Situación crítica en Río Negro: responsabilidades y aportes

La provincia tiene una de las  tasas de contagio de covid-19 más altas del país. Hay negligencias y baja inversión en Salud. Debería fortalecerse el sector reasignando fondos, reformando el sistema impositivo y consensuando criterios.

Graciela Landriscini *


La pandemia continúa poniendo a prueba la capacidad de respuesta de los sistemas de salud en todo el mundo. Ha mostrado y muestra que afecta de forma diferente a la población en cantidad de enfermos y muertes como consecuencia de los dispares niveles de robustez y universalidad de esos sistemas, de las estrategias gubernamentales para proteger la salud colectiva y de las condiciones de vida y los comportamientos sociales en las distintas regiones, países y provincias. Ello involucra los modos de organización y gestión de las prestaciones de salud en las distintas jurisdicciones, las formas de participación comunitaria, las acciones estatales y las percepciones colectivas acerca de los derechos y las responsabilidades frente a la pandemia.

La inédita y dramática situación que vivimos, y el arrastre de la crisis económica, financiera y social de los últimos años nos plantean que para reducir las desigualdades estructurales que agravan y profundizan la pandemia se requiere accionar al menos cuatro mecanismos que ha identificado el sociólogo François Dubet en sus estudios sobre la desigualdad: la igualdad de oportunidades, el reconocimiento de los/as otro/as, la construcción de capacidades, y la activación del capital social. Hoy cabe a los Estados la responsabilidad de captar recursos fiscales y asignarlos a las prioridades en la emergencia.

En Río Negro implica diseñar y ejecutar una política que proteja la salud y reduzca las desigualdades y sufrimientos en la población en la que -según datos oficiales- el 40% percibe el Ingreso Familiar de Emergencia en esta pandemia, es decir son 77.886 personas con trabajo informal o sin empleo. También fortalecer el sistema de salud pública, cuyos presupuestos cayeron en años anteriores (si se lo compara con la inflación), frente a un pronunciado crecimiento de la deuda pública entre 2016 y 2019, en buena parte dolarizada. También crecieron los pagos de intereses, al tiempo que según fuentes oficiales se registraba una caída de la coparticipación federal de impuestos, y del producto per cápita traducido en el empeoramiento promedio de las condiciones de vida, una creciente desigualdad de ingresos, y el agravamiento de la situación habitacional. (Ver cuadro adjunto)

Río Negro es hoy una de las provincias con mayor número de contagiado/as por cantidad de habitantes del país.

En Bariloche, General Roca, Cipolletti, y otras localidades de Río Negro el sistema sanitario se encuentra al borde de su capacidad de respuesta. Que algunas ciudades y provincias se encuentren en una situación epidemiológica menos estresante ante la expansión del virus da cuenta, afortunadamente, de que existe margen para realizar modificaciones en la política sanitaria.

Frente al difícil momento que atravesamos pueden plantearse al menos cuatro propuestas, que redundarían en una mayor protección de los derechos humanos de la población provincial en la pandemia.

• Se necesita fortalecer y recomponer el sector de la salud pública mediante mecanismos de emergencia. Es monumental el esfuerzo que hace el gobierno nacional en inversión directa y en transferencias de recursos a las provincias para consolidar la infraestructura sanitaria. No resulta equivalente la inversión del Estado provincial rionegrino en este rubro. Puede señalarse que los recursos financieros son limitados, pero sabemos que los Estados tienen la obligación internacional de movilizar todos los recursos disponibles y encontrar alternativas dentro de las atribuciones que le confieren la Constitución y las leyes para garantizar la plena vigencia de los derechos humanos, considerando que el derecho a la vida es el primero. Esto tiene relación con mi segunda propuesta.

• Reforma tributaria. Los tiempos actuales muestran que en el mundo, en América Latina y en nuestro país, la desigualdad creciente se explica por las rígidas estructuras económicas y la acumulación financiera, combinada con la especulación cambiaria y la fuga de divisas. Ello demanda reformar los regímenes tributarios para hacerlos más progresivos, y modificar los mecanismos distributivos del ingreso y el gasto público para construir equidad. Río Negro necesita implementar una reforma tributaria de emergencia para transferir recursos a la salud, de manera que los titulares de los mayores patrimonios realicen una contribución mayor en la pandemia. La provincia cuenta con resortes fiscales para redistribuir la riqueza en el territorio, entre ellos el impuesto inmobiliario. Y en materia de gasto, una reorientación que fortalezca la cobertura de las necesidades básicas de salud, la provisión de servicios esenciales, la protección de la vida, la niñez y la adolescencia, y el cuidado de los adultos mayores.

• Conformar un consejo consultivo participativo y transparente, en el que se discutan las implicaciones sanitarias y sociales de las políticas que se implementan para enfrentar la pandemia. Si algunos de los brotes de covid-19 en la provincia están efectivamente ligados a aperturas tempranas o incumplimiento de protocolos y disposiciones, tanto por parte de actores privados como de agentes estatales, esto debe prevenirse y/o revertirse, intensificando los procesos de supervisión y sanciones necesarios. El caso específico del contagio masivo de cadetes de la Escuela de la Policía en Viedma nos muestra cómo la decisión gubernamental de haber reiniciado la actividad académica de las fuerzas de seguridad en forma presencial, en abierta contradicción con las pautas establecidas por la Nación y la propia Provincia, ha puesto en riesgo agudo la salud de la población, en particular en la capital. Las consecuencias legales de la facilitación de este brote son un serio interrogante abierto.


Es inconcebible que en varias ciudades los brotes se inicien en sedes estatales que deberían extremar recaudos y capacitar a todo el personal.


La mejor forma de gestionar la emergencia es discutiendo de manera participativa y transparente en las distintas jurisdicciones los pros y contras de las políticas sanitarias en cada situación particular, y promoviendo la cooperación. ¿Quién hubiera apoyado la idea de reabrir la escuela de cadetes para oficiales de toda la provincia en la actual situación sanitaria?

Tal como lo explica claramente la CEPAL en un informe publicado a finales de julio de 2020, si la curva de contagios no es controlada no existe la posibilidad de recuperación económica.

Los comportamientos sociales deben ser responsables, y ello involucra autoridades, agentes públicos, empresario/as, familias, y jóvenes, y demanda comunicación a través de mensajes de concientización precisos. Debe quedar claro que sin salud no hay vida. Aquí la responsabilidad política, ética y legal del gobierno debe ser ejemplar. Resulta inconcebible que, tal como ha sucedido en varias ciudades de Río Negro, los brotes de contagios se inicien en reparticiones estatales donde se deberían extremar las precauciones y reforzar la capacitación del personal en la pandemia.

• Los Estados (nacional y provinciales) tienen la obligación de implementar políticas sanitarias preventivas eficaces (en particular entre sus propio/as agentes y funcionario/as) así como movilizar recursos e implementar políticas públicas coherentes y eficaces que protejan los derechos humanos, en especial la vida y la salud.

Frente a la situación extrema que atraviesa la provincia es difícil además pensar en un argumento válido para no gestionar de modo concertado con el gobierno nacional un refuerzo de personal especializado para sumarse a la atención de pacientes covid. Esto permitiría fortalecer y proteger los equipos humanos, aliviar su estrés y dar más garantías a los pacientes graves, a los infectado/as internado/as en terapia intensiva e intermedia y a sus familias. El gobierno tiene la obligación de maximizar la cantidad de vidas salvadas.

Finalmente, dada la situación extrema en la que se encuentra el sistema sanitario provincial, quisiera plantear la necesidad de anticiparnos y formular preguntas que son tan delicadas como necesarias. Confrontado/as con la necesidad de priorizar y elegir pacientes frente a una escasez extrema de recursos vitales potencialmente salvadores (camas y respiradores), ¿qué criterios oficiales se usarán para decidir la asignación de recursos hospitalarios?

La población tiene inquietudes y temores, y a diario nos pregunta sobre las justificaciones y eficacia de las decisiones del gobierno provincial en la gestión de la pandemia que avanza de manera acelerada en nuestra provincia. Todo esto refuerza nuestra preocupación y lleva a la reflexión y a realizar aportes constructivos a fin de salvaguardar la salud de la población y en especial la del personal de salud que se expone en todo momento. La pandemia la enfrentamos entre todos y todas, y somos responsables de ello.

* Diputada nacional (FdT). Economista. Postgraduada en Desarrollo y Planificación, y en Planificación y Administración de Servicios de Salud por la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de la Plata.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios