Primeras muestras de un estilo


La disciplina laboral de Carreras dejó atrás a un ministro, con etapa cumplida. Desplazó a un subsecretario, recién asumido, por críticas a Weretilneck. Cuida ese vínculo político.


Carreras llegará esta semana al mes de gobierno. Su estilo sigilosamente toma cuerpo y así un ministro ya cumplió una etapa.

La oposición justicialista revalida su historia, con la construcción de -por lo menos- dos vertientes.

La mandataria intenta rearmar un grupo con las individualidades transferidas por Alberto Weretilneck. No es fácil para nadie.

Su disciplina de trabajo, diseñada en una metódica y fuerte interrelación con ministros, dejó atrás a Agustín Domingo por su lejanía (optó, aun el pedido de Carreras, por seguir en Bariloche) y por su soberanía funcional. El barilochense siempre operó con autonomía en sus ocho años, inicialmente en la Agencia de Recaudación y, luego, en Economía.

La tarea conjunta es un valor en sí mismo para la gobernadora. Exige esa disponibilidad. Domingo no pudo o no quiso ofrecer esa sujeción, más allá de sus aptitudes. Por eso, en varias ocasiones, Carreras recurrió y convocó a los segundos de Economía, alejándose de su dogma organizativo. El ministro, también, acentuó el desgaste con acciones solitarias.

Su ciclo en Economía, más temprano que tarde, está finiquitado. Ya habría sido acordado entre ellos. Incluso, hay quienes aseguran que Carreras tiene al reemplazo.


La reunión de la Liga con Cafiero insinuó un canal funcional con Nación, pero también evidenció dos caminos, el de Soria y el de Doñate, distantes hoy por posturas frente al gobierno provincial.


Edifica su autoridad y confianza en pautas claras. Reniega cuando detecta un ocultamiento o se anoticia de pasos gubernamentales por los medios. Ocurrió cuando Economía precisó que la tarjeta Río Negro Compras se lanzaría en abril y, también, con la noticia que el DPA permitió a Aquiline Argentina -propiedad de la británica Patagonia Gold- extraer agua para el proyecto minero Calcatreu. Este malestar recayó en Carlos Valeri, de quien depende el DPA.

Otro desliz tuvo este ministro en su mutación al mundo de Carreras. En su promoción de Ricardo Curetti para conducir el IPPV nunca le contó de su procesamiento -avalado por la Cámara- por manejos de fondos públicos. Esa pensada designación cayó, y la gobernadora anotó esa conducta solapada.

El acomodamiento no es sencillo. Lo revivió cuando descubrió otra novedad tardíamente y se sometió a un giro importante. Bajó la designación de un funcionario, recién en funciones, al enterarse de su historial crítico con Weretilneck, cuya incidencia en la decisión aún no es precisa. Se trata de Gustavo Carnevale, que volvía a Deportes tras su abandono en el 2013 por el quiebre del hoy senador y Miguel Pichetto. Entonces, su partida no fue discreta y la hizo -con otros renunciados- con públicas censuras al gobernador. Así, Carnevale estuvo pocos días en Deportes, pues Carreras, advertida, ordenó su desplazamiento. Blinda su vínculo con Weretilneck, y resguarda su manifiesto de “continuidad” política.

Esa preocupación es un componente ausente en la oposición. Los intendentes del Frente de Todos fueron a Casa Rosada. El presidente no los recibió, pero lo hizo su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Pidieron políticas directas con sus municipios, y lograron cierto compromiso para manejar las tarjetas alimentarias.

Un buen propósito compartido por intendentes se depreció con la expuesta división entre el senador Martín Doñate y el diputado Martín Soria, que concretó esa audiencia y fue el único parlamentario asistente. El camporista prefirió un acto en Las Grutas.

Dos lugares, dos estrategias. Ante Cafiero, Soria enfiló la línea más crítica al gobierno rionegrino mientras Doñate se mostró con la gobernadora, al coincidir en la villa marítima por los incendios.

En su reconstrucción, el diputado reafirma su fanática oposición, y el senador entrelaza vínculos, pensando que esa convivencia aportará a los municipios del FdT. Una reciente reunión de ambos en Buenos Aires de poco sirvió. La ausencia de Doñate -entre otros- en la Casa Rosada radicaría en que Soria habría actuado solo en las audiencias para los intendentes. Ellos, en cambio, penan porque nuevamente quedan atrapados en una porfía ajena.


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