Se acabaron las excusas

BUENOS AIRES (ABA).- Con la llegada de la penalista Carmen Argibay, finalmente, y después de un largo y polémico proceso de dos años, de juicios políticos, nombramientos y renuncias, la Corte Suprema está completa. Para los ministros del Tribunal es un alivio y un desafío: ahora sí no tienen más excusas para tratar temas sensibles y de especial interés para el Gobierno y la sociedad. Deben expedirse, por caso, por la nulidad de las Leyes del Perdón, un fallo que está hace tiempo dando vuelta por el cuarto piso de Tribunales.

Los jueces de la Corte también comenzaron a hacer cuentas: Argibay se incorporaría a la nueva mayoría «liberal», compuesta por Enrique Petracchi, Augusto Belluscio, Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti, Eugenio Zaffaroni, Antonio Boggiano y Elena Highton de Nolasco. Argibay es una vieja conocida de Zaffaroni, y de muchos miembros del progresismo: desde la diputada del ARI Marcela Rodríguez a la senadora frepasista Diana Conti. ¿En la Corte se formó una nueva mayoría K? Los jueces deslizan, en privado, que aunque comparten pensamientos similares no votarán al unísono de los deseos presidenciales.

Aunque es cierto que la paz en la Corte puede no durar demasiado. Es que se espera que para marzo el Parlamento decida sobre el futuro de Antonio Boggiano, quien para la comisión de juicio político debe ser destituido de su cargo. La Cámara de Diputados ya se expidió sobre el tema, y ahora tienen que hacerlo los senadores. Allí es donde el proceso podría quedar estancado para siempre. Es que los miembros del bloque del PJ de la Cámara alta creen que no podrán juntar las fuerzas políticas necesarias para destituir a Boggiano, un ex miembro de la «mayoría automática» menemista. El 2005 será un año electoral, y creen que la destitución de Boggiano puede durar meses y no quieren gastar energías en juntar las voluntades necesarias, entre los gobernadores, por ejemplo, para enjuiciar al cortesano.

Todo depende, dicen, de la voluntad que ponga la Casa Rosada para embestir contra Boggiano: «Si ponen todas las fichas como en el caso Moliné, Boggiano será destituido. Si el Senado tiene que trabajar solo, el juez va a salvarse», explica un senador con llegada al despacho presidencial.

Hoy por hoy, en el Gobierno hablan muy bien de Boggiano. Es un juez con buena llegada al ministerio de Economía, ya que fue él quien redactó los ejes del fallo que avaló la pesificación.

Tal vez por eso, en la Rosada creen que es hora de abandonar las embestidas contra la Corte. El Ejecutivo teme que luego del posible juicio a Boggiano, la comisión de juicio político de Diputados, comandada por el tucumano Ricardo Falú (PJ), busque enjuiciar después a los demás miembros de la «vieja» Corte: Petracchi, Fayt y Belluscio. Es que ellos votaron igual que Boggiano en varias de las causas por las que fue puesto en la mira.

La mayoría de los jueces de la Corte también son partidarios de dejar a Boggiano en paz: quieren vivir un 2005, al fin, sin ningún sobresalto.

Nicolás Wiñazki

Nota asociada: Asumió Argibay y la Corte volvió a estar completa

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