Prestadores privados proponen a Sobisch un fuerte ajuste en Salud

NEUQUEN .- Presentada por actores privados que operan en el mercado, las autoridades electas de esta provincia recibieron una propuesta para modificar el sistema de salud que anticipa una fuerte polémica. La iniciativa incluye sugerencias para la reducción en los gastos de salud de entre un 25 y un 30 por ciento sobre un presupuesto anual que, en la actualidad, supera los 300 millones de pesos.

El proyecto rompe con lo conocido en la provincia y es como barajar y dar de nuevo en la materia. Esto, por cuanto fue construido sobre un sistema que intenta vincular fuertemente al sector público con el privado e insinúa un rol mayor de éste último.

Además, propone reducciones significativas en el gasto per cápita que tiene el Instituto de Seguridad Social del Neuquén (ISSN) y la instrumentación del denominado Plan Médico Obligatorio (PMO) que, como se sabe, sólo garantiza una cobertura mínima.

El proyecto, al que accedió «Río Negro» en forma exclusiva, habla de una «alianza estratégica» entre el ISSN, la prestadora privada ProSalud -actual gerenciadora del servicio del PAMI-, los colegios médicos de Neuquén, de San Martín de los Andes y de Zapala, y de los hospitales y unidades periféricas del sector público. También se incluyen a las clínicas Zapala, Huinca Lahuen, Cutral Co, Sanatorio Plaza Huincul, CMIC, Pasteur, Hospital Integrado, Clínica Centenario, Policlínico Neuquén, Clínica San Lucas y el ADOS. Además incorpora como proveedor de medicamentos a la red de ventas que tiene Farmacia del Pueblo.

El trabajo que le llegó al gobernador electo y que deberá decidir si lo toma tal cual fue planteado, lo peina un poco o lo rechaza, está firmado por el presidente del Centro de Medicina Integral del Comahue (CMIC), el doctor Daniel Enrique Daglio, y sus 16 carillas se terminaron de escribir el 25 de octubre último.

Consultado por este medio, Carlos Freire, gerente de prestaciones de ProSalud, dijo que este es un «anteproyecto» y es la respuesta que ofrece el sector privado al gobernador electo cuando los convocó a hacer «más eficiente» el sistema (ver recuadro).

Los promotores de esta propuesta sostienen que es posible reducir en 24 millones de pesos el gasto en el ISSN, bajando el gasto promedio por afiliado de 53 a 35 o 40 pesos mensuales. También opinan que «el gasto actual en salud» debe ser disminuido «por lo menos en un 25 o 30 por ciento».

Entre otras ideas, se apuesta a bajar el coseguro al valor que fija el PMO en prácticas, consultas y farmacias y a contratar un seguro de alta complejidad con alguna institución de prestigio en Capital Federal, como el Hospital Italiano, que aparece mencionado en el proyecto.

En el propio trabajo se reconoce que el cambio «no será indoloro» y que implica «la redistribución del poder» en el sistema de salud.

Los propios actores privados admiten que existe «sobreconsumo» y «demanda indiscriminada y sin sentido» y que «no todo lo que brindan actualmente el ISSN y los prestadores es de calidad».

El proyecto asume conceptos modernos sobre fusiones y alianzas estratégicas y en tal sentido sostiene que los sectores público, privado y de obras sociales «deberán profundizar la interdependencia creativa que potencia las fortalezas de cada uno».

Los mentores de la iniciativa afirman que «en salud, la calidad es el nuevo nombre de la justicia social y solidaridad posible» y que para llevar a cabo las reformas propuestas hace falta un cambio «cultural».

Para poder introducir estos cambios, dicen, es necesario «lo mejor de la rica experiencia pública y lo mejor de la actividad privada moderna».

Se ofrece como resultado un modelo médico con atención personalizada, trabajo en equipo, costos razonables, trabajo en red con niveles de atención, priorizando a la atención primaria.

Se promueve un sistema de salud «abierto» con gerenciamiento en el primer nivel y una referencia normatizada en el segundo, tercero e internación.