería pero no lo dejó; que casualmente llegó a una previsible discusión con Mónica portando el arma y que casualmente –en ese momento y sin esperar ni siquiera diez minutos– ella le espetó algo gravísimo, provocándole un estado de emoción violenta y el inmediato ataque mortal. Y además, que este ataque no fue con algún instrumento que ocasionalmente estaba a mano, sino con el instrumento –cuchillo– que él mismo había llevado. Resulta imposible creer en tantas casualidades”, expuso el juez.


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