Cómo descubrieron que los roedores subterráneos endémicos de Neuquén se comunican entre sí
El experimento lo llevó adelante un investigador del Conicet en el Museo de Zoología de Vertebrados de la Universidad de California donde está alojada la única población cautiva del tuco-tuco colonial en el mundo.
En un laboratorio de Estados Unidos, un investigador del Conicet identificó vocalizaciones ultrasónicas por parte del tuco-tuco colonial, un roedor subterráneo que habita exclusivamente en una estrecha franja del parque nacional Nahuel Huapi, en la zona de Cuyín Manzano, en Neuquén.
«Sospechábamos lo que finalmente comprobamos con un experimento«, admitió el biólogo Juan Pablo Amaya, investigador del Conicet en la Universidad Nacional de La Rioja. El descubrimiento fue publicado en la revista científica Journal of Zoology.
Hay más de 70 especies de tuco-tuco en Argentina. La de Neuquén se encuentra en peligro de extinción por su reducida área de distribución. De hecho, tras la erupción del volcán Cordón Caulle Puyehue, esta población se redujo drásticamente. «Siempre están al límite y son muy sensibles a cualquier cuestión ambiental», dijo.

La especie endémica de Neuquén, por otro lado, se diferencia por «ser social». «Muchos individuos viven en los mismos sistema de cuevas. Al tener un contacto diario con otros individuos usan este canal de ultrasonido que, en otras especies no se encuentran», dijo.
Explicó que «por lo general, los tuco-tuco tienen vocalizaciones graves; pero el ultrasonido es tan agudo que no lo percibimos«.

¿Qué es lo novedoso de este estudio? Amaya señaló que «todas las especies vocalizan. Los roedores solitarios tienden a las vocalizaciones graves de baja frecuencia. Pero hasta ahora no se habían descubierto vocalizaciones de ultrasonido«.
Los tuco-tuco, al ser roedores subterráneos, pasan gran parte de su vida bajo tierra en galerías que ellos mismos construyen. Y por lo tanto, resulta sumamente difícil observar qué hacen o grabarlos. De modo que la investigación para detectar el ultrasonido no fue sencilla.

Los cinco ejemplares que se llevaron a Estados Unidos
Estos experimentos se realizaron en el Museo de Zoología de Vertebrados de la Universidad de California donde está alojada la única población cautiva del tuco-tuco colonial en el mundo.
«Eileen Lacey, investigadora de esa universidad, fue la primera en descubrir que se trata de una especie social. Fue en los 90, cuando conoció y se enamoró del sur argentino. Desde entonces, viene ininterrumpidamente todos los años a estudiar a esta especie», señaló Amaya.
En 1992, esta científica se llevó cinco individuos para Berkeley a fin de estudiar ciertos aspectos que son imposibles en el campo. «Hoy de esos cinco individuos se formaron 25 colonias en el laboratorio. Es la única población cautiva del tuco-tuco en el mundo. Están en condiciones increíbles, super cuidados. Yo obtuve una beca por 5 meses para trabajar allí y llevamos adelante la toma de datos«, contó Amaya que fue quien llevó adelante los experimentos de ultrasonido para estudiar el repertorio vocal.

La vocalización con ultrasonido se detectó en el laboratorio con un equipamiento especial. «Los roedores disponen de unos sistemas de tubos de acrílico oscuros, conectados con unas cajas que funcionarían como nidos. Se les pone comida y allí los bichos duermen. Para el estudio, se los ponía juntos y separados. Se tomo audio y video para poder pensar en contexto. Filmarlos en el campo era imposible», comentó.
Los investigadores detectaron que las vocalizaciones se producen cuando el macho está en contacto estrecho con la hembra. «Nos queda identificar quién es el emisor de la señal. Visualmente no se puede ver. Los animales no hacen ningún gesto corporal. No abren la boca, no mueven el cuerpo», dijo.
Se supo también que hay un nido común donde duermen todos amontonados. Siempre hay un macho y varias hembras. Los machos no comparten espacio entre sí.
¿Cómo logró estudiar el repertorio vocal? Pasó las grabaciones a una computadora a fin de analizarlas con un programa de análisis acústico. «Hasta ahí no sabíamos si habría señales de rango ultrasonido. Había chances, pero esto fue una linda sorpresa. Muchos roedores superficiales se comunican con ultrasonido, pero lo raro es que los subterráneos usen ese canal«, aseguró.

Qué se conoció en el experimento
-Estudios anteriores sobre la anatomía del aparato auditivo del tuco-tuco colonial habían sugerido la posibilidad de que esta especie pudiera percibir ultrasonido.
-Las grabaciones mostraron que los individuos producen estas vocalizaciones cuando se encuentran en estrecho contacto con miembros de su misma colonia, especialmente durante interacciones no agresivas.
En un laboratorio de Estados Unidos, un investigador del Conicet identificó vocalizaciones ultrasónicas por parte del tuco-tuco colonial, un roedor subterráneo que habita exclusivamente en una estrecha franja del parque nacional Nahuel Huapi, en la zona de Cuyín Manzano, en Neuquén.
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