Aniversario Choele Choel: La agroecología tiene aquí quien la cultive

Una pareja emprendedora producen lo más natural y sano posible, a la vera del río Negro.

La chacra se encuentra sobre la vera del brazo norte del río Negro, dentro de la isla Choele Choel. Su extensión es de 8 hectáreas completamente regada por el canal principal de riego. Estas características (isla, agua y ubicación geográfica) hace de la chacra un terreno de excelencia en tierra fértil y por sobre todo con una gran biodiversidad.

Esta oportunidad la vieron de inmediato Mariano Navarro y Patricia Bongioanni y la aprovecharon. Él es chef y emprendedor agroecológico y su pareja biodinámica y amiga de las plantas.

En un principio fue la siembra de alfalfa, huertas para consumo familiar, siguiendo (hasta el día) con las tareas rurales de ordenamiento, tareas de reparación y por sobre todo vivir en la chacra.

“En la primavera-verano del 2021/22 comenzamos con la huerta para ofrecer productos a la comunidad en asociación con una trabajadora agrícola de la localidad que se sumó al proyecto. Se destinó una 1 ½ hectárea y ahí plantamos lechugas, verdeo, morrones, ajíes (dulce y picantes), tomates (roma, san marzano, cherrys, perita, platense, cabeza de buey), berenjenas, melones, sandías, zucchinis, tronco, acelga, akusai, kale, repollos, brócolis, zanahorias, verdeo, perejil, albahacas, maíces, pepinos, mentas, lavandas y orégano”, comenta Mariano.

Y dentro del predio de la huerta pusieron 39 líneas de sésamo perillas y ajonjolí que le daba a la huerta un paisaje único y aportaba un aroma a chocolate blanco, tan característico al sésamo. También tenían un sector de legumbres (adukis, soja blanca y negra, garbanzos y porotos negros) de los que consumían fresco/verde y secos/maduros. Se acompañaron los cultivos con asociaciones favorables de aromáticas y plantas repelentes. También se inocularon troncos para la producción de gírgolas.

Se aprovechan los frutos que comienzan en noviembre con las moras y finalizan en marzo con membrillos, higos y uvas. ¡Todo se aprovecha! en dulces, jugos, deshidratados, fermentados como vinagre, vino, kimchi o chucrut, entre otros.

“La huerta de producción agroecológica y biodinámica es un proyecto y anhelo familiar la producción de alimentos saludables para la comunidad. Sabemos que cada vez son menos los espacios destinados a la producción de alimentos y lamentablemente el avance del monocultivo en grandes extensiones ha sido en desmedro de la producción local de pequeña escala”, relata la pareja a “Río Negro”.

“La agroecología nos aporta una mirada integral de la relación de la producción con su entorno y con el cuidado de la tierra, las personas y las relaciones entre todos los integrantes. La biodinámica amplía esa perspectiva a todas las relaciones entre el cosmos y la tierra haciéndonos conscientes a los seres humanos de nuestro rol único para favorecer o destruir esas relaciones armónicas esenciales”, apunta Patricia.

“Nuestro objetivo más amplio es crear un espacio que sea de escuela y motivador para que éstas experiencias se repliquen y se valore el potencial productivo de nuestro valle fértil. creemos que es tiempo de replantearnos la manera de vivir y producir, de valorar el intercambio local y capacitar y apreciar al productor familiar”, expresa Mariano.

“Recibimos una excelente respuesta de la comunidad lo que evidencia que hay una gran demanda de productos sanos y vitales. Las familias disfrutan de venir a recorrer y ver cómo se produce su alimento. Es importante que los organismos gubernamentales acompañen y se hagan presentes con compromiso y eficiencia para que cada vez seamos más los que apostemos a esta forma de vivir y relacionarnos con los recursos naturales que disponemos”, concluyen los entrevistados.


Así trabajan Mariano y Patricia


Entre las prácticas específicas que Mariano Navarro y Patricia Bongioanni emplean en su emprendimiento agroecológico se destacan: el gran cuidado de la tierra y la biodiversidad en los cultivos y el entorno. No se aplican herbicidas ni fungicidas.

La elaboración de compost biodinámico para aprovechar los recursos que aporta la chacra y generar un humus enriquecido que revitaliza la vida de la tierra.

La elaboración y aplicación de preparados específicos (P500; P501 y Fladen) para equilibrar y optimizar las influencias cósmicas y terrestres en el desarrollo de la vida en el organismo granja.

El uso del calendario agrícola biodinámico que aporta una guía y ayuda a tareas agrícolas en relación con el movimiento del sol, la luna, los planetas y las constelaciones.

El uso mayoritario de semillas y plantines de auto producción o producción agroecológica de cooperativas que conservan variedades antiguas y ancestrales que van quedando fuera del mercado.

El permanente intercambio de saberes, experiencias, semillas y plantas con otras experiencias agrícolas de Río Negro y Neuquén. Fomento de la biodiversidad vegetal y animal para ayudar a la salud y vivificación del espacio rural. Hay gallinas y pollos criados en libertad y sin alimentos balanceados. Vacunos y ovejas para pastoreo y abono y colmenas para lo que se siembran plantas melíferas.

Presencia de plantas espontáneas y “buenezas” en el entorno además de plantas medicinales y aromáticas, repelentes y disuasorias de posibles plagas. Asociaciones favorables y rotaciones en las tierras de cultivo para evitar el excesivo uso del suelo y dar lugar a su recuperación y revitalización.


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