Día del Libro: de la tablas de arcilla a la era digital, una herramienta que no pasa de moda

¿Será el aroma a papel y tinta? ¿Será la tipografía exquisitamente plasmada en la página? ¿Las ilustraciones? ¿El tacto al pasar de hoja? o ¿la hermosa sensación de finitud de un objeto que se puede ver y tocar con las manos?. 

Seguramente, las ganas de descubrir el secreto detrás del misterio de una tapa robusta invite a muchos curiosos a vivir la experiencia. Así son los libros, están más vigentes que nunca. Se venden, se intercambian, se donan, están en las casas, las escuelas y las bibliotecas: conviven con las computadoras y los smartphones. 

¿Por qué a pesar de todos los pronósticos de fin de una era los libros siguen llamando la atención de las personas? Es un gran interrogante. Porque a pesar de existir los e-book o los libros en PDF, los de papel siguen latiendo en la era digital y de la Inteligencia artificial. 

Los formatos cambiaron a través del tiempo: en la etapa prehistórica, la transmisión era oral de cosmogonías, normas, códigos y poesía. En la Antigua Mesopotamia surgieron las tablillas de arcilla, madera, marfil u otros materiales. Luego, en el Antiguo Egipto nacieron los papiros, que en la Edad Media se volvieron pergaminos. Finalmente, en el Siglo XV, se inventó la imprenta y los libros fueron de papel.  

«Hay muchas metáforas que pueden describir a los libros, en las bibliotecas, en los estantes. Son como llaves que pueden abrir otros mundos, otros mundos donde podemos entrar o no, y eso es lo bueno, saber que están ahí», aportó Roberto Limonao, un bibliotecólogo de Roca. 

“Los primeros libros eran piezas de barro donde se transcribía conocimiento, luego esas simples tablas de arcilla se transformaron en la era digital”, reflexionó Limonao, quien trabaja en la biclioteca de la ESRN N° 116 y es miembro de la Asociación de Bibliotecarias y Bibliotecarios de Río Negro (Abbrin). 

“El libro, a pesar de la era digital, continúa en vigencia y se siguen vendiendo cada vez más. En la Argentina, las editoriales venden muchísimo más que en otros países”, ejemplificó. 

Es que, en esta historia, «el libro además de ser conocimiento, es poder”, expresó el roquense. Y agregó: “Si la biblioteca resguarda conocimiento, entonces la biblioteca también es poder”. 

Ahí entre los estantes, hay minas de oro. “Contienen una gran cantidad de autores en una comunidad, en un barrio. Imaginemos a todos estos autores reunidos en la biblioteca con su pensamiento”, expresó Limonao.

Día Mundial del Libro: el rol de las bibliotecas y bibliotecarios

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En todo ese proceso de evolución del libro, las bibliotecas fueron muy importantes, porque fueron el lugar de resguardo, de preservación de ese contenido construido durante años. 

Y no solo los libros cambiaron de forma. “Las bibliotecas, a su vez, han tenido que transformarse y los profesionales también hemos tenido que ir transformándonos para recibir y administrar todo ese material”, apuntó el bibliotecario de Roca.

Si bien el libro sigue vigente, la realidad de las bibliotecas hoy es un tanto más compleja, según opinó el referente de la Asociación de Río Negro. “No hay personal, están cerrando, algunas están intervenidas”, comentó.

Día Mundial del Libro: por qué se celebra

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Cada 23 de abril se celebra en el mundo el Día del Libro y del Derecho de Autor en conmemoración a la muerte de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega en 1616. 

La efeméride, establecida por la Unesco, es una ocasión para reafirmar el compromiso con la promoción de los libros, la lectura y celebrar el poder mágico que tienen como un puente entre generaciones y culturas.

Un día como hoy es especial para rendir homenaje a estos instrumentos y sus autores, fomentar el acceso para ampliar los horizontes.