El centro de Bariloche, terreno de disputa: la venta callejera se multiplica en cada temporada
La proliferación de manteros, promotores y "arbolitos" en plena calle Mitre molestó a la Cámara de Comercio y el municipio ajustó los controles, con ayuda de policías y el COER. Aseguran que el objetivo está cumplido.
La avidez por aprovechar el flujo turístico de la alta temporada invernal y hacer frente a la falta de empleo formal contribuyeron a multiplicar en las últimas semanas la presencia de vendedores ambulantes, cambistas de moneda, artesanos y promotores callejeros en el centro de Bariloche.
La Cámara de Comercio alzó la voz, como cada vez que detecta situaciones de “competencia desleal”, y el municipio reforzó sus campañas de fiscalización, sanciones y hasta decomiso de mercadería, con la consiguiente protesta de los vendedores.
La calle se convirtió así en un terreno de disputa que refleja la necesidad de obtener un rédito vinculado con el flujo de visitantes que recibe la ciudad por parte de sectores relegados de la economía formal, en el intento de asegurarse una cuotaparte de lo que algunos definen como “derrame” del ingreso generado por el turismo.
A sabiendas de que cada segmento tiene sus intereses y particularidades, el municipio se propuso despejar la calle Mitre y lo logró en buena medida, con la excepción de los artistas que están encuadrados en una ordenanza especial, tienen desde hace años permiso extendido por la subsecretaría de Cultura y no son más de una decena.
El presidente de la Cámara de Comercio, Elián Caramichos, se mostró conforme con la campaña de control desplegadas por inspectores y policías, pero dijo que si no es permanente sirve de poco. “Estamos mejor, pero hace un rato pasé por la Mitre y se empiezan a ver otra vez los arbolitos, los promotores -afirmó-. Si no es algo permanente vuelven, ya estaba hablado”.
A juicio del dirigente, es importante que no solo la Cámara reclame y que “la ciudadanía toda se defina sobre qué tipo de ciudad queremos”. Señaló que Bariloche tiene “una peatonal fea, invadida”, y que la venta callejera no es solo un problema de inequidad con los comercios habilitados, sino que también genera “inseguridad”.
El subsecretario municipal de Fiscalización, Fabián Llacer, dijo que la problemática es muy vasta y abarca tanto a los artesanos con derecho adquirido como a los manteros temporales, los revendedores de productos industriales, los promotores, ambulantes de alimentos y “gente que cambia dinero”.
Dijo que “todo eso está prohibido” y que los inspectores a su cargo trabajaron en turnos continuados, “con ayuda de la policía y del COER” para levantar puestos y sancionar a los infractores. Aseguró también que hubo al menos “tres o cuatro” clausuras de comercios que trabajan como cabecera de los “arbolitos”.
Llacer dijo que una alternativa es “reubicar” la venta callejera en las ferias habilitadas, como Antú o la “Emaús”, o en lugares acordados, como la calle Moreno, pero sacarlos de la Mitre, que es la más concurrida y debe garantizar el tránsito cómodo de peatones. “La idea es ser estrictos y sostener en el tiempo” las severidad con los vendedores.
Casos particulares
Ariel Bistagnino es un escritor que produce y vende sus propios libros desde hace al menos seis años, en la esquina de Aerolíneas Argentinas. Su caso es de los pocos que encuadran como “artistas”, trabajan todo el año y tienen habilitación específica. Pero en los meses de mayor afluencia de turismo compiten por el mismo espacio puesteros ocasionales con stickers, llaveros, peluches y productos de todo tipo, sin ninguna pretensión artesanal.
Luego de unos días de incertidumbre, cuando les habían comunicado a los artesanos que sus permisos caducaban el 1 de agosto, les fueron renovarlos. “Yo logré después de un largo tiempo vivir de este laburo, y de golpe nos querían cambiar las reglas de juego”, se quejó el cuentista.
Dijo que la irrupción de los temporarios, que suelen multiplicar las quejas de la Cámara de Comercio, “llegan más bien en verano”, porque el invierno no es para cualquiera. Sin embargo, la próxima Fiesta de la Nieve, que concentra actividades en el Centro Cívico y la Mitre a mediados de agosto, también suele funcionar como un polo de atracción para los feriantes que buscan su sustento entre turistas y paseantes.
Uno de los vendedores de churros con más historia en el centro de la ciudad es Germán, quien debió correrse al puerto, “a pesar del frío”, por intimación del municipio y bajo riesgo de que le decomisen la mercadería. Allí trabaja menos, dijo, pero no le queda otra.
Mientras tanto, en la plaza que rodea al monumento de Roca perdura todavía algún fotógrafo con su perro San Bernardo, otro “segmento” con historia propia y permiso especial, a resguardo de las razzias municipales.
Propuesta de regulación para los promotores
La erradicación de todo tipo de venta u oferta callejera que se propuso el municipio también barrió con los “promotores”, que suelen emplear los comercios de las calles laterales y galerías para atraer clientes desde las veredas de Mitre hasta sus locales. Esa actividad también está prohibida, pero los comerciantes perjudicados llevaron al Concejo un proyecto regulatorio con la esperanza de despenalizarlal
Señalaron que la veda que hizo valer el municipio en los últimos días les generó “un impacto negativo considerable” en sus ventas, y señalaron que la actividad de promoción en la vía pública es una actividad permitida y valorada en centros turísticos de todo el mundo.
Su propósito es que el municipio de Bariloche también regule, abra un registro y formalice el trabajo de “información turística, asesoramiento en excursiones, operadores cambiarios y promotores” de regalerías, locales gastronómicos, alquileres de auto y venta de indumentaria, entre otros rubros.
Caramichos dijo que desde la Cámara de Comercio no ven mal la figura del promotor callejero, si va a tener un marco reglamentario. Pero “deberá ser con empleo en blanco, o monotributista con los papeles en orden, y con un límite -aclaró-.. Porque hoy son demasiados y es una incomodidad caminar por la Mitre. Además, es común que atrás de los promotores se escondan otras actividades ilícitas”.
La avidez por aprovechar el flujo turístico de la alta temporada invernal y hacer frente a la falta de empleo formal contribuyeron a multiplicar en las últimas semanas la presencia de vendedores ambulantes, cambistas de moneda, artesanos y promotores callejeros en el centro de Bariloche.
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