Condenaron a una mujer y su madre por desmembrar y vender partes de cuerpos en Estados Unidos

Meghan Hess, dueña de una funeraria, y Shirley Koch deben cumplir una condena de 20 años de prisión por estafas. Si bien la venta de partes no está regulada legalmente en ese país, sí se comprobó que se engañó a las familias de las personas fallecidas con las cremaciones.

Una increíble historia tuvo su final judicial en las últimas horas en Estados Unidos, donde condenaron a 20 años de prisión federal a la propietaria de una funeraria en Colorado por estafas. Pero la historia es más oscura: Megan Hess, la mujer detenida, había diseccionado a los muertos que llegaban a su casa fúnebre y vendía las partes de los cuerpos, de manera ilegal.

Hess fue acusada por la profanación de 560 cadáveres en la firma Sunset Mesa, hecho por el que se declaró culpable en julio. Según se constató judicialmente, la mujer operaba en la funeraria junto a una entidad denominada Donor Services, vinculada a partes del cuerpo humano.

En el macabro negocio, además, operaba la madre de la mujer detenida. Shirley Koch, de 69 años, tenía el rol de cortar los cuerpos para poner a la venta sus partes, según muestran los registros policiales.

La investigación llegó al fuero federal por el trabajo periodístico de Reuters, que entre 2016 y 2018 recopiló información sobre la falta de regulación en este ámbito. Allí, los exempleados de Hess denunciaron que la mujer realizaba desmembramientos no autorizados de cuerpos, lo que le valió el allanamiento del FBI.

De la investigación, se desprende además que Hess cobró miles de dólares a las familias de las personas fallecidas en su funeraria por cremaciones que nunca existieron. Además, ofreció cremaciones gratuitas a otros parientes, a cambio de una «donación del cuerpo».

Los fiscales entendieron que la acusada mintió a más de 200 familias, quienes recibieron cenizas cremadas de contenedores mezcladas con los restos de diferentes cadáveres.

La pena más alta para Meghan Hess y su madre, Shirley Koch


Tras el proceso judicial, el juez interviniente ordenó que ambas mujeres fueran enviadas a prisión de inmediato. Se comprobó que ambas realizaron las reiteradas estafas a los familiares fallecidos se valían de las mentiras sobre las cremaciones y la venta de las partes para lucrar con el dolor.

Cabe recordar que en Estados Unidos es ilegal vender órganos como corazones, riñones y tendones para trasplante; deben ser donados. Pero la venta de partes del cuerpo como cabezas, brazos y espinas, que es lo que hizo Hess, para su uso en investigación o educación no está regulada por la ley federal.


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