Entrevista a Carlos Resio: “El Valle tiene una de las mejores condiciones agroecológicas del hemisferio sur”
En abril de 1975 Carlos Resio recibía el título de Ingeniero Agrónomo en la Facultad de Agronomía de la UBA. A partir de ese momento comenzó una rica historia ligada a la producción y luego a la gestión de empresas agrícolas y frutícolas, que fue creciendo en desafíos y se extendió durante 50 años hasta la actualidad.
PREGUNTA: ¿En qué momento ocurrió el pase de la teoría a la práctica en su carrera?
RESPUESTA: Mi vocación por la “empresa agrícola” nace en un campo agrícola ganadero de mi abuelo. Durante los últimos años de mi carrera universitaria trabajé en la Facultad de Agronomía como Ayudante en la catedra de Fisiología Vegetal y también en AACREA donde me forme con los grupos CREA en la pampa húmeda, orientado a la gestión económica.
P: ¿Y sus primeros contactos con la fruticultura dónde fueron?
R: Con 26 años, recién casado y con el hijo mayor de dos meses, me fui a trabajar a Chilecito, La Rioja. Ese fue mi primer desafío laboral en el manejo de una “finca” con uva y frutales de carozo. Además, me dediqué a la docencia en la Universidad y a proyectos de riego.
P: ¿Cuándo se produce su llegada al Valle?
R: En 1977 y acompañando la propuesta de un amigo, propietario de una “chacra” en Valle Azul, conozco el Valle y comienzo a viajar desde Buenos Aires todos los meses, para la puesta bajo riego y desarrollo de esta propiedad, La Media Luna.
«De 1978 a 1988, me desempeñé como Asesor del CREA Valle Medio y colaboré con el desarrollo de varios emprendimientos en el Valle, muchos de los cuales hoy son importantes chacras de productores líderes de la región».
Carlos Resio, Ingeniero Agrónomo.
P: Esos viajes agotadores se terminaron en algún momento…
R: En 1980 nos radicamos en Villa Regina con mi esposa y los dos hijos mayores. Aquí crece la familia con dos hijos más. Mis actividades técnico/profesionales también comienzan a crecer.
P: ¿En qué proyectos participó y qué recuerda de la producción en ese momento?
R: De 1978 a 1988, me desempeñé como Asesor del CREA Valle Medio y colaboré con el desarrollo de varios emprendimientos en el Valle, muchos de los cuales hoy son importantes chacras de productores líderes de la región. Fue la época donde la Ley de Tierras Áridas y la desgravación impositiva promovió con éxito la puesta bajo riego y la explotación de miles de hectáreas en todo el Valle.
P: ¿Y hubo ensayos con otros cultivos que luego comenzaron a crecer en superficie?
R: En el Grupo CREA ensayamos varios cultivos para diversificar la empresa, que era principalmente frutícola. El tomate para industria, con la introducción de nuevas variedades, la siembra directa, el speedling y la cosecha mecánica. El maíz, girasol, alfalfas, papa, cebolla, etc. En la década de los ’80 especialistas internacionales habían señalado a la región como de gran potencial para la producción de maíz, verificado en la actualidad.

P: Hasta que llega el salto a la gran empresa frutícola con dedicación plena…
R: Hacia finales de los años 80 comienza mi actividad vinculada a la empresa frutícola integrada del Valle. En 1988 comienzo en Expofrut formando parte de un excelente equipo profesional y humano, colaborando con el Directorio y más tarde miembro del mismo, durante 27 años ininterrumpidos. En 1990 nos radicamos con toda la familia en General Roca, con este gran proyecto pionero e innovador.
P: Con un líder indiscutido en materia productiva para esa época en el Valle, e incluso trascendiendo fronteras…
R: Esta etapa fue un giro importante en mi actividad, como colaborador de Hugo Sánchez, quien en esta época ya era prominente líder de la industria, en la planificación y logística de los operativos de exportación de Expofrut con vertiginoso crecimiento y al desarrollo de la uva de mesa en San Juan, entre otros temas.
P: ¿Cuándo pasa a formar parte del Directorio?
R: A fines de los ’90 integro el Directorio de Expofrut, dedicado a la dirección operativa de la empresa, su planificación y al liderazgo de la uva de mesa en San Juan y Petrolina, enfocado en la gestión empresarial y a optimizar los procesos, temas complicados en el entorno macro que nos tocó actuar.
Participé activamente en las distintas y muy diferentes etapas de Expofrut, desde 1987 hasta el 2014, siempre con la misma actitud: “tirando del carro”.
P: ¿En qué momento comenzaron a crecer las exigencias de los mercados?
R: Promediando el 2008 hubo grandes cambios macro internacionales, nuevas competencias, problemas adversos en la economía nacional para la región y la imperiosa búsqueda de la optimización de los procesos de producción, empaque, conservación, logística y comercial.
La llegada a Moño Azul
P: ¿Cuándo finalizó la experiencia de Expofrut y cómo siguió?
R: Estuve en Expofrut hasta el 2014. A partir del 2017 tomé un nuevo desafío con la Gerencia General de Moño Azul en épocas difíciles. Cuando el Grupo Prima adquiere Moño Azul seguí colaborando con la familia Sánchez y otro gran equipo, como director del Grupo, hasta mi retiro en Diciembre del 2024. En estos años también integré el Directorio y Comité ejecutivo de CAFI y cursé un programa de alta dirección en el IAE.
P: Después de varias décadas de experiencia productiva y dirigencial ¿Cuál es su opinión sobre el potencial del Valle?
R: El Valle tiene una de las mejores condiciones agroecológicas del hemisferio sur para las producciones agrícolas de clima templado, gracias al recurso agua disponible en cantidad y calidad, además de suelo y clima. Cultivamos en un desierto, cursado por este gran río Negro, con excelentes condiciones para la sanidad vegetal, animal, la producción de orgánicos, etc.
El desafío de los últimos años fue y sigue siendo optimizar la productividad de las plantaciones, la calidad, el pack out, la innovación, variedades, la mecanización, etc.. En síntesis, poner la mayor cantidad de kilos de calidad “a la caja” de variedades de interés. En peras y manzanas hay que pensar en promedios de 50 Ton/Ha o más de buenas calidades para estar en costos competitivos. Los recursos naturales y las capacidades profesionales humanas están disponibles, hay que seguir haciendo los “deberes” hacia adentro y esperar que la Industria y la Región cuenten con el marco macroeconómico necesario lo antes posible.
Perfil
Carlos Resio es Ingeniero Agrónomo. Nacido el 22 de julio de 1949 en ciudad de Buenos Aires. Bisnieto de inmigrantes italianos que llegaron a la Argentina en los años 1870. Es casado, tiene 4 hijos y 9 nietos.
PREGUNTA: ¿En qué momento ocurrió el pase de la teoría a la práctica en su carrera?
RESPUESTA: Mi vocación por la “empresa agrícola” nace en un campo agrícola ganadero de mi abuelo. Durante los últimos años de mi carrera universitaria trabajé en la Facultad de Agronomía como Ayudante en la catedra de Fisiología Vegetal y también en AACREA donde me forme con los grupos CREA en la pampa húmeda, orientado a la gestión económica.
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