La renta financiera quedaría gravada

Las inversiones de extranjeros quedaron alcanzadas en abril. El gobierno reglamentaría los cambios introducidos en la reforma tributaria, y los locales también comenzarán a pagar.

Un año transcurrió desde que en diciembre de 2017, se aprobara la reforma tributaria. En busca de fomentar la inversión y la competitividad y de lograr un sistema tributario mas eficiente, equitativo y menos distorsivo, la nueva norma introdujo una larga lista de innovaciones y modificaciones en el régimen impositivo nacional. Uno de ellas fue la de gravar con Impuesto a las Ganancias (IG), las actividades ligadas a la renta financiera.

La discusión acerca de si es o no adecuado gravar la actividad financiera, lleva décadas. Desde los sectores progresistas señalan que quienes obtienen rentabilidad de las finanzas, lo hacen de forma especulativa y sin generar empleo ni producir bienes y servicios. Estiman que la exención de una actividad sumamente rentable, genera una inequidad frente al impuesto para con las actividades que apuestan a la economía real. En la vereda de enfrente, quienes se oponen al tributo refieren que se trata de un impuesto que desincentiva el ahorro y la inversión en el país, que atenta contra la posibilidad de la Nación de obtener financiamiento en el mediano plazo.

El año pasado, en plena negociación política en el seno del Congreso de la Nación, el oficialismo debió ceder ante la oposición e incluir el impuesto a la renta financiera dentro del proyecto de reforma, a fin de que el mismo finalmente se convierta en ley.

La primera parte de la nueva normativa, se reglamentó y entró en vigencia en el mes de abril, mediante el Decreto 279/18. Desde ese entonces, la renta financiera de los inversores no residentes en el país, quedó alcanzada por el IG. Al día siguiente de publicado el decreto, los extranjeros que hasta ese momento ingresaban sus fondos al país tentados por el ‘carry trade’ vía Lebac, comenzaron a desarmar posiciones en pesos, y salir del país. Muchos analistas coinciden en señalar ese día, como el inicio de la corrida cambiaria que más tarde significó el pedido de ayuda al Fondo Monetario Internacional, el recambio en la conducción del Banco Central, y una devaluación anual superior al 100%.

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A punto de finalizar el año, el gravamen vuelve a estar en el tapete. Desde el Ministerio de Hacienda de la Nación, trascendió esta semana, que el gobierno tiene decidido reglamentar el alcance del IG sobre la renta financiera, esta vez abarcando a todos los actores involucrados en la actividad dentro del país, sean nativos o extranjeros. La intención en Casa Rosada, es dejar reglamentado el tributo antes de fin de año. En medio de los rumores, el ideólogo de la reforma tributaria aprobada hace un año, el Contador Andres Edelstein, dejó su cargo como Secretario de Ingresos Públicos del Ministerio de Hacienda. Las diferencias en torno a la letra chica del decreto reglamentario, habrían sido el disparador de la salida del funcionario.

De concretarse la reglamentación, los efectos pueden ser considerables, tanto a nivel técnico como económico.

En el ámbito profesional, esperan con ansias la definición, dado que la introducción del impuesto modificaría las declaraciones de IG correspondientes al año 2018, las cuales deben ser presentadas a mediados del año que viene. La alícuota con la que la actividad financiera quedaría gravada, es del 5% para las inversiones en moneda nacional, y del 15% para aquellas nominadas en dólares, o para aquellas que se ajusten mediante el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) o mediante Unidad de Valor Adquisitivo (UVA). Las acciones de empresas argentinas, serían el único instrumento financiero que no quedaría alcanzado por el impuesto.

En el plano económico, el temor de muchos especialistas, es que se repita la experiencia de abril, en que tras la implementación del tributo, los inversores decidieron volcarse en manada a la divisa estadounidense, presionando con fuerza sobre el tipo de cambio. Desde el gobierno en cambio, descreen de esa posibilidad, y en cambio apuestan por la implementación completa de la reforma. Los tributaristas estiman que la recaudación anual por el nuevo impuesto, podría superar los $30.000 millones el año próximo. Un número nada despreciable, pero que luce pequeño frente a las dificultades que podría significar un nuevo episodio de corrida cambiaria.

Datos

Datos

5%
La alícuota para inversiones en pesos. Para las colocaciones en dólares, la alícuota alcanzará el 15%.
$ 30.000
Los millones que aportaría al fisco la implementación del nuevo impuesto.

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