¿Qué gusto tiene la sal? ¡Salada!

Pensaba: mientras en los medios se debate la importancia de haber asestado un golpe a tremendos delincuentes, tan peligrosos para todos los argentinos, como Castillo y su banda en La Salada, cuál es el verdadero motivo que hace que fuerzas federales hagan un golpe comando a la casa de Castillo, derribando puertas y encontrando en una casa 11 millones de pesos. Un vuelto, si se toma en cuenta el dinero que se mueve en La Salada todo el año…

Más allá de la investigación judicial, que seguramente encontrará a Castillo culpable o no de evasión fiscal como el delito más importante, no me cierra tanta fanfarria, porque si de evasión fiscal hablamos, si de corrupción hablamos, de Alfonsín para acá no se salva nadie… Hoy el mismísimo Menem con dos condenas firmes quiere renovar su senaduría… Y si uno quisiera abusar de este medio de prensa tendríamos que pedir que nos dejen todo el diario, para así publicar las causas que se les endilgan a todos los presidentes de nuestro país, y sin embargo quieren “quedarse o volver”, y no exactamente con la frente marchita, o algún grado de arrepentimiento.

¿Será Castillo nuestro próximo presidente? Digo, usando la lógica de que mientras más se evade y latrocinia en contra del Estado más cerca estás del poder, si lo de Castillo es tan cierto no llamaría la atención que lo tuviéramos como el próximo candidato a presidente. Salvo por una cosa: Castillo tiene sólo séptimo grado, es un “negro con plata”, y me parece que allí es donde radica fundamentalmente tanta saña contra un tipo que estaba en el lugar correcto, en el tiempo correcto y con las personas adecuadas, para manejar un tema del que estoy seguro ¡jamás imaginó en su vida!

Ver cómo los pobres y desesperados se pudieron “organizar” desde los 90 para sobrevivir a la hecatombe de un gobierno neoliberal, que mató todo lo productivo en nuestro país, es algo que muchos admiramos… ¡y que otros siguen odiando!

Aquí lo que no le perdonan a La Salada es el gusto dulce que tiene para el paladar de millones de argentinos que, si no fuera por este gran conglomerado, ¡no podrían comprarse ni un par de zapatillas, ni un jean, ni una remera! Castillo es la excusa… el fondo de la cuestión es otro mucho más oscuro y salado que la propia sal, porque algunos funcionarios del Estado nacional decían que la gente estaba presa de “una mentira” y de una “fantasía” y que no se podía vivir así, pero seguramente comprar indumentaria a tres veces menos el valor de un shopping ¡también quieren que deje de ser una fantasía!

La economía informal en Argentina tiene tantos años como la república, nacimos como una nación contrabandista y lo seguimos siendo, pero cuando el contrabando o el negreo toca intereses de los grandes, o factura cifras como La Salada, entonces se encienden todas las luces. Si las mecheras que salen siendo agredidas en los videos por robar en La Salada hubieran salido robando en algún shopping el comentario hubiera sido ¡se lo merecen! ¡Ladronas! ¡Chorras! Pero si las maltratan en La Salada es otra cosa… dicho esto sin justificar que alguien haga justicia por mano propia, aun con ladronas como estas mujeres.

Se mide tan diferente, se usan varas tan desiguales que es muy difícil no preguntarse cuáles son los verdaderos motivos que hacen que la informalidad de La Salada se quiera revertir de un día para el otro, máxime cuando la AFIP y ARBA tienen sus propios locales dentro de estos complejos comerciales que, repito, nacieron de la mishiadura que un gobierno neoliberal le produjo a toda la Argentina. Y hoy, qué casualidad que teniendo de nuevo otro gobierno neoliberal suceda lo mismo…

Parece que les molesta que el pobre se defienda como pueda y donde pueda, y no hablo de Castillo, sino de las miles de familias que viven de la “supuesta informalidad”. La Salada como empresa seguramente reparte jugosos dinerillos entre el poder, como lo hacen las grandes empresas como Obredecht, por ejemplo. Sólo que unos son pobres tratando de sobrevivir y los otros son “grandes empresas” que cometen todos los delitos que uno pueda imaginar y figuren en los códigos civiles y penales, pero a cambio de “decir la verdad” son absueltos…

Cada vez está más claro que el gusto de la sal jode a una minoría y beneficia a una mayoría… y espero que tomen en cuenta que si ya no se puede llenar el carrito del súper y tampoco se puede vestir a los pibes y a los padres se estará apagando un incendio con nafta… con consecuencias sociales que como siempre sólo pagan los que menos tienen.

Jorge L. Fernández Avello

DNI 12.862.056

“La economía

informal en

Argentina tiene

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república, nacimos como una nación contrabandista y lo seguimos siendo.

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