Proyecto mínimo, sonido máximo

Mínimo es el disco de Gabriel Domenicucci.

Es psicólogo y músico. Las mañanas las dedica a una de sus dos vocaciones: trabaja en el Hospital Borda. Sus tardes son musicales. Pero no hay una zona gris entre un camino y el otro. El roquense Gabriel Domenicucci parece transitar de un espacio a otro con la misma tranquilidad con la que habla: sin ninguna estridencia.

Gabriel vive en Buenos Aires desde hace 15 años, cuando se fue a cursar psicología a la UBA, y a seguir sus estudios de bajo –que había iniciado en Roca junto al “Pato” Frank primero y a Andrés Fuhr después–, en el Conservatorio Nacional Carlos López Buchardo. Ahora sigue por las dos sendas en paralelo. Psicólogo de mañana y músico de tarde, ya ha grabado dos discos. Y no sólo eso: también da clases de bajo en la orquesta infantil y juvenil del gobierno de la ciudad de Buenos Aires a chiquitos de entre 6 y 12 años que integran ese elogiado proyecto social.

El elegido

Su última producción es “Mínimo”, un CD que fue el elegido del mes de mayo por “El Club del Disco”, que tiene socios en todo el país, y también en algunas partes del mundo. Una manera de que “Mínimo” transite varios rincones de la Argentina y sobre todo, muchos kilómetros.

“Está buena esa sensación de que el disco se desparrama en toda la Argentina y alguna cosita en el exterior. El disco está en una casa; en algún lugar lo están oyendo. Yo sé que para un artista reconocido o de renombre eso debe ser una obviedad, pero para uno, que vende los discos cara a cara, en un show, eso es algo raro. El disco tiene una vida independiente. Y eso me encanta”, se sincera Domenicucci que ya hizo dos presentaciones de este material en dos espacios alternativos de la ciudad de Buenos Aires y que en el verano seguramente lo hará en Roca, su ciudad natal.

“Mínimo” parece ser una palabra que tiene mucho que ver con Gabriel. “Estudio mínimo” llama a su pequeño estudio de grabación casero (una computadora, un par de micrófonos, que usa para grabar). Proyecto mínimo llama a sus futuros planes. Minimalista es la estética que más le gusta y a la que apostó en el arte de tapa del disco, que hizo Ana Amorosino. Y puesto a jugar con las palabras, también eligió una tienda de Roca con ese mismo nombre para poner a la venta su CD.

“Mínimo es un concepto en sí mismo. Toma el minimalismo como estética y también es una mixtura entre elementos sencillos”, explica él mismo.

Este disco marcó un cambio en su forma de trabajo, cuenta él. Primero lo escribió, y después se juntó con los músicos que quería que lo acompañaran: Sergio Wagner (trompeta y Flugel horn), Leo Fernández (guitarra, loops y efectos), Jesús Fernández (piano) leo Álvarez y Andrés Elstein (batería) y Lucio Balduini (guitarra, loops y efectos).

“Yo digo que es un disco de jazz contemporáneo, más allá de las discusiones que ese concepto pueda generar. Para mí es jazz porque hay improvisación. Pero a la vez, tenía esas cosas superpuestas: canciones y la estructura del jazz. Esa mixtura entre la canción y la improvisación y la estética, me llevaron a ponerle ese nombre, esa mixtura de elementos sencillos. Es tratar de hacer algo simple”, dice este músico que, antes de irse a Buenos Aires, formó parte de tres bandas: Adrenalina, Mi vecino Quipildor y La Musa.

Pese a sus distintas obligaciones, ya lleva grabados dos discos. A “Mínimo” se suma uno a dúo con el guitarrista Leo Álvarez que se llama “Ni una nube”. Y por si fuera poco, también participa de la banda de Catalina Vin Band, compositora bilingüe, pianista y guitarrista, que ya tiene dos discos en su haber (elogiados por la Rolling Stone).

–En “Mínimo” y también en el disco de Catalina Vin hay mucha gente de Roca.

–Lucio, Jesús, Leo Álvarez, los tres son de Roca, y todos tocamos con músicos de Buenos Aires. El comentario general es : ‘Uh.. otro más de Roca…´. Para ellos debe ser un poco raro. Es que a todos nos fueron conociendo en forma separada y les llama la atención que seamos del mismo lugar. Se preguntan por qué en Roca hay tantos músicos de jazz. No sé si es una particularidad de la ciudad. Pero si es cierto que evidentemente hay una cuestión muy viva con la música. Aunque hayamos seguido la formación allá, es evidente que acá pasó algo, con los maestros que tuvimos, con la música que circulaba de los grupos de acá. Es algo que pasaba y que sigue pasando, creo. Me doy cuenta cuando me encuentro con otros; cuando veo a músicos de allá que nos dicen: ‘ Eh.. otro de Roca! ¿Qué pasa en esa ciudad?’

verónica bonacchi

vbonacchi@rionegro.com.ar

Empezó su formación en Roca y siguió en Buenos Aires. Gabriel Domenicucci ya tiene dos discos en su haber.


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