Labpsi: un laboratorio virtual para cuidar la mente y prevenir el deterioro cognitivo

Investigadoras del Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata desarrollaron esta herramienta. Labpsi tiene más de 100 ejercicios para mantener la memoria, la atención y el lenguaje.

Envejecer con lucidez es un deseo común, pero mantener la mente activa necesita ciencia, empatía y constancia. Por eso proyectos como el Labpsi no solo despiertan neuronas, también esperanza. “Generamos redes neuronales que, si no se usan, se pierden”, afirma la neuropsicóloga Leticia Vivas, investigadora del Conicet y directora del proyecto, en diálogo con Diario RÍO NEGRO. Desde su mirada, mantener la mente activa no solo es un ejercicio intelectual, sino una forma de cuidar la salud y la autonomía a lo largo de la vida.

Labpsi: es gratuito para todas las edades y se puede usar sin conexión


Con esa premisa, un grupo de investigadores del Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata desarrolló Labpsi, un laboratorio virtual gratuito con más de cien desafíos diseñados para fortalecer la memoria, la atención, el lenguaje y otras funciones cognitivas. El proyecto fue presentado en Córdoba durante la XX Reunión Nacional y el IX Encuentro Internacional de la Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento (AACC), donde despertó gran interés por su alcance y su enfoque inclusivo.

Formada en neuropsicología, Vivas trabajó con pacientes con trastornos del lenguaje y luego con demencias. Esa experiencia la llevó a orientar su carrera hacia la aplicación social del conocimiento. “Siempre estuve vinculada a personas mayores y a los problemas neurocognitivos. Con el tiempo nos fuimos uniendo a otros equipos que trabajaban en gerontología, y así nació este proyecto conjunto”, relató.

Gratuito y para todo el país.- “El Labpsi está pensado para la población argentina, con temas cercanos a los intereses de nuestras personas mayores. Lo pueden usar igual en Río Negro o en Buenos Aires, porque está hecho desde acá, con nuestra impronta cultural”, explicó Vivas. El laboratorio comenzó en 2016 como una herramienta docente para que estudiantes de Psicología pudieran practicar conceptos teóricos. Con el tiempo, y gracias a un financiamiento internacional, se transformó en una plataforma abierta a la comunidad.

Leticia Vivas, neuropsicóloga, investigadora del Conicet y directora del proyecto Labpsi. Gentileza.

Durante la pandemia, la propuesta tomó un nuevo impulso cuando la ONG marplatense Gama, que trabaja con personas con demencia, comenzó a utilizarla para digitalizar sus talleres presenciales. “Empezamos a pasar los ejercicios de papel a formato digital y eso fue el primer paso para abrirlo a todos. Hoy puede usarse individualmente o en grupo, en centros de día o talleres”, contó la investigadora.

Actualmente, el sitio reúne 117 ejercicios interactivos de distintos niveles de dificultad, que pueden realizarse desde computadoras o celulares, sin necesidad de registro y con acceso libre.

Edades y niveles de lectura.- Pensando en quienes tienen acceso limitado a internet, el equipo trabaja ahora en una versión liviana de la app. “Estamos desarrollando una aplicación que podrá descargarse desde el Play Store y usarse sin conexión. Es para personas con celulares simples o poca conectividad, con menos ejercicios, pero la misma esencia: entrenar la mente desde casa”, adelantó.

El proyecto también suma herramientas para distintos públicos. “Hay ejercicios fáciles, medios y difíciles, y una pestaña especial para profesionales. Incluso personas analfabetas o niños pueden usar los que no requieren lectura ni escritura. También diseñamos juegos específicos para personas con afasia o dificultades del lenguaje, por ejemplo, después de un ACV”, precisó.

Labpsi se presentó en Córdoba durante la XX Reunión Nacional y el IX Encuentro Internacional de la Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento (AACC). Gentileza.

Ciencia con impacto social.- Más allá del desarrollo científico, lo que más la motiva es el contacto con la gente. “Cuando vemos que lo usan, que lo disfrutan, que piden más ejercicios, es muy gratificante. En un contexto en el que la ciencia está tan vapuleada, ese reconocimiento de la comunidad vale muchísimo”, reflexionó.

La ciencia, cuando nace del vínculo con las personas, deja de ser abstracta y se vuelve acompañamiento. En proyectos como el Labpsi hay conocimiento, pero también ternura: la de quienes trabajan para que la memoria, incluso cuando empieza a desdibujarse, encuentre nuevos caminos para mantenerse viva. Cuidar la mente no es solo una cuestión médica o tecnológica: es una forma de cuidar la dignidad y el vínculo con los demás. En esa tarea, la ciencia y la empatía pueden hacer mucho más de lo que parece.

Cuidar la mente: hábitos que ayudan a reducir el riesgo de demencia


Aunque la edad avanzada es el principal factor de riesgo, la demencia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Según la OMS, el 9% de los casos aparece antes de los 65 años y hasta un 45% podría prevenirse o retrasarse con hábitos saludables.

Entre los factores de riesgo modificables se destacan la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol, la contaminación del aire, la depresión, el aislamiento social, la diabetes, la hipertensión, la obesidad y los niveles elevados de colesterol LDL.

También influyen la pérdida de audición o visión no tratada y los niveles bajos de educación. Practicar actividad física, mantener vínculos sociales activos, leer, resolver desafíos o aprender cosas nuevas son formas simples y efectivas de estimular el cerebro y cuidar la salud mental.

La importancia de las ciencias sociales aplicadas


Como directora del equipo, Leticia Vivas impulsa una forma de hacer ciencia que no se queda en los laboratorios, sino que busca transformar la vida cotidiana de las personas. “Me interesa no sólo generar conocimiento teórico, sino también trabajar en su aplicación. Lo que realmente me motiva es ver cómo una idea científica puede convertirse en una herramienta útil para la comunidad”, explica la neuropsicóloga e investigadora.

Su enfoque se inscribe en una tendencia creciente dentro del sistema científico argentino, que en los últimos años promovió la transferencia tecnológica y los proyectos con impacto social. “El Conicet avanzó en solicitar a los equipos de investigación más desarrollos aplicados y creó instrumentos para formalizar esas tareas que muchas veces hacíamos de manera informal, vinculadas al territorio o a las organizaciones sociales”, señala.

“No imagino un trabajo en abstracto, sin la sinergia con las personas. La investigación que nace de las necesidades reales de la comunidad es la que más nos desafía, la que deja huella y se sostiene en el tiempo”, sostiene.

Ese compromiso se refleja en proyectos como Labpsi, el laboratorio virtual de estimulación cognitiva que su equipo desarrolló junto a docentes, profesionales de la salud y personas mayores. La iniciativa combina ciencia, tecnología y sensibilidad social, y es un ejemplo de cómo el conocimiento académico puede convertirse en una herramienta accesible y transformadora.

Reconoce que el contexto actual de la ciencia argentina, de las ciencias sociales en particular, exige redoblar esfuerzos para sostener la investigación y comunicar su valor. “Necesitamos sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de invertir en conocimiento. Detrás de cada desarrollo hay años de trabajo, de pruebas, de pasión y de compromiso”, subraya.

“Tenemos la responsabilidad de contar lo que hacemos. Que la gente sepa que cuando un familiar con demencia realiza un ejercicio en un taller, tal vez esté usando una herramienta creada por investigadoras locales del Conicet. Eso también es construir ciudadanía científica”, destaca.


Envejecer con lucidez es un deseo común, pero mantener la mente activa necesita ciencia, empatía y constancia. Por eso proyectos como el Labpsi no solo despiertan neuronas, también esperanza. “Generamos redes neuronales que, si no se usan, se pierden”, afirma la neuropsicóloga Leticia Vivas, investigadora del Conicet y directora del proyecto, en diálogo con Diario RÍO NEGRO. Desde su mirada, mantener la mente activa no solo es un ejercicio intelectual, sino una forma de cuidar la salud y la autonomía a lo largo de la vida.

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