Ser jurado de un “Talent show” es un punto a favor para las estrellas caídas

Hacía tiempo que Christina Aguilera no llamaba demasiado la atención en el terreno musical. Y, sin embargo, su rostro aparecía constantemente en la televisión estadounidense. ¿El secreto? Aguilera era miembro del jurado del popular talent show “The Voice”.

Según sostenía recientemente “The New York Times”, la cantante de origen ecuatoriano es la descubridora de un nuevo nicho para estrellas estancadas. “Aguilera debería ser recordada como la persona que, casi por sí sola, ha cambiado los términos de la competición musical televisada”, escribe el rotativo.

La estrella infantil que a finales de los 90 logró su gran salto con “Genie In A Bottle” no es la primera ni mucho menos la única famosa entre los miembros de los jurados de televisión. Pero está considerada una de las favoritas del público, y eso es lo que hace su puesto tan codiciado entre sus compañeros.

“Ahora, uno no ha de decidirse entre estrella de la música y estrella de la televisión”, escribe “The New York Times”. “Para ser moderno, lo mejor es tener un poco de ambas.”

Sólo en los concursos de talentos estadounidenses juzgan las cualidades de los aspirantes estrellas como los cantantes Mariah Carey, Nicki Minaj, Demi Lovato y Britney Spears. Keith Urban, estrella del country y esposo de la actriz Nicole Kidman, acaba de abandonar el jurado de la versión australiana de “The Voice”, y también Seal, el ex de la top model Heidi Klum, formó parte de un jurado en la televisión australiana.

También en España, el recién estrenado “La Voz” cuenta con David Bisbal, Malú, Melendi y Rosario Flores como “coaches” de los candidatos. Y es que, tras años en los que los programas de talentos perdían audiencia, los productores han vuelto a encontrar la gallina de los huevos de oro fichando a famosos.

Y precisamente para aquellas estrellas que han perdido algo de brillo, el puesto de jurado -o asesor- tiene muchas ventajas: se puede ejercer en distintos países, supone ingresos fijos y, además, el mostrarse todas las semanas ingenioso y divertido supone un empujón para llamar la atención hasta el punto de preparar el regreso a los escenarios.

Además, la estrella está per se cualificada para el puesto, como muestra su trayectoria profesional. Si, además, ejerciendo de jurado revela algún secreto, se habrá ganado el corazón del público. Aunque todo tiene sus riesgos, advierte “The New York Times”.

Si un artista acaba formando sólo parte de un jurado, su carrera musical puede terminar quedando en el olvido. Para evitarlo, Christina Aguilera se ha tomado una pausa -la sustituirá Shakira- y ya está ultimando los detalles de su nuevo disco, “Lotus”, en cuya sensual portada aparece sin ropa, como una Venus.

dpa