¿Por qué se inundan las ciudades y qué hacer para mitigarlo?

El 90% de los desastres naturales que suceden en el mundo están relacionados con el agua.

Todos los años recibimos información sobre inundaciones que suceden en diferentes ciudades en el mundo. Los patrones de lluvias se modifican drásticamente bajo ciertas condiciones que impone el cambio climático, tales como el aumento en la intensidad y en la frecuencia de las lluvias en muchas regiones del planeta. De acuerdo con datos de las Naciones Unidas, las lluvias extremas y las inundaciones globales han aumentado en más de un 50% durante esta última década, y ahora se están produciendo a una tasa cuatro veces mayor que en 1980. (Fuente).

En Argentina, según el Banco Mundial, se registran en promedio pérdidas de alrededor de US$ 1.000 millones anuales debido a inundaciones. (Fuente). Esto se debe a que esas inundaciones tienen un impacto en la disponibilidad del agua, el saneamiento y otras facetas de los medios de subsistencia humanos al dañar infraestructura y servicios clave.

Estas inundaciones pueden explicarse, en cierta forma, como producto del rápido crecimiento de las ciudades con la consecuente impermeabilización del suelo natural a través de la construcción de pavimentaciones, edificios y estacionamientos, entre otros. La impermeabilización a gran escala afecta directamente al ciclo natural del agua.

Inundaciones por lluvias, un problema recurrente en las ciudades por el poco drenaje de la superficie.


Como consecuencia de la impermeabilización del suelo,
el agua de lluvia que anteriormente se infiltraba en el suelo de forma superficial y profunda (recargando los reservorios naturales de agua subterránea) ahora ya no puede hacerlo. Ese gran volumen de agua que no logra ser infiltrado comienza a escurrir sobre la superficie mientras dura el evento de precipitaciones, aumentando la cota de inundación, provocando altas velocidades de escorrentía y aumentando los caudales de ríos y arroyos cercanos.

«Como consecuencia de la impermeabilización del suelo, el agua de lluvia que anteriormente se infiltraba en el suelo de forma superficial y profunda (recargando los reservorios naturales de agua subterránea) ahora ya no puede hacerlo».

Como resultado, surgen una serie de problemáticas en aspectos sociales, ambientales y económicos, relacionados a la gestión del agua que deben tener las ciudades frente a estas complicadas situaciones.

¿Cómo podemos enfrentar esta problemática? 



Los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) buscan, a través de distintas metodologías, recrear las condiciones naturales de la zona antes de que existiese construcción alguna. Facilitando, de esta manera, que el agua de lluvia sea gestionada en el mismo lugar donde cae sin necesidad de ser transportada reduciendo al mínimo la escorrentía superficial a fin de no sobrecargar los sistemas de drenaje urbanos. A menudo, la sobrecarga de estos sistemas de drenaje aumenta exponencialmente los problemas y desastres ocasionados por las tormentas e inundaciones.

Para ayudar a nuestras ciudades a ser más resilientes a las inundaciones, desde Amanco Wavin desarrollaron las celdas Aquacell. Este sistema permite captar e infiltrar, atenuar o almacenar los picos máximos de lluvia, y gracias a su versatilidad, pueden colocarse en plazas, bulevares, calles, veredas, edificios, naves industriales y viviendas. Otro beneficio de las celdas Wavin Aquacell es que están fabricadas 100% con material reciclado (polipropileno de alta resistencia) y su relación de vacíos del 95% le permite almacenar aproximadamente 190 litros por celda. 

Este tipo de soluciones, por lo general, son más económicas y rápidas de ejecutar que las soluciones de alcantarillado tradicional. Además de que son fácilmente adaptables para funcionar como un componente paisajístico en la zona de intervención.

Recarga de acuíferos subterráneos o almacenamiento de agua



Una de las posibles soluciones es infiltrar y almacenar el agua de lluvia por medio de tanques reservorios para su posterior utilización en la limpieza de veredas, regado de la vegetación urbana y descargas de artefactos dentro de la edificación. Es importante destacar que el agua proveniente de estos sistemas tiene un riesgo biológico y químico bajo, por lo que su manipulación no representa ningún riesgo, mientras esto no implique consumo humano directo.

“Al aplicar estos sistemas, sea cual sea la alternativa que se elija, lo importante es que se impide que el agua corra por la superficie o que recargue excesivamente la red pluvial de la ciudad durante la tormenta, lo que contribuye a mitigar los riesgos de inundación”, indicó Sandra Pérez, gerente de Producto Global de Amanco Wavin. “Además, también sirven como ayuda para recargar los acuíferos subterráneos, contribuyendo a la disponibilidad de agua durante los períodos de sequía y para disminuir el consumo de agua potable para usos que no son de consumo humano”.

Asimismo, debido a la gran versatilidad morfológica de este tipo de soluciones, es posible implantarlas en espacios públicos (como plazas, parques, bulevares, veredas), playas de maniobras, estacionamientos e incluso, dentro de edificaciones.

“Construir entornos saludables y sostenibles es nuestro objetivo, nuestro propósito y nuestra promesa como compañía. Los efectos de la crisis climática son cada vez más visibles, desde Amanco Wavin, buscamos llevar visibilidad sobre esta problemática, haciendo que se tome mayor conciencia sobre las consecuencias que la forma en que planificamos nuestra vida en las ciudades trae sobre la conservación de los ecosistemas y alentando contribuir a la construcción de ciudades sostenibles y más resistentes al clima”, finalizó Pérez.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios