Bariloche colapsada: la odisea diaria de circular entre más de 110 mil autos

El tránsito en la ciudad se convritipo en un calvario para miles de habitantes por el fuerte aumento del parque automotor sumado al intenso movimiento turístico. La trama vial sigue siendo casi la misma de hace décadas.

Antes de que suene el despertador, Patricia Millalonco ya está urgida. Sabe que el tiempo a primera hora de la mañana apremia. Cada minuto es valioso si no quiere quedar atrapada en el caos vehicular de la avenida Juan Herman, en la zona sur de Bariloche.

“En la mañana salgo de casa a las 7 para llegar 7.45 a mi trabajo por el tema de tanto tráfico que hay”, explicó Patricia. “Desde la rotonda de Diarco a la calle Onelli tardo 45 minutos, pero tengo que salir a las 7, porque si salgo 7.15, ya llego 8.15 a mi trabajo”, afirmó. El trayecto tiene menos de 8 kilómetros de distancia.

En otro sector de la ciudad, Vanesa N. cumple de lunes a viernes una rutina. Debe levantar a las 6.20 a sus dos hijos para que alcancen a desayunar antes de emprender la odisea de salir a la avenida Bustillo, en dirección al centro. La hija más pequeña tiene unos minutos más de tolerancia. Para ella el tiempo es oro. “A veces por cinco o diez minutos de entrar tarde a la avenida llegás super atrasado. Porque después, son cuarenta minutos de ir a paso de hombre”, describió Vanesa, que vive con su familia a la altura del kilómetro 9,500 de Bustillo.

Para Juan Jaramillo es una carrera contrarreloj. Vive en Dina Huapi, pero trabaja en Bariloche y su hijo asiste a un colegio en esta ciudad. “Tengo que salir a las 7.15 para llegar 7.57 a Morales y Gallardo, que aparte es otro caos por el desorden vehicular que hay en el Capraro que la gente se pone en doble fila, que no hay lugar, que están los colectivos de turismo”, explicó.

Miles de habitantes de Bariloche consumen mucho tiempo para desplazarse por la ciudad por las demoras en el tránsito. (foto Alfredo Leiva)

Pero antes debe sortear los nudos que se forman en la avenida Luis Piedrabuena, que es el único acceso al centro desde la zona este de Bariloche. “Antes del barrio Las Victorias, en la bajadita frente a Invap se frena a cero la circulación de los vehículos y, después, ya es tierra de nadie, sumado a eso el corte de Ruíz Moreno de Costanera, todo se hace más complicado”, señaló Jaramillo.

Juan Carlos Canale sabe que cualquier viaje hasta el centro de Bariloche demanda mucha paciencia. Tiene su domicilio en el barrio Lomas del Cauquén, distante a unos 10 kilómetros, frente al lago Gutiérrez. Para ir al médico o hacer un trámite tiene que circular por la ruta provincial 82, conectar con la ruta nacional 40 y, después, enlazar con la avenida Herman. “Es una hora y, a veces, más también. Es impresionante el caos vehicular mal que hay. Tenés que venir en primera y no avanzás nada”, afirmó.

El caos del tránsito de Bariloche obliga a los conductores a cultivar la paciencia. (foto Alfredo Leiva)

Un recorrido extenso


Christian Gentzen tiene una misión aún más difícil. Vive a la altura del kilómetro 23 de Bustillo y debe movilizarse en el servicio de transporte público para desplazarse por la ciudad. “En esta zona de los kilómetros, sobre todo, en estas temporadas, que ya no se ve que haya temporada baja, es muy complicado tanto como para ir al médico, al supermercado, hacer otro tipo de gestiones o quedar de acuerdo con alguien para algún tipo de encuentro”, contó.

“He estado una hora quince o veinte para llegar al centro”, afirmó. “La mayor parte del viaje se traba entre el kilómetro 6 de Bustillo y en Parques Nacionales, en la avenida San Martín, donde se hace el nudo más grande y pesado”, indicó.

“También a la vuelta, a la hora pico del regreso a casa, entre las 19 y las 21, casi todos los días hay demoras de una hora de colectivo, con el invierno que ha venido llovedor y frío”, señaló. Lamentó que en algunos lugares “no hay garitas acondicionadas para esa espera y para la gente que se junta”.

La verdad que es muy caótico. Muy complejo”, sostuvo Gentzen. “Vivo en el mismo terreno con mi abuela, que tiene 80 años, que también tiene que ir al médico, hacer las compras y coordinar todo eso con los tiempos, sumado al clima y las condiciones de la ciudad no estarían ayudando demasiado para dinamizar esa parte”, planteó.

La calle Moreno, ubicada en el centro de Bariloche. luce en horas pico colmada de automotores. (foto Alfredo Leiva)

Una experiencia que se replica


Miles de habitantes de Bariloche se enfrentan todos los días (excepto los fines de semana) al caos que se vive en las calles que desbordan de vehículos y colectivos de todos los tamaños. Y hasta camiones.

Los datos que manejan en la Dirección de Tránsito municipal indican que en Bariloche hay por lo menos 110.000 automotores. Según datos oficiales, en el 2000 había unos 22.000 vehículos, lo que equivale a un crecimiento del 500%. Sin embargo, la trama vial no creció con el mismo ritmo. Al contrario, sigue siendo casi la misma desde hace décadas.

La ciudad está colapsada y circular en determinadas horas se ha transformado en un dolor de cabeza. Más aún en estos días de alta temporada donde al parque automotor local se suman otros 10.000 o 15.000 autos de los turistas que visitan la ciudad.

Solucionar el problema es muy complejo y demanda de una inversión millonaria. El municipio no tiene espaldas para hacerlo por su cuenta. El crecimiento explosivo de la población y la expansión de las urbanizaciones hacia todos los sectores del ejido municipal convirtieron esta ciudad en un laberinto.

Con apenas dos avenidas para unir la zona oeste con el centro de la ciudad (solo Bustillo llega hasta Llao Llao) y una sola para unir Dina Huapi y los barrios del este con el área céntrica la circulación es un problema agudo. Y desde el sur la avenida Herman es la única asfaltada para conectar a los barrios más alejados. Así, todo se pone cuesta arriba.

Para colmo hay sectores donde el municipio autorizó el funcionamiento de colegios (privados en su mayoría) que por su propia dinámica y el movimiento constante de cientos de personas y vehículos, frenan la circulación hasta la exasperación, porque están emplazados en sectores para nada funcionales.

En el sector del Monolito, en el acceso a la avenida Bustillo hay una obra vial en ejecución desde hace casi 2 años y no la terminan con loas trastornos que implica para el tránsito (foto Alfredo Leiva)

El estado de las calles


El estado calamitoso de gran parte de las calles y avenidas principales completan el panorama. La avenida Herman está deteriorada y tiene colectoras, pero no cumplen el objetivo. “Las colectoras, que son por ahí las vías que se pueden llegar a utilizar para esquivar todo el tráfico, tampoco están en condiciones porque está todo roto en la zona sur”, advirtió Millalonco. “Las colectoras son un asco, nunca pasa la máquina. Un desastre las calles”, observó.

María Ruffo tiene su domicilio en la zona de Laguna El Trébol, en el oeste de Bariloche, y debe usar el servicio de transporte urbano para movilizarse hasta otros puntos de Bariloche. Mencionó que a los problemas constantes con el servicio de transporte se suman obras en ejecución desde hace años que también obstruyen el tránsito.

“Tenés la eterna obra de Bustillo en el kilómetro uno”, aseguró. “Si te tomás el colectivo de la línea 20 y si te tomás el 51, que va por Pioneros hay una obra en el kilómetro 4 que también debe tener un año o un año y medio” en ejecución, observó.

Vayas por arriba (Pioneros) o vayas por abajo (Bustillo) tenés una hora o una hora y cuarto. Un trayecto que antes demandaba veinte minutos”, recordó.

Uno de los cruces complicados de la avenida San Martín, en el centro de Bariloche. (foto Alfredo Leiva)

"Los problemas en el tránsito es por el crecimiento del turismo"


“No es un tema fácil”, reflexionó la jefa de Gabinete municipal, Marcela González Abdala, respecto a la problemática del tránsito de automotores en Bariloche. “Primero hay algo que es importante destacar: uno se enoja con las demoras, pero tenemos un crecimiento exponencial del turismo. Somos el primer destino elegido en el país. Y es importantísimo decirlo una y mil veces”, afirmó.

Los problemas en el tránsito que tenemos es por el crecimiento exponencial del movimiento turístico» que vive Bariloche, destacó. Aseveró que nadie puede decir que no le importa el turismo “después de lo que vivimos en la pandemia” causada por la covid-19 que mantuvo paralizada la actividad turística durante casi 9 meses. Fue un impacto enorme a la economía local.

González Abdala estimó que el turismo mueve el 80% de la economía de Bariloche. Recordó que durante años no se pudo superar el techo de 700 mil turistas al año “y este año se estima que vamos a cerrar con 1,4 millón de turistas”. Todo ese movimiento impacta en la ciudad.

Dijo que es necesario buscar medios alternativos para desalentar el uso del auto para movilizarse hasta la zona del centro de la ciudad. Sostuvo que una de las alternativas a fortalecer es el servicio de transporte urbano de pasajeros, que presta la empresa Mi Bus. También, mencionó la bicicleta como alternativa para circular.

Afirmó que los técnicos que analizan el tema del tránsito recomiendan que no hay que generar infraestructura pensada en los vehículos, sino planificarla para otros medios alternativos de circulación.

Mencionó la prueba que hicieron semanas atrás, cuando se dispuso convertir un tramo de varios kilómetros de la avenida Bustillo en una sola mano, demostró que medidas como esas solo ayudan a fomentar el uso de los vehículos particulares, lo que provoca un embudo en el centro de la ciudad. Enfatizó que justamente la intención es poner en marcha medidas que apunten en el sentido contrario.

González Abdala planteó que es clave mejorar la infraestructura “por donde circula el servicio de transporte urbano de pasajeros”. Sostuvo que ese objetivo forma parte del plan de transformación del servicio que impulsaron durante la gestión del intendente Gustavo Gennuso.

La jefa de Gabinete municipal de Bariloche, Marcela González Abdala, opinó que los problemas del tránsito estpan vinculados al crecimiento intensivo del turismo. (Foto: archivo)

Descentralizar


Planteó que otro objetivo a futuro es trabajar en la descentralización: generar centros administrativos y comerciales, abrir centros de salud en varios sectores. Destacó que de esa forma la población resolvería sus asuntos cerca de sus casas, sin tener que desplazarse hasta el centro”.

Dijo que es fundamental invertir en mejoramiento de las veredas y en bicisendas. También en la trama vial.

Observó que otra medida es revisar los costos del estacionamiento medido que brinda el municipio, porque “sale muy barato en comnparación con el estacionamiento privado”. Enfatizó que al subir los precios del estacionamiento se desalienta el uso del vehículo.

Cuando se le recordó que el servicio de transporte urbano funciona mal y llueven las críticas de los usuarios, la jefa de Gabinete admitió: “Poniendo toda la plata que aporta el municipio, igual tenemos un sistema deficitario”.

Aclaró que los fondos que la municipalidad aporta mensualmente al servicio «es para subsidiar el costo del boleto”.

Observó que los cambios que se implementaron en la circulación de algunas calles “ayudaron muchísimo”. Dijo que aún están en período de evaluación, porque son cambios que demandan un proceso de adaptación por parte de la gente. En los próximos días se hará otra evaluación. Pero señaló que la ciudad necesita obras de infraestructura vial que el municipio solo no puede ejecutar.

Los primeros vehículos circularon por 1912 en Bariloche, que recién comenzaba a tomar forma como pueblo. (foto gentileza)

El crecimiento explosivo del parque automotor


Tres Mercedes Benz fueron los primeros autos que circularon por las calles polvorientas de Bariloche. Trascurría 1912 y apenas había un puñado de pobladores. Llegaron por iniciativa del gobernador de Neuquén, Eduardo Elordi, según relata el libro “Bariloche, mi pueblo” del historiador Ricardo Vallmitjana.

Un ejemplar se encuentra en el Museo de la Patagonia. Esos vehículos enormes y pesados quedaron afectados a los servicios del correo y de transporte oficial. Y el primer auto particular que circuló en el pueblo perteneció a Jarred Jones.

Más de un siglo después, en las calles de la ciudad circulan 110.000 automotores. Así lo informó el director de Tránsito del municipio, Carlos Catini. Explicó que hay más de 90.000 autos patentados en esta ciudad de acuerdo a la información de la Agencia de Recaudación Tributaria de la provincia (exRentas). A los que se suman otros 20.000 aproximadamente que fueron patentados en otra ciudad o localidad de la provincia o del resto del país.

Señaló que hay 110.000 autos en la ciudad y otros 4.000 aproximadamente que se ofrecen en alquiler. A esa cantidad de vehículos hay que añadir los automotores de los turistas que visitan la ciudad. Por eso, Catini estimpo que por estos días circulan por lo menos 120.000 o 130.000 vehículos “que sumado a la falta de infraestructura vial, te genera graves problemas de movilidad y falta de estacionamientos”.

Los datos oficiales señalan que en el 2000 la ciudad contaba con unos 90.000 habitantes y un parque automotor de 22.000 unidades, mientras en el 2006 se estimana una población de 115.000 personas y unos 33.000 autos. Hoy, las estimaciones señalan que Bariloche tiene alrededor de 150.000 habitantes, porque el Censo 2022 no aportó certezas.


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