El fiscal pidió 8 años y 6 meses de cárcel para Oscar De Piano

La querella elevó el reclamo a diez años de prisión. Lo acusan de actuar de forma consciente cuando atropelló y mató a Claudia Segura, manejando a casi 135 km por hora. La defensa reclamó una pena en suspenso por homicidio culposo.

La fiscalía pidió ayer una condena a 8 años y 6 meses de prisión para Oscar De Piano (40), el hombre que conduciendo alcoholizado y a toda velocidad por la avenida Viterbori atropelló y mató a Claudia Segura (34), quien circulaba en moto, y luego intentó huir. La querella reclamó 10 años de prisión y una reparación económica para la familia de la víctima.

La defensa, por su parte, pidió la pena mínima posible por homicidio culposo y de ejecución condicional.

De Piano, que está preso, habló brevemente al final de la audiencia para pedir disculpas y expresar su arrepentimiento. Los jueces Alejandro Pellizón, Emilio Stadler y Daniel Tobares dictaminarán si es responsable o no el 9 de abril.

Los alegatos se desarrollaron ayer en una sala silenciosa y expectante, poniendo fin a un juicio en el que declararon más de 30 testigos. Estaban los familiares de la víctima en primera fila.

La acusación, a cargo del fiscal Andrés Nelli y el abogado querellante Marcelo Hertzriken Velasco, coincidió en encuadrar el hecho como un homicidio simple con dolo eventual. “Está demostrado que el accionar de De Piano fue dirigido de forma consciente”, dijo el fiscal y descartó la “conducta culposa” (que refiere a imprudencia o negligencia).

Hay dolo, explicó el representante del Estado, porque hubo “intención y manifiesta indiferencia a lo ajeno”.

“Lo importante es que él tenía el dato de que el hecho podía ocurrir”, añadió, en relación a su estado etílico y la velocidad a la que conducía, entre 117 y 135 kilómetros por hora.

Agravantes y atenuantes

Como agravantes, Nelli tuvo en cuenta “el daño moral, el intento de fuga, la falta de empatía con la fallecida y el hecho de que no se preocupara por llamar a una ambulancia”.

No obstante, consideró como atenuante el cambio “positivo” en la personalidad del imputado, quien antes del hecho tenía una personalidad avasallante y luego de la crisis logró generar empatía en el dolor, según había postulado la psiquiatra Celina Vermal que declaró en el juicio.

Por su parte la querella aseguró que “no hay inimputabilidad” porque, tal como acreditaron los forenses, De Piano no estaba inconsciente al momento del choque a pesar de su estado de ebriedad.

Hertzriken Velasco graficó su postura citando a uno de los testigos: un taxista que oyó a De Piano diciendo “Vení, vení, me mandé una cagada” en el marco de una desesperada charla telefónica minutos después del choque.

La defensa y un

pedido de perdón

“De Piano no venía de una fiesta, tenía problemas”, dijo en su alegato Oscar Pineda, quien ejerció la defensa junto con Pablo Iribarren. Aseguró que el imputado también se vio perjudicado con este hecho. “La prensa tuvo mucho que ver”, hubo “un aparato mediático que puso presión sobre los que deben definir, los jueces”, afirmó.

La defensa sostuvo que si bien De Piano no es inimputable, cometió un “homicidio culposo” y no “doloso” porque no hubo plan criminal. “No negamos la responsabilidad de De Piano, pero de ahí a constituir dolo, es un disparate”, dijo Pineda, y se preguntó “¿por qué de Piano está preso mientras otros (que mataron al volante) están en libertad?”.

“Tomó repercusión gracias a Estrellas Amarillas”

Sin mirar a la familia de la víctima Claudia Segura ni mencionarla, el imputado se acercó al micrófono y pidió perdón. “A las personas a las que tanto dolor les causé seguir ahondando en eso o buscar más palabras o menos me parece que no sería respetuoso, más que ofrecer mis disculpas y mi más sincero arrepentimiento”, dijo De Piano al finalizar los alegatos.

Así fue el hecho

En el juicio se dio por acreditado que Oscar De Piano había salido de su vivienda en el barrio privado Grand Parc el 17 de enero de 2017 alrededor de las 11, tomó su auto Volkswagen Vento y se dirigió a la despensa a comprar cigarrillos y cerveza. Con 3,2 de alcohol en sangre (el máximo permitido es 0,5), según el dosaje, De Piano había conducido en exceso de velocidad –entre 117 y 135 kilómetros por hora– por calle Viterbori. Sobrepasó al menos tres vehículos antes de impactar con la moto en la que conducía Claudia Segura, quien perdió la vida al instante.

Datos

“Este caso tomó repercusión porque tanto yo como gente de Estrellas Amarillas decidimos hacer campañas a través de marchas. Hoy, yo estoy apoyando la causa de Estrellas Amarillas y trato de apoyar otros casos no sólo el de Claudia, a otras familias”, dijo Claudio Canales, obrero rural y viudo de Claudia Segura. Lo declaró en respuesta a la defensa de De Piano, que habló de una “maniobra mediática”.
Agregó que “el momento que estoy pasando es muy fuerte. Hay tres chicos que están luchando, sufriendo por la perdida de su madre. Queremos justicia, es lo que siempre pedimos”, dijo a “Río Negro”.

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