Neuquén: Plan de choque contra la sequía en el campo y el riesgo de incendios

El Gobierno de Neuquén destinó más de $4.400 millones de fondos propios para enfrentar la sequía y reforzó el financiamiento, la capacitación y la asistencia técnica al sector ganadero. La sequía afecta a los campos donde se abastecen los ganaderos bovinos y caprinos de las cuencas Huliches y Neuquén

La provincia de Neuquén definió una estrategia productiva con dos ejes centrales: un estímulo millonario a la fruticultura sustentable y un plan de emergencia para mitigar los efectos de la sequía, que afecta de manera directa a la ganadería y a la trashumancia.

El secretario de Producción e Industria, Diego García Rambeaud, informó que se destinaron 900 millones de pesos en aportes no reintegrables a productores frutícolas.

La medida se enmarcó en la Ley 3293 y buscó incentivar las buenas prácticas agrícolas, el control biológico de plagas y la incorporación de mujeres en la conducción de establecimientos.

“Lo que genera una menor necesidad de control, lógicamente, por tratamientos convencionales, por agroquímicos”, explicó García Rambeaud, al detallar la implementación de la técnica de confusión sexual para el control de carpocapsa.

Añadió que el objetivo central fue “hacer una producción mucho más sustentable y amigable con el ambiente”.

Además, la Secretaría habilitó una línea de crédito a través del IADEP para financiar la aplicación de estas metodologías en chacras de hasta 80 hectáreas.


Emergencia por sequía


El Gobierno provincial declaró la emergencia por sequía por 18 meses, con posibilidad de prórroga, y asignó un fondo de 4.437 millones de pesos en recursos propios.

El subsecretario de Producción, Marcelo Zúñiga, precisó que 3.000 millones se destinaron a líneas de crédito para todos los segmentos productivos, desde pequeños crianceros trashumantes hasta grandes productores.

“Es una emergencia por 18 meses, prorrogable por seis más, con 4.437 millones de pesos que provienen exclusivamente de fondos provinciales. No hay un solo peso del Estado Nacional”, subrayó el funcionario.

Los créditos se enfocaron en perforaciones, mejoras de riego, captaciones de agua, comercialización de hacienda improductiva y fortalecimiento de la infraestructura caprina.

También se incorporaron aportes no reintegrables para obras como callejones de arreo, cargaderos y refugios.

La política productiva también priorizó la asistencia técnica y la capacitación. García Rambeaud afirmó que “lo que mejor podemos hacer nosotros es llevar el conocimiento técnico en primer lugar”.

El funcionario señaló que la sequía se agravó por un invierno “muy seco, de pocas nevadas”, lo que anticipó una primavera y un verano con escasez de forraje.

Ante ese escenario, el plan impulsó ajustes de cargas -adecuar la cantidad de animales a la capacidad del predio- y la clasificación de hacienda para reducir pérdidas.

En paralelo, se reforzaron los fondos rotatorios de forraje y se financió el traslado de animales para sostener la trashumancia.


Sectores más golpeados


Zúñiga identificó a la ganadería de la estepa y la zona de meseta como los sectores más comprometidos, junto con la trashumancia y la apicultura, que registró una merma del 50 % en la última temporada.

“Ya a finales de agosto se adelantaron los primeros arreos, cuando lo habitual es que se inicien en octubre”, apuntó.

Ambos funcionarios coincidieron en que la anticipación fue clave. “La planificación del Gobernador permitió adelantarse a la demanda de los productores”, sostuvo Zúñiga, quien remarcó que el monitoreo se realiza en mesas de trabajo con comisiones de fomento, municipios, INTA y la Universidad del Comahue.

La estrategia integral combinó aportes, créditos y capacitación, con un mismo objetivo: sostener la producción neuquina en un contexto de sequía prolongada.


Efecto mariposa

La prolongada sequía en Neuquén no solo afectó la ganadería y la fruticultura, sino también la dinámica comercial de la carne.

Marcelo Pino, presidente de la comisión municipal de Paso Aguerre, explicó que muchos productores aprovecharon la asistencia para vender animales improductivos a faena. Sin embargo, se enfrentaron con un mercado en transformación.

“Siempre costaba lo mismo un costillar que un chivo para asado, ahora que entra más barato, el consumidor opta por el producto de la pampa”, observó Pino, en referencia al ingreso de carne con hueso desde el norte de la barrera sanitaria.

Este fenómeno mostró que la sequía no solo impacta en la producción primaria, sino también en la competitividad de la oferta local frente a productos sustitutos, condicionando ingresos y márgenes de rentabilidad en toda la cadena.

Los crianceros de la zona norte, centro y sur atraviesan serios inconvenientes por la ausencia de pasturas .
Desde el Estado se insiste en bajar la carga animal y se admitió que por la incertidumbre de la barrera durante el otoño hubo retención de ganado bovino en algunos campos, que ahora deberán ser liquidados.


Marcado déficit hídrico hace correr riesgo a los bosques

Adrián Barrera, coordinador de la zona sur del Plan de Manejo del Fuego de Neuquén, explicó que el convenio entre las tres provincias busca evitar las demoras habituales en la llegada de refuerzos provenientes de provincias distantes.

“En temporadas anteriores se convocaba a Nación y los equipos podían tardar hasta 72 horas en arribar desde lugares como San Luis, Chaco o Salta. Con este esquema interprovincial, la asistencia será inmediata y con personal habituado a trabajar en la cordillera”, detalló.

Según lo informado, Neuquén contrató cuatro medios aéreos adicionales: tres aviones -uno anfibio capaz de cargar agua en lagos- y un helicóptero para traslado de brigadistas y equipamiento, que se suman a dos aeronaves ya disponibles en la provincia.

Río Negro y Chubut harán lo propio con aeronaves de apoyo que podrán operar de manera conjunta.

En paralelo, se reforzó la flota de vehículos de transporte y se entregó nuevo equipamiento al personal.

La región atraviesa una temporada de riesgo extremo debido a la escasez de lluvias y nevadas, lo que generó un marcado déficit hídrico en bosques y pastizales.

“Las probabilidades de que un incendio alcance dimensiones importantes en poco tiempo son muy altas. La clave es detectarlo temprano y atacarlo con todos los recursos disponibles antes de que se expanda”, apuntó.

Neuquén dispone de 230 combatientes distribuidos en diez bases, mientras que Río Negro cuenta con 250 y Chubut con entre 200 y 250 más. En total, cerca de 700 brigadistas especializados estarán afectados.

Barrera aclaró que la tarea de los sistemas provinciales de manejo del fuego es complementaria a la de los bomberos voluntarios: los primeros se enfocan en incendios forestales y los segundos en emergencias estructurales, aunque ambos trabajan de manera conjunta donde conviven viviendas y bosque.

En relación con Parques Nacionales, el coordinador sostuvo que no se deben priorizar cuestiones jurisdiccionales frente a una emergencia.

Recordó que el incendio en Valle de Magdalena, el más grande en la historia neuquina, afectó 20.000 hectáreas de bosque nativo pero no alcanzó viviendas ni vidas humanas gracias al despliegue de 16 aeronaves y más de 300 personas en logística.

Respecto de las causas de los incendios, puntualizó que el 90 % se origina por negligencia o acción humana.

El programa “Interfaz Resiliente” promueve áreas defendibles en viviendas insertas en el bosque mediante la limpieza de leñeros cercanos, despeje de árboles próximos y disponibilidad de agua para un primer ataque.

Además, la provincia creó su propia escuela de formación de combatientes en conjunto con la Universidad Nacional del Comahue, un hecho inédito en el país.

Las acciones preventivas incluyen controles en zonas de camping, entrega de folletería y vigilancia en áreas turísticas, a fin de concientizar a visitantes.

Se implementó un programa de quemas controladas durante el invierno para reducir material combustible en basurales.

“El desafío es trabajar sobre ese 90 % de incendios que podemos evitar”, concluyó Barrera, quien destacó que la prioridad se centra en resguardar vidas humanas, luego los bienes materiales y finalmente las áreas naturales afectadas.


La provincia de Neuquén definió una estrategia productiva con dos ejes centrales: un estímulo millonario a la fruticultura sustentable y un plan de emergencia para mitigar los efectos de la sequía, que afecta de manera directa a la ganadería y a la trashumancia.

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