Casa de fin de semana en la precordillera

En un lugar utilizado para el pastoreo de animales y la producción de arándanos y lavandas, en un entorno rodeado de bosques nativos de hualos, quillayes y peumos, el arquitecto Juan Sepúlveda realizó una casa de campo, en la regiónde Maule, en Chile.

La casa tiene un largo de 32 metros y un ancho de 4,5 metros. Se concibió de esa manera para recibir asoleamiento oriente y poniente durante todo el año en toda la casa, mientras la zona del estar y esparcimiento se ubican en el extremo norte, con luz natural durante todo el día. En el extremo sur se emplazan la bodega, los servicios y los estacionamientos.

Por encontrarse en un gran entorno inmediato de llanura abierta, se proyectaron grandes aleros para conformar una galería que rodeara todas las habitaciones, la cocina, el comedor y el área de estar.

De esta manera, el gran alero de 2,40 metros de ancho es el ecenario de las actividades y reuniones. Realizado con estructura interior metálica y forrada en madera, el gran alero no tiene pilares, por lo que la sensación de estar suspendido en el aire le da liviandad a toda la extensión de la casa emplazada en la planicie.

Bajo el gran alero el cielo de machihembrado de madera en su color natural atraviesa transversalmente el volumen, otorgándole continuidad a la iluminación que este refleja del pavimento e iluminando el interior de la casa.

La casa permeable se proyecta como un gran volumen vidriado hacia todas las direcciones.

Fuente: arquimaster. com

Bajo el alero, el cielorraso de madera continúa en el interior de la casa, prolongando así la iluminación.

El volumen vidriado transparente tiene una altura de 2,7 metros y un ancho de 4,5 metros. En verano recibe sombra del alero.

“El proyecto tenía un valor sentimental por emplazarse en un lugar que nos relaciona con nuestra infancia en esta zona de Chile”.

Juan Pablo Sepúlveda, arquitecto de esta construcción, en Maule.