Con baile, teatro, juegos y poesía crearon un modelo de enseñanza innovadora para replicar en escuelas y municipios
La organización Crear Vale la Pena viene desarrollando desde 1997 distintos proyectos que utilizan técnicas artísticas y lúdicas para mejorar los aprendizajes y el desarrollo de habilidades sociales de niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad. El proyecto comenzó en un barrio popular del Gran Buenos Aires y, para multiplicar estas herramientas creativas, en 2017 desarrollaron Entornos Creativos, un programa con capacitaciones para docentes, artistas, referentes comunitarios y promotores de la salud que exploran nuevas maneras de enseñar a través del juego; desde entonces han llegado a más de 70.000 personas.
En Crear Vale la Pena (CVP) están convencidos de que el arte es una herramienta poderosa para la transformación social que puede inspirar cambios significativos en la sociedad y promover un mundo más justo y equitativo. Por eso desde su creación en 1997 utilizan la danza, las clases de música, el teatro, la construcción de máscaras, la fotografía, las rimas y la poesía, entre otras cosas, para facilitar el aprendizaje, aumentar la autoestima y mejorar la capacidad de comunicación y el trabajo en equipo. Otras veces, a partir de recortes y pegamentos, construyen personajes absurdos para hablar de ciertas temáticas. El armado de avisos clasificados es otro de los juegos que realizan. En ellos cada uno debe escribir qué está dispuesto a ofrecer o qué busca para cambiar el mundo. Estas técnicas que han demostrado ser muy útiles para aumentar los logros personales, además de promover el bienestar emocional y la conexión con otros, se aplican en diversos contextos, desde escuelas primarias, secundarias hasta en comunidades terapéuticas. La organización también dicta cursos de capacitación.
“Las herramientas que me dieron en CVP fueron llaves valiosas que me abrieron puertas, me ayudaron a imaginarme un futuro”, dice Daniel Cerezo. Es el quinto de seis hermanos y cuando tenía nueve años y corría el riesgo de caer en situación de calle empezó a tomar cursos gratis de piano en este centro de arte abierto a la comunidad ubicado en Madame Curie 1955 (Béccar, provincia de Buenos Aires) todos los sábados por la mañana. Luego de estudiar durante cinco años, lo impulsaron a que empezara a enseñar a otros jóvenes. “Eso me transformó como persona. Había dejado de ser el vago del barrio para convertirme en profe de piano. Esta posibilidad que me dieron me dignificó”.
A los 17 años dio otro salto importante. Pasó a ser coordinador en CVP y su función era la de pensar en grupo qué hacer para mejorar la calidad de vida de las personas del barrio popular La Cava, ubicado en San Isidro. “Organizábamos eventos, festejábamos el Día del Niño, escuchábamos cuáles eran las necesidades y de esa forma tratábamos de mejorar no solo nuestras vidas sino la de los vecinos”. A los 25 años Daniel dejó el centro comunitario para empezar a trabajar por su cuenta. Fue asesor de Recursos Humanos de diversas empresas y hoy lidera Creer Hacer, un proyecto que trabaja en alianza con organizaciones, empresas y el Estado para mejorar la vida de otras personas, ayudando a gestionar conflictos y crear vínculos más profundos en los equipos de trabajo.
Entornos creativos: herramientas artísticas que se replican en colegios
La fundadora de CVP Inés Sanguinetti sostiene la consigna de que “el mundo es desigual y que todos tienen un talento especial, que hay que desempolvar”. En un principio, la organización formaba alrededor de 400 jóvenes al año como Cerezo. En 2017 realizaron un cambio cualitativo: todas esas técnicas creativas que el centro comunitario llevaba adelante con los adolescentes del barrio (que incluían juegos, música, teatro, baile, pintura para ayudarlos a expresar sentimientos, emociones, para trabajar la relación con los otros y generar procesos de resiliencia), empezaron a desarrollarse en el sistema de educación formal, bajo el nombre de Entornos Creativos.
De esta manera, las herramientas artísticas que suman un total de 165 actividades se replican en diferentes escuelas de las provincias de Buenos Aires, Jujuy, Salta, Corrientes y Tucumán. Esta propuesta de enseñanza avalada por la Universidad de San Andrés demostró que al utilizarla en las aulas mejoraba la motivación de los alumnos, los procesos de aprendizaje, la convivencia y favorecía el pensamiento crítico, entre otras cosas.
Desde sus inicios hasta el día de hoy, Entornos Creativos, reconocida como propuesta innovadora por la OEA, The World Bank y CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe) ha llegado a 51 escuelas públicas de la Argentina, con un alcance de más de 18.600 alumnos en la educación formal y 58.200 jóvenes y adultos en actividades de educación no formal.
“Hay que replantear habitar la escuela desde un nuevo lugar —dice Vilma Viudes, directora de Escuela Secundaria Cautivas Correntinas—. Nosotros utilizamos el arte como un medio más para poder enseñar desde los distintos espacios curriculares”.
Una alumna de la secundaria, Luciana Barrera, comenta que gracias a estas actividades encontró “una manera diferente de entender y afrontar las cosas que le pasan”.
¿En qué consisten las actividades?
Muchos de los juegos utilizados en Entornos Creativos provienen del teatro del oprimido (que promueve el intercambio entre actores y espectadores), del contact-dance (una forma de danza de improvisación). Cada uno de ellos está detallado en los cinco manuales que ya lleva publicados CVP y cuentan con instructivos y guiones de realización para incorporarlos y replicarlos en el ámbito que se desee. Próximamente la Fundación Avina, que trabaja en 30 países, se encargará de la distribución de los manuales que están en castellano y traducidos al inglés.
Hay actividades que se denominan de apertura, que han sido pensadas para generar un clima de participación y así entrar en contacto con el otro a partir del juego. Otras son exclusivas para motivar la creatividad del grupo y desarrollar la capacidad de observación. En algunos casos se recurre a las imágenes que nos rodean para hacerlas hablar y así expresar sentimientos, preguntas, opiniones o conflictos que sugieren las mismas.
A menudo las personas —en especial los adolescentes— pueden tener dificultades para verbalizar sus sentimientos, pero a través del arte y el juego, pueden comunicar lo que sienten de manera no verbal.
Patricia Taboada, responsable de Desarrollo Institucional de CVP, dice que lo más llamativo es escuchar la voz de los jóvenes que tienen para decir muchas cosas a los adultos. “Este tipo de actividades habilitan que ellos expresen a partir de frases, poemas o canciones lo que piensan y sienten; una manera amorosa de que manifiesten qué les pasa”.
Hay un juego que los invita a que escriban en un papel de manera anónima los sí y los no que desean en sus vidas. A veces aparecen frases muy duras y hasta denuncias de abuso intrafamiliar que luego son entregadas a las autoridades de la escuela para que hagan un seguimiento de lo que sucede. “Es interesante descubrir —sigue Taboada —qué escriben en esos papelitos”. Por ejemplo: no al racismo, no a la pedofilia, no al acoso, no a los profesores que maltratan o denigran. Sí a poder hablar con mi mamá sin pelearme, sí a tener ropa nueva, sí a poder hablar con mi familia de las cosas que me pasan, sí al cuidado del ambiente. A partir de este trabajo que tiene muchas aplicaciones, durante 2023 —explica Taboada— hemos constituido alianzas con distintos distritos de la provincia de Buenos Aires a través de las inspectoras de psicología comunitaria para sumar estas herramientas lúdico-creativas al Programa “La construcción de una mirada de cuidado ante el padecimiento subjetivo de las y los estudiantes”.
Cómo aprender a usar estas técnicas
Los interesados pueden inscribirse en las diferentes convocatorias que hace CVP o en los cursos y talleres de formación para docentes ofrecidos por los Ministerios de Educación de las diferentes provincias que permite sumar puntos en el currículum.
Hay diferentes modelos de formación. Algunos son talleres de cinco encuentros, otros son cursos más largos y también ofrecen una diplomatura avalada por la Universidad de San Isidro que demanda una cursada de varios meses, con instancias tanto virtuales como presenciales.
Funciones de teatro gratis para hablar sobre el consumo de alcohol
Otra de las actividades que CVP acerca a los colegios es Smashed, un ejercicio dramático musical con tres actores y un asistente técnico para hablar en el aula acerca de las consecuencias del abuso del alcohol entre los jóvenes. La obra ya fue vista desde octubre de 2022 hasta hoy por 130.000 jóvenes del país.
El guión fue desarrollado en el Reino Unido por Collingwood Learning y en CVP le incorporaron algunos juegos antes del inicio. Al terminar la representación de la obra, se invita a que el público cambie las escenas para que el final sea diferente. Hay varias compañías en Buenos Aires y en otras provincias que van de gira por diferentes escuelas presentando la obra. Esto mismo se está realizando en 43 países al mismo tiempo y en diferentes continentes. El proyecto es financiado por una empresa de bebidas que lo hace como parte de su política de responsabilidad social y en América Latina se lleva a cabo en 13 países. El año pasado cumplieron con su meta de llegar a 800.000 jóvenes.
El Escuchadero: una iniciativa para prevenir la violencia de género
A través de intervenciones artísticas y lúdicas en espacios públicos, el Proyecto Escuchadero que funciona en Jujuy fue otra de las acciones puestas en marcha por esta organización. Hoy, la iniciativa es llevada adelante por el municipio de San Salvador de Jujuy.
Agustina Orquera, actriz y licenciada en Artes, cuenta cómo fue todo el proceso. “Yo empecé en 2017 a trabajar para CVP como artista vinculante en Jujuy. En ese momento trabajaba en escuelas, en barrios populares y desarrollaba la metodología Entornos Creativos. Mi sueño era que esto que hacíamos se pudiera transformar en una política pública y al cabo de dos años, la municipalidad lo incorporó y hoy ya es parte de un programa estatal”. Orquera valora mucho todo lo que aprendió. Reconoce que gracias a la metodología rigurosa de Sanguinetti, entendió que con planificación, con búsqueda de recursos, con trabajo en equipo, con redes institucionales, todo es posible. El dispositivo del Escuchadero,permitió detectar y prevenir muchos casos de violencia de género en la ciudad. ¿Cómo funciona? Se monta al aire libre una escenografía artística junto con una carpa cerrada donde puede estar un abogado del municipio o un médico del centro de salud y los artistas o conectores son los que invitan a través del juego a que las personas entren y cuenten qué les pasa y cómo pueden recibir ayuda. Este proyecto tuvo su origen en Medellín (Colombia) después de la muerte de Pablo Escobar y se utilizó con mucho éxito para detener los numerosos suicidios de adolescentes en el metro. Actualmente, Orquera trabaja como asesora técnica de la Secretaría de Gobierno en la provincia de Jujuy.
Cómo se financian las actividades artísticas
La organización CVP recibe financiamiento de diversas fuentes, incluyendo cooperación internacional y apoyo de particulares. Han trabajado en proyectos financiados por organizaciones como CAF y Porticus que también apoya globalmente proyectos de arte para la transformación social en educación. También recibe apoyo de OLA (Observatorio Latinoamericano de Salud Mental) ya que en este momento en CVPCVL están llevando a cabo un trabajo de investigación para demostrar cómo las actividades artísticas pueden ayudar a prevenir y abordar problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión. La organización está integrada por un equipo de 22 personas fijas y además hay varios artistas que participan de modo freelance. Lo que los moviliza a todos es la pasión por el arte porque están convencidos de que es un motor que conmueve, sana y transforma.
Comentarios