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Cosmeticorexia: la obsesión por los cuidados faciales

Los especialistas ponen el foco en un nuevo trastorno que afecta a niñas y adolescentes. Aseguran que la preocupación por la piel puede volverse una adicción.

Julieta tiene 13 años y destina cada centavo que le dan a la compra de máscaras faciales, labiales y cremas. La información sobre los productos disponibles en el mercado le llegan, como a tantos otros chicos, a través de reels en Instagram y videos de Tik Tok.

“Yo sigo a una chica que se prueba productos que te prometen un monton de cosas, como sacar granitos o aclarar u oscurecer el pelo, y te dice si es verdadero o falso”, cuenta la adolescente.

La Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de Buenos Aires (AIEPBA) advirtió sobre el impacto de la cosmeticorexia, una obsesión por las rutinas del cuidado de la piel, los tratamientos faciales y productos de maquillaje a edades cada vez más tempranas.

Muchas niñas y adolescentes recurren a los serums faciales con retinol o ácido hialurónico, al colágeno y a las cremas anti edad, sin consultar a los dermatólogos. Simplemente porque resultan atraídas por los consejos destinados al cuidado de la piel adulta que se difunden por las redes sociales.

Los especialistas explican que el uso de productos empleados para prevenir el envejecimiento puede generar en los adolescentes dermatitis, irritaciones cutáneas, alergias y hasta intolerancia al sol a mediano plazo. Estos productos suelen tener un alto contenido en grasas que terminan obstruyendo los folículos y pueden provocar acné. Pero además de dañar la piel, el abuso de estos productos puede desencadenar un trastorno de ansiedad y de la alimentación.

Un problema solapado

“Esto se empezó a ver muy de a poco. Hoy tenemos nenas en jardín de infantes que, en lugar de festejar sus cumpleaños en peloteros o canchas de fútbol, prefieren los spa. Usan productos que no corresponden a la edad”, resumió Marisa Pieroni, integrante de AIEPBA a RÍO NEGRO.

La psicóloga infanto juvenil Jimena Cini explicó que este fenómeno aparece “bastante solapado” ya que es común el cuidado de la imagen en los adolescentes como así también el consumo de cremas. Sin embargo, muchos productos no son acordes a su edad. “No está mal cuidarse la piel, pero como todo lo que se lleva a un extremo se puede transformar en una adicción”, afirmó.

Los especialistas aseguran que la cosmeticorexia se registró a partir del 2020, durante la pandemia, cuando comenzaron a viralizarse una infinidad de tutoriales vinculados al cuidado facial y al maquillaje.

“En ese momento, la gente estaba aburrida en su casa y veía los videos. Pero eso fue quedando. Hoy, vemos a chicas de la secundaria que usan arqueadores de pestañas en el aula o están esmaltándose las uñas en lugar de prestar atención”, señaló Pieroni que insistió en que estos consumos afectan la atención en clase y la vida familiar ya que “se generan muchas peleas con las mamás por los costos de todo ésto”.

El rol de los influencers

La psicóloga Maritchu Seitún resaltó que muchas niñas piden cremas, tratamientos y maquillajes que no necesitan y que “incluso pueden hacerles daño a sus pieles”. “Suelen copiarse de influencers a las que siguen en las redes y las invitan a consumir esos productos. Pretenden, por ejemplo, borrar arruguitas de expresión con ácido hialurónico, cuando, en realidad, a esas edades solo corresponde usar protección solar”, explicó Seitun, especializada en orientación a padres y escritora de varios libros.

¿Cuál es la pauta de alarma? Cuando el uso de estos productos se convierte en una obsesión. “Es normal que una adolescente se preocupe por la piel o use cremas porque tiene granitos o se le seca la piel. Pero si al no tener ese producto, se le termina el mundo o entra en crisis es una señal de alerta. Hablamos de un exceso de preocupación sobre el estado de la piel que genera mucha angustia”, precisó Cini.

La psicóloga consideró que la limitación del uso de las redes sociales no es lo ideal. Sí lo es el diálogo entre padres e hijos. Además, recomendó una consulta con el dermatólogo a fin de que el médico explique los inconvenientes que puede traer aparejado el uso de determinados productos y resaltar que, a temprana edad, solo se recomienda una buena limpieza y el uso de protector solar.

“No hay que negar esa preocupación de las jóvenes. Por eso, conviene pedir una opinión al dermatólogo. Si los chicos toman la indicación del médico, bien; si no, es conveniente hacer una consulta con un profesional de la salud mental. Si las familias detectan que, más allá del cuidado sano, esto empieza a ser adictivo u observan actitudes que llaman la atención, deberían consultar”, concluyó Cini.


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