Cuándo se celebra la presentación de la Virgen María y cómo orar para pedir su gracia

La Iglesia Católica celebra en noviembre la presentación de la Virgen María, un evento clave en el devenir de su historia religiosa. Conocé de qué se trata y cómo rezar en su honor.

La Virgen María es considerada la llena de gracia.-

La Iglesia Católica celebra la memoria de la Presentación de la Santísima Virgen María, cada 21 de noviembre, recordando así la tradición que indica que María fue llevada a los tres años al templo de Jerusalén por sus padres, San Joaquín y Santa Ana, para ser instruida en la religión del pueblo de Israel.

En ese templo, la Virgen María fue recibida junto a otras doncellas por el Sumo Sacerdote, donde aprendería desde pequeña el valor y el sentido de las promesas de Dios sobre la llegada del Mesías, años antes de ser madre de Jesús.

Entonces, en esta celebración se evoca la consagración que la Virgen hizo de sí misma a Dios, entrega prefigurada en su concepción inmaculada y que se va realizando a lo largo de su vida en sintonía con los designios del Espíritu Santo. Por eso, decimos de María que es «la Llena de Gracia».

En 1953, el Papa Pío XII instituyó el día 21 de noviembre como la «Jornada Pro Orantibus», la Jornada por aquellos que oran, en honor a las comunidades religiosas de clausura; es decir que todos los creyentes cristianos están invitados a orar por las personas que dedican su vida a la oración.

Décadas después, en 2014, el Papa Francisco recordó que este día debería ser «una ocasión oportuna para agradecer al Señor por el don de tantas personas que, en los monasterios y en las ermitas, se dedican a Dios en la oración y en el silencio activo, reconociéndole aquella primacía que sólo a Él le corresponde».

Cuál es la oración para rezarle la Virgen María, en el día de su presentación


Si querés pedir la intervención de la Virgen María, en el día de su presentación, u orar por otras personas, podés hacerlo con este rezo.

Santa Madre María,
tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo,
aceptando desde una libertad poseída el servirle plenamente como templo inmaculado,
tú que confiando en tus santos padres, San Joaquín y Santa Ana,
respondiste con una obediencia amorosa al llamado de Dios Padre,
tú que ya desde ese momento en el que tus padres te presentaron en el Templo
percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor;
enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo,
anunciándolo en cada momento de nuestra vida desde una generosa
y firme respuesta al Plan de Dios.

Amén.


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